El transporte público en Monterrey

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Opinión de Mario Alberto Jurado Montelongo Profesor-Investigador del Colegio de la Frontera Norte de El Colegio de la Frontera Norte

martes 28 de mayo de 2013

Ahora que existe un conflicto entre los empresarios afiliados a la Asociación de Transporte Público de Pasajeros y el Gobierno del Estado conviene presentar algunas cifras de lo que representa para la población el servicio del transporte público en la zona metropolitana de Monterrey.

Un dato que llama la atención y que apoya a la opinión pública sobre lo caro que es el transporte urbano en Monterrey, es el hecho de que a la población que mayoritariamente es usuaria de las unidades urbanas de pasajeros, le cuesta 30 por ciento de sus ingresos trasladarse dentro de esta metrópoli. ¿Por qué se gasta tanto en los traslados diarios? Porque las rutas de los camiones están mal planificadas.

Según datos oficiales, en el año 2005, la longitud promedio de una ruta radial era de 40.44 kilómetros. Mientras que la longitud promedio de una ruta periférica era de 54.15. La existencia de estas largas rutas se debe a la mala planificación de ellas y a la falta de adaptación a una zona urbana que ha crecido en forma extensiva. Es decir, las viviendas de la población trabajadora de bajos ingresos, quienes son los que más necesitan del transporte público, están muy alejados de sus centros de trabajo, de educación, de salud y de los espacios públicos de convivencia.

Por eso es que los traslados significan un promedio per cápita de más de 50 minutos. Este dato no tiene en cuenta los tiempos de espera, que en el caso de García, Nuevo León, a veces son de más de media hora. No es raro que todos conozcamos a personas que pasan hasta tres horas diarias en un camión urbano. Y les aseguro que no muy felices, ya que son pocas las unidades con aire acondicionado y aquellos autobuses con esta comodidad regularmente siguen rutas donde los principales usuarios no son los de más bajos ingresos.

La mala planificación de las rutas se manifiesta cuando nos damos cuenta que al menos 70 de las rutas tienen que trasladar primero a los usuarios al centro de la zona metropolitana y después estos usuarios tienen que transbordar en otras unidades urbanas para llegar a sus destinos. Combinen este dato con la importancia que tiene para la población el transporte urbano en términos de tipo de unidad y nos damos cuenta que el 48 por ciento de los viajes al interior de la zona metropolitana se realiza en camión urbano; mientras que el 30 por ciento en auto particular. Si no existieran tantas unidades en mal estado y con rutas mal planificadas seguramente el uso del auto disminuiría y los costos para los usuarios también. Y no se diga en relación a los costos por contaminación, así como los gastos en infraestructura urbana. Mientras tanto, en forma sorpresiva, los transportistas están peleando las ganancias extras que están dejando de obtener por el descuento que los usuarios de la tarjeta Feria obtienen en los transbordos. Resulta que ellos mismos nos hicieron saber que solamente el 30 por ciento de los usuarios de sus unidades utiliza esta tarjeta y entonces la gran mayoría está pagando la tarifa de castigo y les aseguro que la diferencia entre esta tarifa y la ordinaria les deja más ganancias a los transportistas, que lo que reclaman. Como se dice popularmente: ¡éstos no tienen “llenadera”!