El agua que disponemos para los distintos usos de esta población proviene del río Bravo, una cuenca transfronteriza que compartimos con Estados Unidos y que a través del Tratado de Aguas de 1944, firmado entre los dos países, se regula su distribución para ambas partes. Un recurso considerado escaso por las características geográficas de esta frontera que se traducen en sequías recurrentes. Pero también por la demanda cada vez mayor del recurso por parte de la población y por los impactos generados en su apropiación.
En este espacio quiero abordar tres ideas en torno a ese tema para el caso de Nuevo Laredo.
1. El carácter transfronterizo del recurso hídrico. Este aspecto le da una peculiaridad cuando se trata del manejo y uso del agua y sobre todo de los impactos que conllevan esas actividades en su calidad. En esto último, por ejemplo, un problema de contaminación del agua de esta cuenca puede convertirse en una problemática internacional.
En ese sentido, se ha documentado el problema de las descargas de aguas residuales –al menos 12–que aún existen en Nuevo Laredo y cuyas aguas se vierten sin tratar al río Bravo, con un volumen de al menos 157 l/s (CILA, 2018).Un problema que ha derivado en reclamos de autoridades de Laredo, Texas demandando su solución. No obstante que Nuevo Laredo tiene la capacidad en infraestructura para el tratamiento de esas aguas a través de las diferentes plantas de tratamiento que hay en la ciudad y sobre todo de la Planta Internacional de Tratamiento de Aguas Residuales de Nuevo Laredo (PITARNL), la cual entra en operación en 1996.
A esa problemática contribuyen las descargas de aguas residuales –al menos 6– sobre el arroyo El Coyote que generan contaminación en las aguas de El Laguito y pueden hacerlo en el río Bravo a donde finalmente desemboca dicho arroyo. Descargas que han sido reconocidas por las autoridades correspondientes.
En ese contexto, el tratamiento de las aguas residuales y la introducción y/o mantenimiento de la infraestructura asociado con ello, el sistema de drenaje –sanitario y pluvial– y la PITARNL, deben ser temas prioritarios de siempre en la política pública local.
2. El manejo y uso del agua potable en la ciudad es también un tema trascendente. Uno que no está disociado del anterior, ya que –como se dijo– se trata del agua que proviene del río Bravo.
En ese rubro, el abasto de agua para la población de escasos recursos, sobre todo para los habitantes de las llamadas colonias irregulares, es una tarea pendiente. Si bien se les suministra de agua a través del Departamento Municipal de Distribución de Agua, por medio de pipas y en forma gratuita, desde el enfoque del Derecho Humano al Agua, es una población que tiene ese derecho a disponer de la infraestructura y del servicio de agua y saneamiento (drenaje) en sus hogares: tanto en cantidad como en calidad suficientes.
De esa forma, la introducción de la red de agua potable y drenaje, necesaria para esa población y, asociado con ello, la regularización en la tenencia de la tierra de esa gente, deben ser también temas prioritarios de la política pública local. Sobre todo porque la irregularidad en dicha tenencia es uno de los principales obstáculos para dotar a la población de esos asentamientos de los servicios básicos como los señalados.
3. En esa misma temática, el manejo ineficiente del agua y el uso inadecuado del recurso es una problemática a considerar. Gran cantidad de agua que se potabiliza se desperdicia al no contabilizarse, lo que se traduce en fugas, mal uso del recurso, entre otros aspectos. Alrededor del 50% (o más) del agua que se potabiliza en la ciudad se pierde por ese tipo de situaciones. De hecho la Comisión Estatal de Aguas de Tamaulipas (CEAT), ha hecho el llamado a las COMAPAS de la entidad a mejorar en ese rubro, ya que tienen una ineficiencia física en términos de ese porcentaje (https://www.gaceta.mx/2018/03/escandaloso-desperdicio-de-agua-de-las-comapas-de-tamaulipas-ceat/).
Tres cuestiones que requieren de voluntad y compromiso público, así como de la cooperación de la sociedad.
Dr. Jesús Frausto Ortega
El Colegio de la Frontera Norte