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“Once to every man and nation,
Comes the moment to decide,
In the strife of truth with falsehood,
For the good or evil side;
Some great cause, some great decision,
Offering each the bloom or blight,
And the choice goes by forever,
’Twixt that darkness and that light.”
Fragmento del himno “Once to every man and nation”
escrito por James Lowell en 1845,
en protesta por la Guerra contra México
Ayer se celebró el día de la marmota en Estados Unidos y Canadá; durante esta festividad se busca pronosticar el fin del invierno mediante el comportamiento de una marmota; si ésta al salir de su madriguera ve su sombra reflejada y regresa a su cueva, significa que el invierno aún durará seis semanas más; si por el contrario el roedor no ve sombra alguna y sale de su escondrijo, entonces la primavera será temprana. En este 2017, la marmota predijo que tendremos seis semanas más de invierno.
Este invierno -que amenaza con prolongarse- ha venido acompañado desde hace dos semanas de una situación similar al descenso por un río turbulento, si consideramos la desbocada emisión de órdenes ejecutivas del Presidente Trump; 19 hasta el día de hoy. Las acciones ya están teniendo impacto en la sociedad estadounidense; en la burbuja californiana donde me encuentro, cada firma es vista con desmayo y la comunidad está avergonzada y afrontada. Aún más cuando consideramos que el agravio se ha acercado a casa; el sábado pasado, Nisrin Omer, una estudiante de doctorado en Antropología en Stanford de nacionalidad sudanesa pero residente desde 1993 (con su primer grado de Harvard) fue detenida en el aeropuerto JFK de NY cuando regresaba de un viaje de estudios en Sudán, fue esposada y confinada en segunda inspección por cinco horas. La universidad se movilizó y logró sacarla del aeropuerto y traerla de regreso a California.
Las reacciones en la Universidad de Stanford no se han hecho esperar, y este jueves se organizó en la Escuela de Derecho un evento dirigido a nacionales de los siete países directamente afectados: Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen. Fue tal el interés que causó, que se tuvo que organizar un segundo foro general a fin de dejar suficiente tiempo a los potencialmente afectados para que resolvieran sus dudas puntuales y pudieran solicitar asistencia legal.
Me uní al nutrido foro general, mismo que constó de dos partes; durante la primera, cinco abogados de la escuela de leyes con experiencia en la administración federal, la Suprema Corte y la defensoría de derechos humanos hablaron por cerca de 10 minutos cada uno sobre diversos aspectos del tema, algunos de los expositores habían pasado la madrugada del jueves en los aeropuertos ofreciendo ayuda a los afectados; la segunda parte se dedicó a responder dudas del público.
La exposición de los abogados inició con la pregunta sobre quiénes en el auditorio no tenía formación en leyes, ante el contundente 90 % de manos alzadas, la explicación arrancó de lo básico, se nos dijo que una orden ejecutiva es una orden legalmente vinculante girada por el Presidente a las agencias federales y sus oficiales para ser ejecutada. Hay tres tipos de órdenes, la primera ya detallada antes, la segunda es la “Proclama” que guardan más bien un carácter simbólico; el tercer tipo de orden es directivas de seguridad nacional. Es importante recalcar que las órdenes ejecutivas no requieren la aprobación del Congreso para ser implementadas, sin embargo tiene el mismo peso legal. Se listaron ejemplos de órdenes ejecutivas infames como la 9066 durante la Segunda Guerra Mundial y que autorizaba la deportación de ciudadanos americano-japoneses, alemanes e italianos a campos de internación; y cómo se han arreglado conflictos causados por las órdenes en las cortes. Esta primera exposición concluyó remarcando que de las 19 órdenes ejecutivas, tres se enfocan en inmigración y que éstas son especialmente vagas.
La segunda exposición profundizó sobre las tres órdenes ejecutivas sobre inmigración: 1) orden ejecutiva para prevenir la entrada de terroristas islámicos (Immigration ban); 2) la seguridad fronteriza y mejorar la vigilancia migratoria (Border wall); 3) Reforzar la seguridad pública al interior de los E.U (Santuary cities). Se mencionó que la prohibición de la entrada a ciudadanos de siete países -a pesar de tener permisos de trabajo, visa y documento que ceden refugio en los E.U- es visible, en tanto que la deportación masiva, acelerada, y sin asistencia legal que pueden poner en marcha las otras dos órdenes ejecutivas podría pasar desapercibida.
La tercera exposición recalcó la rapidez con que los tribunales están respondiendo a los conflictos causados por la implementación de las órdenes ejecutivas sobre migración, dado que el discurso de seguridad nacional no es tan efectivo como lo fue en el 11 de septiembre, y que además las intenciones blanco supremacistas de la actual administración son evidentes. Aunado a esto, la batalla legal se ha visto favorecida por muchas empresas –varias de ellas ubicadas en el Silicon Valley- dado que dependen en gran medida de la migración.
La cuarta exposición detalló los casos de demanda que al momento se han presentado y las posibles resoluciones. Se mencionó que si bien las órdenes ejecutivas pueden ser pasajeras, no así algunas de sus acciones, por ejemplo la reducción del número de refugiados admitidos al país. La última exposición remarcó que más allá de las resoluciones en los tribunales, la narración histórica que al momento se forja es relevante, y que no se debía comprar la propaganda de la criminalidad y peligrosidad de los inmigrantes y que era tiempo de reclamar a los representantes acciones contundentes contra las medidas de la administración federal. Asimismo, también se señaló que salir a la calle a protestar era una acción efectiva, que de hecho éstas medidas de desaprobación pública habían tenido al momento victorias pequeñas pero significativas como el retiro de la potencial revocación de residencia de los ciudadanos de los siete países al momento afectados.
Durante la sesión de preguntas y respuestas se tocaron temas específicos tales como la situación migratoria de estudiantes, la recomendación de viajar o no, los impactos en otras nacionalidades, la posibilidad de ser detenido por la policía, los derechos y estrategias de los cuales echar mano. De las muchas preguntas y respuesta una en especial llamó mi atención; se cuestionó si la lista de inmigración prohibitiva podría ser aumentada y cuál sería la posibilidad de que México fuese uno de los países a incluir, a lo que se respondió que no había nada escrito pero que al momento no hay señales de que eso sucederá.
Al final del evento sentí que la asistencia al foro fue ilustrativa y que había despejado muchas dudas que tenía ante la confusa, impulsiva y caprichosa forma de gobernar de la nueva administración que he observado en estas ¡primeras dos semanas! Al momento me pregunto si las seis semanas que tomará la primavera en llegar serán suficientes para propiciar un juicio político contra el Presidente. Esta debería ser una pregunta para el famoso roedor, si su precisión de pronóstico es tan certero -entre un 75 % y un 90 % -, como afirman los miembros del Club de la Marmota.
Dra. Gabriela Muñoz Meléndez
El Colegio de la Frontera Norte[:]