El Covid-19 y sus efectos comerciales entre México y Estados Unidos. Un camino en doble sentido.

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Opinión de Eliseo Díaz Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 19 de noviembre de 2020

Los efectos en el sector externo derivado de la pandemia Covid-19 en particular en la relación México – estados Unidos han sido muy amplios. Esto lo podemos verificar revisando las cifras de balanza de pagos que elabora el Banco de México, donde se resumen el conjunto de las transacciones económicas que lleva a cabo el país. Este desempeño, sin embargo, no puede entenderse sin el esfuerzo extraordinario de la fuerza laboral de las ciudades de la frontera norte, que ha continuado trabajando en las empresas manufactureras pese a las alertas desatadas por el Covid-19. 

Los principales efectos se han presentado en el balance comercial, la inversión extranjera directa, la migración, el turismo y los visitantes fronterizos y el envío de remesas.

Las exportaciones de México a EEUU, su principal socio comercial, reportaron su peor registro en mayo, con una caída del 50% respecto al nivel promedio mensual registrado en 2019. Pero a partir de junio mostraron una rápida recuperación y para septiembre habían superado ya el nivel de 30 mil millones de dólares registrado antes de la pandemia.

Al igual que las exportaciones, las importaciones también reportaron una caída del 50% hacia mayo del 2020, desde un nivel de 16 mil millones de dólares registrado en el mismo periodo del 2019. En el caso de las importaciones, la recuperación ha sido más moderada y al mes de septiembre no había logrado regresar al nivel anterior a la pandemia. Esto se debe a que, como consecuencia de la recesión económica que se vive en el país, la demanda de bienes de capital, insumos intermedios especializados e incluso la demanda de bienes de consumo de origen importado, ha descendido dramáticamente en México. 

Esta caída paulatina en las importaciones se veía desde 2018 y fue más aguda en el 2019 al grado que logró revertir el tradicional déficit en la balanza comercial, que reportó, el año pasado, un ligero superávit. 

Como consecuencia de lo anterior, con Estados Unidos hemos visto una mejoría en el superávit comercial de México, que ha aumentado en casi un 15% del nivel medio observado antes. Resulta paradójico que la renegociación del nuevo acuerdo comercial de América del Norte, ahora llamado simplemente Tratado Comercial México-Estados Unidos-Canadá (TMEC, según el país desde donde se nombre), que se renegoció por presiones del ahora derrotado presidente de EEUU Donald Trump en la idea de reducir o eliminar el déficit comercial que ese país tiene con México, vea ahora en el primer año de entrada en vigor, aumentar el déficit comercial de ese país con su socio del sur. En el periodo de junio-septiembre se ha ubicado en un nivel de 16 mil millones de dólares cuando el valor medio en 2019 fue de 14 mil millones.

Esta menor afectación en las cifras de exportaciones significa que la actividad industrial en la frontera, desde Baja California y hasta Tamaulipas, se ha mantenido a pesar de la pandemia.

Sin duda la pandemia afectará al comercio exterior de México, no sólo por el cierre de actividades en el sector manufacturero si no además por las afectaciones en el turismo y en los precios y la producción de petróleo que se han visto muy afectadas. En el periodo enero-septiembre las exportaciones totales han caído un 14% respecto a los valores registrados en el 2019 y en el caso de las importaciones, el descenso ha sido de cerca de un 19%. Es altamente probable que al cierre del 2020 se mantenga este tendencia.

La industria manufacturera de exportación ha hecho un esfuerzo muy grande para sostener el ritmo de actividad económica, con mucho han sido los trabajadores los que, poniendo en riesgo su salud e incluso su vida dada la alta letalidad de la pandemia, han cooperado para sostener los niveles de exportaciones durante estos meses de elevados contagios. Si analizamos el número de horas trabajadas en la industria maquiladora y manufacturera de exportación que elabora el INEGI, vemos que la contracción más fuerte en las horas trabajadas ocurrió en los meses de abril y mayo, cuando se decretó el cierre de actividades económicas no esenciales. 

Los estados de la frontera norte son las entidades que reportan menos disminución de las horas trabajadas en los meses críticos del cierre de actividades por la pandemia, y eso explica que la región haya continuado produciendo y sosteniendo un nivel de exportaciones menos crítica que el esperado.  

A medida que avanzó la pandemia y se reabrieron las actividades productivas regresando a la nueva normalidad, en los estados de la frontera algunos aumentaron el esfuerzo laboral en relación con el año anterior, como en Baja California, Chihuahua y Sonora. 

Para agosto se presentó un rebote y de nuevo las horas trabajadas disminuye con relación al año pasado y se espera que esta gradual disminución del esfuerzo manufacturero continúe en septiembre. De cualquier modo, a pesar de que continuar trabajando e incluso incrementar el esfuerzo productivo permitió una menor disminución de las exportaciones, en realidad esto se presentó como un camino de ida y vuelta, pues implicó mayor exposición y más contagios en las ciudades de la frontera norte, como podemos concluir revisando la información periodística en esos estados.

Dr. Eliseo Díaz

El Colegio de la Frontera Norte

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