[:es]Corredor fronterizo: El nuevo reglamento de tránsito y la cultura vial en Nuevo León[:]

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Opinión de José Luis Castro Ruiz Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

martes 21 de noviembre de 2017

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El pasado mes de junio entró en vigor el nuevo reglamento homologado de tránsito para Nuevo León, un documento acordado y avalado por los presidentes municipales del Área Metropolitana de Monterrey (AMM). Una de las características de dicho reglamento, son los altos montos de las multas como un medio para mejorar la cultura vial entre los neoleoneses.

La cultura vial en Nuevo León es una de las preocupaciones más comentadas por los medios locales y nacionales. Por años, el estado ha mantenido el primer lugar en número de accidentes viales, muy por arriba de entidades con parques vehiculares más grandes, como son la ciudad de México y Jalisco. Sólo en el primer semestre de este año se contabilizaron poco más de 200 fallecimientos por accidentes viales en el estado, la mayoría de ellos en el AMM, y de los cuales el 42 por ciento corresponde únicamente a atropellamientos.

Desde la perspectiva antropológica, algunos especialistas sostienen que la cultura vial está  implícita en la forma como las sociedades se ven a si mismas, de modo que cada sociedad presenta un nivel determinado de cultura vial. Este tiene sus orígenes en la educación misma que transmiten padres a hijos en el seno del hogar, y se reproduce en el aprendizaje del individuo en fases posteriores de su desarrollo. Si no enseñamos a nuestros hijos la esencial importancia de ponerse el cinturón, seguir las normas para cruzar la calle, o darle le debida atención a los programas de educación vial en la escuela por citar algunos ejemplos, es difícil que ellos desarrollen hábitos y actitudes positivas que les permitan coexistir en la vía pública.

La experiencia acumulada en Estados Unidos y algunos países europeos en torno a la educación vial, identifica a la existencia de leyes y reglamentos punitivos sólo como una componente de un conjunto más integral de estrategias que incluyen la prevención. En este sentido el papel del estado se torna fundamental, al garantizar no solamente la integralidad de dichas estrategias, sino su permanencia en el tiempo.

Ciertamente algunos cambios en el nuevo reglamento de tránsito eran urgentes, como las multas a los vehículos de carga, una necesidad largamente esperada a raíz de los múltiples accidentes mortales en el pasado, pero la labor de las autoridades no debe quedar ahí. Algunas novedades que se han introducido este año en ese sentido son por ejemplo la creación de día Estatal de la Seguridad Vial en el mes de septiembre, con la finalidad de llevar a cabo programas de concientización entre la población, y el proyecto del observatorio vial, cuyos proponentes mantienen que servirá de base para el desarrollo de proyectos y programas que busquen mejorar el nivel de cultura vial entre los neoloneses.   

La idea de una cultura vial acorde a sus necesidades, puede ser todavía una meta lejana para Nuevo León y el AMM, pero su búsqueda será más difícil si el papel de las autoridades se sigue limitando a acciones aisladas y coyunturales. La puesta en vigor del actual reglamento de tránsito pudo muy bien haber incluido un período de notificación a los automovilistas por parte de los agentes de tránsito, sobre los nuevos montos de las multas y cambios que puedan afectar los hábitos de manejo, como las vueltas prohibidas con el semáforo en rojo. Sin estos esfuerzos, el nuevo reglamento no puede menos que ser identificado como una medida netamente recaudatoria.  

Dr. José Luis Castro Ruiz

El Colegio de la Frontera Norte [:]