El feminismo “de antes”

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Opinión de Martha del Carmen González Reyes Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 2 de marzo de 2023

Cuando una cae en este mundo del feminismo, ya no hay vuelta atrás, no se puede volver a mirar la cotidianidad sin esta lente púrpura y verde que no nos permite obviar el machismo en todas sus máximas, mínimas y micro expresiones. Nuestra lente verde purpúrea detecta a largas distancias las agresiones verbales dichas y las no dichas, aquella que aquel colega toma como “es bromita, no te enojes”, hasta aquella realmente explicita que amerita como mínimo una falta administrativa sino es que una acusación formal ante la ley.

A menudo se nos cuestiona porque no somos como aquellas feministas “de antes”, aquellas que sin rayar paredes y destruir monumentos lograron el voto femenino, lograron el divorcio, lograron el reconocimiento de que no somos máquinas de procrear, que servimos para algo más que estar “cargadas y en la esquina”. ¡Ay!… suspiran aquellos; debieran ser como las feministas “de antes” y saber gobernarse, hablar con moderación, mantener la compostura.

Creen, en su ignorancia de la historia básica, que los derechos fueron “otorgados”, que en una charla de caballeros se lograron todos estos principios básicos. ¿De verdad creen que calladitas logramos algo?

No, la lucha nunca es silenciosa, porque hemos aprendido que calladas nos desaparecen, nos borran de la historia, del arte, de la literatura, de la ciencia. La lucha es a gritos y sombrerazos, para hacerles ver que existimos, resistimos y luchamos, porque nada se cae, lo tenemos que tumbar. 

Las feministas de hoy vestimos como se nos da la gana, nuestro cabello es del color que deseamos que sea, ya sea rosa, azul, morado, castaño, negro o con canas. La percepción que tenemos de nuestro cuerpo no está condicionada por un estándar ridículo e inalcanzable, nuestra ropa representa comodidad y vestirse para una misma. Y si gritamos, maldecimos, marchamos y pintamos paredes. Así que prepárense, porque este 8 de marzo tomaremos las calles, el espacio será nuestro y lo modificaremos como nos dé la gana, las calles se pintaran de púrpura y verde, nombraremos a las que nos faltan y romperemos lo que se tenga que romper. 

Porque seguimos, aún a estas alturas, sin entender porque se arrebatan por una pared rayada, y no protestan por una pared manchada de sangre, nos indigna que esté listo un pelotón de hombres prestos a defender un pedazo de piedra, una puerta, o cualquier objeto inanimado, pero no haya una sola patrulla disponible para acudir a ayudar a una mujer muerta a golpes. Gritamos que no nos maten, porque calladas murieron muchas, marchamos por las que nos faltan, porque mañana cabe una alta probabilidad de que faltemos nosotras.

Estamos gritando, estamos sacudiendo toda la rabia, al menos nosotras solo rayamos, las feministas “de antes” habrían incendiado el edificio, habrían tomado los aeropuertos como tomaron los ferrocarriles, habrían hecho huelgas de hambre, habrían usado explosivos y saboteado sesiones del Parlamento. 

Quizá tienen razón estos detractores, deberíamos las feministas de ahora dejar de lado la moderación y volver al feminismo de antaño, porque nuestras acciones de hoy son las acciones más moderadas de las feministas “de antes”.

Volvamos al feminismo “de antes”, porque ya no es pelear por el derecho a ser visible política y socialmente, ahora la lucha es porque no nos maten, que no se desestimen las denuncias, porque no se desaparezcan las pruebas, luchemos porque el “Estado” cumpla el más mínimo de sus requisitos para llamarse “Estado”, esto es garantizar la vida, una vida digna libre de violencia. 

Martha del Carmen Gonzalez Reyes.

Estudiante de la Maestría en Desarrollo Regional. El Colegio de la Frontera Norte