El centro de la ciudad de Monterrey

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Opinión de Mario Alberto Jurado Montelongo Profesor-Investigador del Colegio de la Frontera Norte de El Colegio de la Frontera Norte

miércoles 30 de octubre de 2013

El centro de Monterrey es una zona urbana bastante heterogénea y desigual, por una parte tenemos zonas deterioradas como la norponiente, donde se encuentra el mayor número de cantinas y también posee un número considerable de comercios especializados como las ferreterías, venta de ropa y comercio informal.

La zona donde se encuentra el mercado de frutas y verduras junto con el Mercado Juárez es un espacio bastante concurrido por personas que buscan a buenos precios hacerse del mandado para la casa y también suele ser un punto de conexión con rutas camioneras que reciben usuarios que vienen de la Macroplaza o de la Alameda, y que van a diferentes puntos de la periferia de la zona metropolitana.

También existe el corredor comercial que abarca toda la calle de Juárez desde Colón hasta la calle peatonal Morelos, y que continúa por esta misma zona peatonal al oriente hasta Zaragoza y al poniente hasta Pino Suárez. Por otra parte tenemos al Barrio Antiguo, que en estos momentos está en una situación de cambio con la esperanza de una buena restauración, donde los principales usuarios de este espacio son sus residentes, comerciantes, restauranteros, oficinistas y jóvenes con intereses culturales y de diversión que se reúnen alrededor del mercado del arte o que visitan los cafés o bares del Barrio.

Están las zonas de paseo y esparcimiento identificadas en el poniente por la Alameda; al oriente por el Paseo Santa Lucía, que es muy concurrido por ser agradable para caminarlo y la Macroplaza que contiene los museos y la explanada donde se desarrollan grandes eventos. A pesar de que el centro ha tendido a transformarse más en un espacio de comercio, esparcimiento y de paseo, todavía cuenta con miles de residentes repartidos en diferentes zonas, principalmente en el norte y en el poniente.

Pero, por las condiciones físicas en que se encuentra, el centro de Monterrey parece diseñado para que funcione como un campo minado que solamente puede ser transitado por deportistas extremos: eludiendo autos en las calles y banquetas, saltando botes de basura, evitando lodos y charcos, caminando en banquetas con declive pronunciado; soportando olores a drenaje; corriendo en calles oscuras y sin banquetas; cuidándose de los taxis que no respetan la luz roja del semáforo, sorteando vendedores ambulantes, etcétera.

Otro problema grave es la basura que se acumula en las banquetas producto de árboles que se cortan o se caen; o de basura que tiran los que transitan por estas calles céntricas o la generada por los vendedores fijos o ambulantes que abundan en el centro. En este sentido se requiere de un plan municipal claro que considere la participación ciudadana donde se busque la concientización de los diferentes actores sociales como los habitantes, comerciantes, vendedores ambulantes, peatones, turistas, visitantes, trabajadores, etcétera. Puede ser que estas tareas sean fortalecidas por la formación de brigadas ciudadanas por zonas que ayuden también en la limpieza del centro. En general se requiere un programa especial que lo transforme en un espacio transitable y tratando de que se disminuya la contaminación ambiental, visual y auditiva. ¿Cómo podría ser? Administrando un uso racional del transporte particular y público, determinando una carga vehicular máxima que permita tener niveles bajos de contaminación.