Embarazo adolescente: una vez más

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Opinión de Juan Parra Ávila Profesor-Investigador del Colegio de la Frontera Norte de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 24 de mayo de 2012

“Todo sucedió repentinamente, cuando acordamos ya estábamos en pleno trance y pues ni modo”. El interés que manifiestan los adolescentes por el otro sexo, los conduce a tomar decisiones precipitadas que pueden cambiarle las perspectivas y expectativas que tienen en un momento de su trayectoria.

El embarazo adolescente es un problema social, que conforme pasa el tiempo se vuelve más preocupante para la población y las instituciones gubernamentales.

En la última década, lejos de reducirse se ha incrementado y lo más alarmante es que cada vez son más frecuentes los embarazos en adolescentes de entre 12 y 14 años.

Aunque el embarazo adolescente (particularmente los no planificados) se da en todos los niveles socioeconómicos, ocurre mayormente en jóvenes cuyos hogares tienen problemas económicos, lo que generalmente viene a trastocar las relaciones que hay entre sus miembros e incrementar la situación precaria en que viven, aparte de la problemática de la joven embarazada.

Con el embarazo, el proyecto de vida de las jóvenes cambia drásticamente, sienten desesperación, angustia, frustración, etcétera, en muchos de los casos se ven obligadas a dejar sus estudios, frecuentemente son víctimas del rechazo familiar, además de los problemas económicos que sola o junto a su familia tendrá que afrontar en esta nueva etapa.

De acuerdo a datos del INEGI, las jovencitas entre 12 y 19 años que tienen un hijo o más en México se han incrementado en un 15 por ciento entre el año 2000 y 2010.

De ellas, las madres adolescentes de 12 a 14 años se han incrementado en mayor proporción que las pertenecientes al grupo de 15 a 19 años (16 y 14 por ciento respectivamente).

El embarazo adolescente se adjudica a la poca convivencia entre padres y los hijos, la falta de preparación de los padres que eluden el tema de la sexualidad y reproducción del ser humano, carencias afectivas, la violencia intrafamiliar, el alcohol, la curiosidad, la atracción sexual y la “prueba de amor” y la escasa educación sexual que reciben en la escuela a la que señalan como fuera de la realidad y aburrida.

A pesar de los programas preventivos y de la educación sexual, los embarazos en las adolescentes se siguen presentando. Los expertos señalan que se debe a que el conocimiento adquirido es informal, desordenado, incompleto y alejado de la realidad, así como la falta de cobertura de los programas de planificación familiar en los adolescentes.

En relación a esto último, la mayoría de los especialistas coinciden en que la educación sexual que reciben en la escuela está más relacionada con el aspecto biológico de la sexualidad, dejando de lado la cuestión psicológica y la social. Además, les falta preparación a muchos maestros en este aspecto.

Sería interesante enfocar la educación sexual tanto a padres como a hijos abarcando los tres aspectos de la sexualidad, puesto que la mayoría carece de la preparación para educar a sus hijos. Por otro lado, es necesario que la sociedad vea el embarazo adolescente como algo natural y no discrimine a las jovencitas que están en esta situación.