Enseñanzas de la huelga de Audi: concientizar más que celebrar.

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Opinión de Cirila Quintero Ramírez Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 22 de febrero de 2024

El pasado 19 de febrero, después de poco más de tres semanas de huelga, los trabajadores de Audi en Puebla decidieron poner fin a su movimiento de huelga, después de aceptar un aumento de 10.2 %, integrado por un 7% de aumento en el salario y 3.2 % en prestaciones. Un tanto alejado de su objetivo inicial de conseguir el 15.5%, distribuido en el 10% de incremento salarial y 5.5% en prestaciones. La terminación de la huelga fue recibida con júbilo por algunos analistas, empresarios y gobernantes, (https://www.forbes.com.mx/amlo-celebra-resolucion-de-la-huelga-en-audi-mexico-tras-acuerdo-sindical/). El optimismo de lo obtenido por los trabajadores, se basa en haber roto el incremento salarial de un digito, que antes había conseguido GM-Silao, sin embargo, realmente el incremento salarial solo fue del 7%, es decir, en esencia no rompió la barrera de contención salarial que se maneja en las empresas automotrices, amparadas en los incrementos salariales fijados por los mismos empresarios y la parte gubernamental estatal y federal para seguir siendo competitivos y atractivos al inversionista extranjero. El derecho a la huelga, sigue siendo considerado como un ahuyentador de inversiones y muestra de desestabilidad laboral, así lo manifestaron los líderes empresariales, cuando estallo la huelga; en lugar de una estrategia legítima para mejorar los salarios y prestaciones de los trabajadores. 

En mi parecer, lo que muestra la huelga de Audi es la lucha titánica, y desigual que tienen que librar los trabajadores ante las empresas transnacionales para conseguir un mejor pago salarial. Los trabajadores de Audi tuvieron que mantener una lucha de más de tres semanas para arrancarle un 2% más en incremento salarial directo a la empresa, del 5% en el que se mantenía. El desgaste físico y emocional que los trabajadores junto con sus familias mantuvieron en este tiempo, resulta totalmente incomprensible, dado la solvencia económica de la empresa, la cual produce 700 autos de lujo diarios que tienen un costo aproximado de poco más de dos millones y medio pesos cada uno y que son exportados a países desarrollados, más bien muestras la cerrazón de los inversionistas para mejorar las condiciones salariales y laborales de sus trabajadores, https://www.laizquierdadiario.mx/La-huelga-de-Audi-revela-la-miseria-empresarial, y contradice las declaraciones de la parte gerencial de Audi de estar preocupados por sus colaboradores (trabajadores) y su familia. 

Ahora bien, a pesar de este incremento salarial, en donde se estima que los trabajadores ganaran entre 507 y 732.95 pesos, lo que representa un salario mensual entre 15,515 pesos y 21, 988 pesos, que en el contexto resulta muy bueno, lo cierto es que, la brecha salarial con los salarios en los países se origen siguen siendo abismal. En Alemania, Audi está pagando a sus trabajadores, 17 dólares la hora, es decir 290 pesos (tipo de cambio 17 pesos por dólar) es decir 2320 pesos por una jornada de 8 horas diarias,  es decir un salario semanal de 16,240 pesos, 64,960 pesos al mes, salario que casi dobla la categoría mejor pagada en Audi México (https://www.infobae.com/mexico/2024/02/20/cuanto-ganara-un-trabajador-de-audi-en-puebla-tras-huelga-este-sera-su-sueldo-al-mes/). Ciertamente, las diferencias entre México y Alemania en el mercado laboral son abismales, sin embargo, ¿porque no impulsar tabuladores salariales para trasnacionales que garanticen salarios dignos para sus trabajadores y los separe de los topes salariales gubernamentales. Esto en lugar de frenar inversiones y llevar a la quiebra, bien puede elevar las condiciones de vida de los trabajadores y con ello la productividad. Durante décadas se ha mantenido la primera premisa, ¿porque no probar la segunda opción?

Pese a lo anterior, la lucha de los trabajadores no deja de ser por demás relevante, por diferentes razones: primero, porque a pesar de la presión empresarial, gubernamental, desgaste físico y emocional, se mantuvieron firmes en su lucha para conseguir un incremento salarial mayor al ofrecido por la empresa; segundo, porque el movimiento y su fortaleza laboral no les viene solo por el TMEC, o el apoyo de otros sindicatos, que sin duda son importantes, sino de ellos mismos, porque en negociaciones anteriores había logrado firmar un acuerdo con la empresa que les permite pedir una revisión salarial cuando la inflación supera el 6% durante tres trimestres consecutivos, https://www.forbes.com.mx/sindicato-de-trabajadores-de-audi-mexico-acuerdan-inicio-de-huelga/; tercero, porque tienen la conciencia de que saben que pueden negociar más con la empresa dado su desenvolvimiento internacional, por lo que los ofrecimientos de incremento salarial les parece una burla, https://www.lajornadadeoriente.com.mx/puebla/obreros-de-audi-consideran-un-chiste-de-mal-gusto-oferta-de-7-de-alza-global-que-ofrece-la-empresa-la-mayoria-refirio-haberla-rechazado/, y finalmente, porque el resultado final de Audi resulta fundamental para las próxima luchas que los trabajadores de la industria automotriz establecerán en las negociaciones siguientes,  https://expansion.mx/empresas/2024/01/31/huelga-audi-mexico-puebla-consecuencias

Así pues, la lucha de Audi puede servir de inspiración a los trabajadores, pero también para concientizar al adversario tan poderosos al que se enfrentan, y mostrarles que, a pesar de las alianzas que puedan tejer con otros actores, la fuerza emana solo de ellos, y de sus organizaciones, y saber que en esa lucha no solo es las empresas, sino a la dupla empresarios-gobiernos que siguen pensando que las inversiones están por encima de los derechos laborales. 

Cirila Quintero Ramírez

El Colegio de la Frontera Norte


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