El trabajo desde casa, ¿llegó para quedarse?

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Opinión de Alfredo Hualde Alfaro Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 8 de abril de 2021

Podemos afirmar que el teletrabajo en su modalidad de trabajo desde casa o home office llegó para quedarse. Sin embargo, no sabemos cuántas personas hacen home office en México actualmente de manera regular. Por lo tanto es difícil estimar cuántas lo harán en el futuro,  o si será trabajo híbrido –presencial y a distancia-,  o exclusivamente trabajo a distancia, así como la regulación a la que quedarían sujetos tanto los trabajadores como las empresas. 

El tema es de gran importancia porque puede suponer una transformación sustancial  del trabajo y el empleo en ciertas ocupaciones. A continuación expondré algunos elementos que hay que tomar en cuenta para comprender el fenómeno. 

En primer lugar conviene mencionar que el fenómeno del teletrabajo es global y fue aumentando a raíz de la  pandemia causada por el Covid-19. En la Unión Europea se calcula que 40%  de quienes  trabajaban desde casa en abril del 2020  nunca lo habían hecho anteriormente. Antes de la pandemia sólo 15% de los trabajadores habían trabajado de manera habitual o alguna vez desde su casa;  entre los trabajadores  empleados,  el porcentaje  era tan sólo de 11% pero entre los autoempleados ascendía a 36%.

En Estados Unidos se calcula  que en ocupaciones  relacionadas con asuntos legales quienes hacían trabajo remoto aumentaron de 5% en la segunda mitad de 2019 a 16% en la segunda mitad del 2020. En los bancos y en las finanzas el trabajo remoto se cuadruplicó del  4% al  16%. Para los terapeutas  de salud mental el incremento fue del 1% al 7%.

Según la Encuesta Nacional Ocupación y Empleo, en México en el mes de abril  de 2020, el 23.5% del personal ocupado declaró hacer trabajo desde casa; de este porcentaje, el  16.6% eran hombres  y casi 35% mujeres,  para un total de 7 millones 700 mil trabajadores. 

Sin embargo, en el mes de julio el porcentaje había bajado  del  23.5%  al 15%, siendo éste del 10% en el caso de los hombres y 23% entre las mujeres. En números absolutos el número de personas que trabajaban desde casa era de alrededor de 5 millones y  medio. Esta encuesta que incidía sobre aspectos relacionados con el Covid ya no se levantó después del mes de julio.

A escala regional, una encuesta del Grupo interinstitucional de Investigación (GIDI) estimaba que alrededor de la mitad de las empresas de Baja California implementaron en la primavera del 2020 medidas de trabajo a distancia. En una encuesta posterior levantada en otoño el porcentaje aumentó a casi el 77%.

Aunque no se sabe con precisión las ocupaciones de estas personas lo más probable es que fueran trabajadores  que realizan trabajos de oficina, profesionales del software, profesores entre otros; es decir profesionistas que antes de la pandemia también trabajan desde casa aunque fuera parcialmente. Sin embargo, a este tipo de trabajadores se  sumaron por ejemplo  empresarios que comenzaron a hacer  ventas en línea, trabajadores de call centers y los gestores de plataformas como los de reparto de comida. 

De los datos anteriores y de estimaciones internacionales inferimos que  en el futuro el trabajo desde casa y el teletrabajo en general será de mayor magnitud que antes de la pandemia pero no tanto masivo como a mediados del 2020 y posiblemente estará más regulado.

Por ejemplo,  la empresa Ford  comunicó  recientemente  a  30,000 de sus empleados en todo el mundo que han trabajado desde casa,  que pueden continuar haciéndolo indefinidamente, con horarios flexibles aprobados por sus gerentes. Sus horarios se convertirán en un “híbrido” entre el trabajo y la oficina: viajarán al trabajo principalmente para reuniones de grupo y proyectos más adecuados para la interacción cara a cara.

Este tipo de anuncios y pronósticos tienen como trasfondo la idea de que la distancia física con los compañeros y con los clientes así como el  tipo de espacio de trabajo, -al aire libre y bien ventilado o en interiores-, son condicionantes a tomar en cuenta en la medida en que las condiciones sanitarias todavía son inciertas.

Sin embargo, otros factores también intervienen en este tipo de decisiones. Las empresas que promueven el trabajo en casa o  soluciones híbridas consideran que pueden mantener la productividad, no incurrir en mayores costos y poner en marcha los mecanismos tecnológicos que les aseguren la confidencialidad de la información y el control del trabajo a distancia que son dos de sus preocupaciones principales. Ello les permite salvar la resistencia al trabajo de ciertas gerencias por falta de confianza en los trabajadores.

Entre los trabajadores las reacciones al trabajo en casa no son tan claras. Por un lado, se señala que el trabajo en pantalla aumenta el stress, alarga la jornada laboral y perjudica a las mujeres que tienen que atender a su trabajo y además al cuidado de los hijos y las personas mayores; además se menciona que el aislamiento es un factor negativo para muchos trabajadores no sólo desde el punto de vista psicológico sino porque dificulta la organización colectiva. En contraste, algunos trabajadores encuentran positivo no tener que desplazarse, gastar en transporte o en comida. Sin embargo, es necesario reconocer que faltan investigaciones sistemáticas  acerca de esta modalidad laboral y las condiciones en que se realiza.

Esto es importante en la medida en que en el mes de enero en México  se aprobó la Ley del Teletrabajo que tiene como objetivo regular algunos aspectos importantes del trabajo desde casa. Algunos de los temas destacables en la nueva ley son los siguientes:

-En primer lugar se define al teletrabajador como aquel que lleva a cabo al menos 40% de su jornada en esta modalidad y cuya  actividad es  subordinada.

-El teletrabajo es voluntario y  reversible, es decir se puede volver al lugar de trabajo habitual siempre que lo decidan las partes. 

-El teletrabajo debe tener las mismas condiciones que el trabajo presencial .

-Deberá realizarse con una perspectiva de género de manera que se pueda conciliar  la vida laboral  y la vida familiar.

-El trabajador tiene derecho a la desconexión digital, es decir no trabajar más allá del tiempo  de su jornada laboral.

-Los empleadores deben pagar proporcionalmente los gastos en internet y electricidad en que incurran los trabajadores en sus hogares.

Sin embargo, aunque la ley ya se promulgó, se prevé que en un plazo máximo de dieciocho meses se emita  una Norma Oficial que precisaría algunos de los aspectos contenidos en la Ley. Lo que no está definido es qué aspectos de la ley deben implementarse desde ahora y cuáles quedarán  sujetos a lo que contemple la Norma mencionada y se concrete en las negociaciones que se den en las empresas

Así pues, el trabajo desde casa, el trabajo híbrido y también los procesos de automatización seguirán marcando tendencias novedosas y a veces contradictorias  en los mercados de trabajo y en la vida de los trabajadores. El reto es lograr que esas nuevas tendencias se traduzcan en  condiciones dignas y en derechos laborales efectivos  tal como lo  propone la Organización Internacional del Trabajo así como  la Ley del Teletrabajo que acabamos de comentar.

Alfredo Hualde Alfaro
El Colegio de la Frontera Norte