El envejecimiento de la población en México se ha convertido en un tema de la agenda pública en los últimos años. Como fenómeno global señala cambios importantes en la estructura de la población que impactan el bienestar económico, social, familiar y muy particularmente el de la salud. Los datos censales de 2010 señalan que en México viven 10 millones de adultos mayores de 60 años, los cuales representan 9% de la población. Una tercera parte de ellos tienen menos de 65 años y 50% menos de 70 años, mientras que 15% representa a los de 80 años y más. A esta estructura por edad se le sumarán durante los próximos años cerca de 9 millones de individuos actualmente entre 50 y 59 años, lo que evidencia el crecimiento vertiginoso de la población envejecida en México.
Sin embargo este fenómeno, resultado de la transición demográfica y epidemiológica no se presenta de manera homogénea en las diferentes regiones y sectores sociales de nuestro país. Entre los estados de la republica, el Distrito Federal, encabeza la lista con 11.34%, mientras que Nuevo León se encuentra en la media nacional con 8.75% y otros estados como Quintana Roo, Baja California Sur y Baja California son los estados menos envejecidos.
De acuerdo al censo de 2010, en Baja California residen 3,155,070 habitantes, de los cuales 215,854 son mayores de 60 años. Este 6.84% de la población esta poco envejecida: la mitad son menores de 65 años, y 12.24 % son octogenarios y nonagenarios. Aproximadamente 102 mil son hombres y 114 mil mujeres. En Tijuana se concentra un 43%, poco más de la tercera parte están en Mexicali (34%), Ensenada reúne a 17% y en Tecate y Rosarito se encuentran las mismas proporciones de adultos mayores (3%) A nivel municipal, Rosarito y Tijuana concentran a los más jóvenes, mientras que Mexicali y Ensenada a los más viejos.
A pesar de tener estas cifras comparativamente más bajas que el resto del país, el rápido e intenso cambio demográfico, característico de los países con ingresos bajos, también se refleja en Baja California donde la población adulta mayor ha aumentado 2.7 puntos porcentuales en los últimos 30 años pero en los siguientes 17 años se espera que se duplique llegando a 14% en 2030. Lo anterior contrasta con países como Francia donde se tardaron 100 años para que la población adulta mayor se duplicara de 7% al 14%.
Una de las mayores preocupaciones acerca del envejecimiento demográfico de la población es el aumento del número de personas expuestas al riesgo de enfermar y morir a causa de enfermedades no transmisibles como el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardíacas entre otras. De este alto riesgo surge una consideración aún más importante como es el riesgo de discapacidad. En Baja California cerca de 42,000 adultos mayores, es decir el 20% de la población, presentan algún tipo de discapacidad con las mujeres encabezando la lista. El trastorno de la movilidad se encuentra en el 60% de los casos, seguido de las limitaciones sensoriales en el 30%, 8% tienen limitaciones cognoscitivas y 5% problemas en actividades de auto cuidado.
Finalmente esta condición de enfermedad y de discapacidad nos conduce a otro nivel de análisis: las fuentes de apoyo con las que cuentan los adultos mayores. Por una parte está el acceso a los servicios de salud y por otra, la red de apoyo familiar de que disponen. En el primer caso, se sabe que 75% de los adultos mayores en Baja California tienen acceso a servicios de salud, 72% de la población masculina y 78% de la femenina.
El IMSS presta sus servicios a la mayor proporción con 60%, 16% se encuentran afiliados al ISSSTE y 18% al Seguro Popular, mientras que sólo 6% tiene algún tipo de seguro privado. Acerca de las redes familiares existe poca información, sin embargo sabemos que de los 144,326 hogares de Baja California donde hay al menos un adulto mayor cerca del 40% viven solos, algunos en hogares unipersonales (16.3%) y otro en hogares nucleares compuestos por dos adultos mayores (20.7%). El incremento en la necesidad de prestar asistencia en forma prolongada representa un incremento en la carga para las familias, las cuales han sufrido transformaciones importantes por la disminución en el tamaño de la unidad familiar y la evolución social de la mujer, particularmente en estados fronterizos donde la incorporación de la mujer al mundo laboral es más frecuente.
Frente al panorama inminente del envejecimiento de la población en Baja California, se hace presente la necesidad de buscar nuevas y mejores alternativas de atención médica, necesidad de generar políticas públicas en salud y políticas públicas en sectores que atiendan otras necesidades de los adultos mayores: transporte, comunicaciones, espacio público y en general, diseñar estrategias que ayuden a mejorar su calidad de vida.