Recién coordiné la organización de Evento La legitimación de contratos colectivos en el nuevo escenario laboral https://www.colef.mx/evento/seminario-la-legitimacion-de-contratos-colectivos-en-el-nuevo-escenario-laboral/ con el objetivo de reflexionar en torno la importancia de este procedimiento para el futuro de la clase trabajadora en México, dado que la mayor parte de los trabajadores con sindicato debemos legitimar nuestro contrato colectivo. El evento enfatizó la importancia de estar bien informados para ejercer un voto razonado a la hora de legitimar o no el contrato colectivo. La idea inicial del seminario era sentar a la mesa a los actores centrales de este proceso, sindicatos y trabajadores, y otras instancias que desempeñan un papel importante en este proceso como las autoridades gubernamentales laborales y los abogados laborales. La mayor parte de los actores se sentaron a la mesa, salvo uno: los trabajadores. En mi papel de organizadora consideraba relevante que un (a) obrero (a) de la base obrera, sin grandes vinculaciones con el sindicato o sus líderes, es decir, el trabajador común, diera el testimonio de ¿Qué sabe de la legitimación de contratos? , ¿o bien cómo vivió su legitimación de contrato colectivo?. Sin embargo, l@s trabajador@s declinaron participar, en principio pensé que les inhibía participar con abogados, líderes sindicales, a los que podía conocer. Por lo que recurrí a la búsqueda de trabajadores sindicalizados en otros estados, el resultado fue el mismo: ni l@s trabajador@s de Matamoros, que se consideran aguerridos, ni de otros estados como Coahuila, Chihuahua, Sonora, Michoacán y otros más, quisieron hablar, lo que resulta muy preocupante, dado que en esta nueva etapa laboral, ellos son los actores centrales de la democratización sindical. Las argumentaciones recibidas para el rechazo mostraron que solo unos cuantos era por pena el no hablar en público, la mayoría de ellos tenían miedo de expresar en público su posición, por temor a represalias ya fuese por el sindicato o por la empresa, cito la opinión de una obrera, activista, de Matamoros: “(no podré participar), lo que pasa es que me movieron de turno…también ando bien perdida en ese tema (la legitimación)…después de todo lo que paso (el movimiento de Matamoros de 2019) no solo yo tengo miedo de las represalias sino la mayor parte de todas la gente, nadie sabe y nadie quiere opinar en esta planta”. El miedo y la desinformación sobre el tema son aspectos que las autoridades laborales deberían atender de manera inmediata, si es que desean que el proceso sea exitoso. Los trabajadores deben estar bien informados, saber que estar protegidos y que su voto libre y secreto es parte fundamental para el mejoramiento laboral de los trabajadores sindicalizados en México.
Lo más preocupante es que el miedo existe no solo entre los trabajadores de la maquila sino entre los trabajadores de las grandes paraestatales, como los mineros, una activista coahuilense, expresaba “ ..efectivamente los trabajadores sindicalizados no hablan en público por miedo y la mayoría de los trabajadores mineros ni siquiera tienen sindicatos”, e incluso entre los trabajadores de la educación quienes también declinaron participar para no tener problemas con el sindicato. Con el afán de animarlos les ofrecí opciones: participación virtual, audios, pero no aceptaron. Salvo una trabajadora de la automotriz en Guanajuato que envío su participación unas horas antes y fue difícil integrarlo “en vivo”. Sin embargo, esperemos rescatarlo en el enlace final del evento. Los rechazos de trabajadores a participar con su punto de vista indican algo por demás preocupante: la brecha entre lo expresado por la autoridades laborales, por los medios de comunicación, y lo acontecido en la realidad, quienes mencionan que con la legitimación se está dando un avance en la democracia sindical dado que los trabajadores están votando; y lo que está aconteciendo en la realidad, los trabajadores van a votar porque lo “tienen que hacer” pero desinformados y con miedo. Terminar con ese miedo no es fácil porque supone erosionar las estructuras de control y poder que se han articulado entre buena parte de los sindicatos y las empresas. Para ello solo la información y la capacitación de los trabajadores para ejercer un voto razonado es la solución.
Los activistas tienen claro porque no hablan los trabajadores, uno de ellos mencionaba: (la gente no habla) porque la burocracia sindical es muy canija y represiva. La gente quiere cuidar su trabajo, no tiene renta casi vitalicia como los líderes sindicales (corporativos) y hasta los sindicatos independientes…a un obrero lo despides fácilmente…máxime cuando no tiene respaldo organizativo…los dirigentes (sindicales) cuando hablan no tienen nada que perder..un obrero (pierde todo) su trabajo” El testimonio sirve para comprender la negación de los trabajadores a expresar su opinión. La decisión es una forma de autoprotegerse, de no exponerse, de evitar el hostigamiento y represalias que han visto en los compañeros que han expresado su descontento. Así pues, mientras este proceso de legitimación busca involucrarlos en la vida de sus sindicatos, ellos consideran que no participar, no expresarse les garantiza no tener problemas. En otras palabras, que todo siga igual. Desde esta perspectiva, si bien los trabajadores seguirán participando en las legitimaciones contractuales, esto no significa un avance sustancial en la democracia sindical, y el subsecuente mejoramiento laboral, a menos que haya suficiente información, generalizada y en todos los espacios laborales, y protección por parte de las autoridades para que los trabajadores tomen una decisión no solo bien fundamentada sino que crean que con su voto pueden construir la base para un cambio sustancial y esencial en la vida sindical de México.
Dra. Cirila Quintero Ramírez
El Colegio de la Frontera Norte