De repente cuando uno despierta ve el noticiario con eventos ambientales catastróficos, uno se pregunta: ¿Hay alguien que defienda al planeta de nosotros mismos? La respuesta, afortunadamente es que sí y es increíble saber que existen héroes reales que luchan por proteger el medio ambiente y las comunidades indígenas. Si bien, hay cientos de personas anónimas que arriesgan sus vidas por tener un ambiente sano, también están aquellos ¡como usted! que realizan acciones casi invisibles como evitar que se desperdicie el agua, se tire basura o con la capacidad de organizar a un vecino en pro de la mejora ambiental para su colonia o barrio.
También están aquellos héroes que son reconocidos por oponerse a intereses económicos poderosos para defender el planeta y sus recursos sin tener un escudo, ojo con rayos gamma, o enormes músculos. Estos personajes son reales y son reconocidos con el Premio Medioambiental Goldman (el Nobel Verde), el cual cada año presenta la cara y el nombre de algunos de estos personajes que por convencimiento propio, conciencia ambiental y amor a la naturaleza, y a los pueblos indígenas, han realizado acciones significativas por nuestro planeta.
Los nombres de estos personajes este año son: Alberto Curamil, chileno que se ha opuesto a la construcción de dos proyectos hidroeléctricos para proteger un río sagrado Cautín en su país. Otro ganador es el abogado ambientalista Alfred Brownell de Liberia, que ha luchado por los bosques tropicales de su país “el pulmón de África occidental” -con más de un 32 % de territorio boscoso– y que tristemente hoy día está en el exilio en Estados Unidos, por detener la mayor plantación de aceite de palma y defender a la población indígena, que consideran como la única capaz de combatir la desertificación y el avance del cambio climático.
En cuanto a mujeres ganadoras y heroínas fueron galardonadas: Bayarjargal Agvaantseren en Mongolia, que creó la Reserva Natural Tost Tosonbumba de 1.8 millones de acres en la parte sur del desierto de Gobi, un hábitat crucial para el leopardo de las nieves, y convenció al gobierno mongol para que prohibiera la explotación minera dentro de la reserva. Otra ganadora es Ana Colovic Lesoska, del norte de Macedonia, que dirigió la campaña para suspender la financiación internacional para el plan de construcción de dos enormes centrales hidroeléctricas dentro del Parque Nacional Mavrovo en su país y con ello proteger el hábitat de lince balcánico que está prácticamente extinto. Otra ganadora es la estadounidense Jacqueline Evans, que lideró una campaña para proteger la biodiversidad marina de las Islas Cook y empujó nuevas leyes para administrar y conservar las 763,000 millas cuadradas de territorio oceánico, además de lograr su declaración como áreas marinas protegidas. En tanto que Linda García, organizó a los ciudadanos locales para detener la construcción de la terminal de exportación petrolera el Tesoro Savage en Vancouver y con ello frenó el flujo de 11 millones de galones de petróleo crudo por día desde Dakota del Norte hacia Washington.
Los referidos personajes galardonados han indicado la necesidad de proteger al ambiente y a las comunidades indígenas, como única vía para la supervivencia humana. Ojalá éstos los inspiren ¡queridos lectores! y no sé si llegarán a ganar el premio Goldman o tener una estrellita en el pecho; pero les aseguro que es muy satisfactorio ayudar al planeta y con pequeñas acciones diarias pueden hacer el cambio en nuestro barrio. Si bien es un trabajo duro, deben preguntarse ¿por qué no hacerlo yo?
Dra. María Eugenia González Ávila
El Colegio de la Frontera Norte