Entre miedo y apatía socio-ambiental: los residuos asociados al Covid-19

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Opinión de María Eugenia González Ávila Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 11 de febrero de 2021

Es paradójico que algo tan pequeño como un virus, que ni siquiera podemos ver a simple vista pues mide entre 9 a 12 nanómetros (si comparamos un cabello humano que mide 60 a 120 (µm) equivaldría entre 400 a 1000 partículas SARS-CoV-2 (Covid 19)) ha tenido y tendrá efectos catastróficos a nivel social, ambiental y por supuesto económico, y por ello  debemos aprender a convivir con dicho virus sin que sea letal para nosotros y la naturaleza.

A nivel social, el Covid-19  nos ha llevado a retomar medidas higiénicas extremas que quizás teníamos de niños y tal vez ya habíamos olvidado-, que van desde lo más sencillo como es el lavado de manos hasta la higienización de productos para la alimentación, para casa, de animales y todos aquellos lugares con los que tenemos contactos. Otra medida de adaptación, quizás más dura fue limitar la interacción social (convivencia familia, fiestas, reuniones, asistencia a eventos, etcétera), que se consideró como medida de prevención de contagio que por la gravedad de expansión llevó a una condición de confinamiento, que sólo permitía la asistencia limitada a centros comerciales, supermercados, gimnasios, entre otros lugares, para evitar la aglomeración de la gente.

Un tercer hábito que no teníamos y tendremos que desarrollar, o al menos adaptarnos a él, es el uso de equipo personal de protección (epp) sean cubrebocas o tapabocas de distintos tipos de material, lentes, caretas, guantes, entre otros. Que, si bien al principio resulta incómodo utilizarlos, algunas personas lo han adecuado a su vida, a tal grado que lo han desarrollado de distintos colores, tipos de materiales e incluso, ya es parte de la moda. Por otro lado, están los individuos que siguen renegando de su uso, sea porque considera que no pueden respirar, creen que les coarta su libertad de expresión, porque indican que no sirve para protegerse del virus o quizás por simple necedad. En fin, creo que lo importante es autoprotegernos, siendo que esto un mal común para el cual debemos protegernos entre todos, para poder salir adelante e incluso para sobrevivir, en tanto controlamos o minimizamos la pandemia.

Desafortunadamente, el uso de los epp sobre todo de los desechables está provocando un daño colateral al ambiente, siendo que si de tirar con la basura doméstica o en la calle, éstos objetos se convierte en un residuo de equipos personales de protección (Repp) las grandes cantidades están siendo un riesgo para la flora y fauna del planeta. Esto lo visualizó la Organización Mundial de la Salud (OMS) considerando que los Repp son un peligro no solo para la salud sino para el ambiente, por ello deben gestionarse adecuadamente por los gobiernos y los ciudadanos. ¿Por qué?

Una de las razones es las grandes cantidades de Repp generadas por el país, por ejemplo, el año pasado se generan 32 toneladas de residuos sólo de pacientes de Covid 19 provenientes de hospitales, y en donde no se han contabilizado los generados en los hogares con pacientes Covid 19, a esto había que sumar los desechados en vía pública. Ambos tipos de Repp, no necesariamente se neutralizan, por ello la Semarnat desarrolló el documento: “Cartilla de mejores prácticas para la prevención del Covid en el manejo de los residuos sólidos urbanos”. A este problema de generación se suma la gestión que realizan los gobiernos locales, siendo que al menos el 16% de los residuos huérfanos no son recolectados y la mayor parte de los sitios de disposición final son tiraderos o basureros a cielo abierto. De hecho, sólo 3.7% de los 1,000 sitios de disposición final de residuos cumplen con la NOM-083- SEMARNAT-2003, según la propia Semarnat (2020.

A todo lo anterior, se suma que los Repp-Covid 19, al están constituidos por diversos materiales son una fuente de contaminación para cuerpos de agua, zonas costeras, son generadores de emisiones de gases efecto invernadero (GEI), tendrán impactos aún no evaluado en ecosistemas y con ello, pueden afectar al ser humano. Ante esto, querido lector quisiera nos aporte su reflexión sobre: ¿Cree que los Repp son riesgo de contagio del Covid-19?,  ¿Usted cómo está manejando y disponiendo esto residuos? Y finalmente ¿Considera que su municipio o ciudad le ha brindado información o realizado acciones suficientes para que los Repp no sean un riesgo ambiental o de salud?

Dra. María Eugenia González Ávila

El Colegio de la Frontera Norte