Desde la frontera | Una bocanada de agua para las presas de México

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Opinión de María Eugenia González Ávila Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 22 de septiembre de 2022

La escasez de lluvias en México se ha hecho severa en 2021 y 2022, lo cual no se había reportado en los últimos once años. Entre los factores que han influido está por supuesto el cambio climático y los efectos asociados con el fenómeno de La Niña que es un fenómeno climático que ha modificado la temperatura del Océano Pacifico, al tiempo que afecta los vientos y lluvias mientras el fenómeno denominado El Niño causa el efecto contrario, es decir, puede aumentan las precipitaciones y en otras zonas disminuir, por ello se provocan inundaciones y también sequías.

Acorde a los expertos, al momento que se terminen los efectos de la Niña existe la posibilidad  de que, en caso de los estados del norte de nuestro país, tengan acciones positivas por los ciclones tropicales que lleguen a la tierra provocando lluvias intensas en los meses de junio hasta el fin de año.

Lo anterior lleva a pensar en la parte positiva de los eventos climáticos que están teniendo en el mes de septiembre, siendo que los volúmenes de agua han sido los más altos. Esto acorde a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que refiere que la temporada de junio a septiembre es cuando se presenta la mayor precipitación, acorde con las mediciones realizadas. De hecho, el mes de septiembre se ha referido como el mes con mayor cantidad de lluvia que han llegado a máximos de 227.3 mm.

Siendo las entidades que más lluvias han recibido las ubicadas en el sur del país, tal es el caso de Tabasco (CONAGUA, 2020) que ha recibido un promedio anual de 3017.9 mm, seguida de Colima (2021) que llegaría a recibir lluvias de 2280 mm y Morelos con 781.6 mm (2016). Así, la recién temporada de lluvias ha sido sin duda alguna una bocanada para la recarga de las represas del país. De hecho, el nivel de almacenamiento de las 210 principales presas de México se ubicó en 73 mil 954 millones de metros cúbicos. Aunque esto representa 2 mil 247 metros cúbicos menos que lo registrado en promedio históricamente en esta fecha, el déficit de líquido ahora sólo es del 3 por ciento.

Lo anterior se traduce en que las referidas represas sólo 35 están en el 100% de su llenado con 3 mil 525 metros cúbicos; 53 tienen entre 75 y 100% con 19 mil 455 metros cúbicos; 50 están entre el 50 y 75 % con 39 mil 818 Mm3 y 72 tienen menos de 50 por ciento con 11 mil 156 metros cúbicos (Conagua, 2022). En donde se puede mencionar que las presas más beneficiadas han sido: la Lázaro Cárdenas, en Durango; La Boquilla y El Granero, en Chihuahua; Huites, en Sinaloa; La Angostura, en Chiapas; El Novillo, en Sonora; el Cajón de Peña, en Jalisco, entre otras.

Otro ejemplo positivo de las recientes lluvias se presenta en el estado de Nuevo León, uno de los más castigados por la escasez de agua, en donde las lluvias incrementarán casi en un 40% del llenado de la Presa de la Boca, lo cual renovaría la esperanza de rescatar la economía local del pueblo mágico de Santiago al sur del estado. Otras represas que se han beneficiado es la presa El Cuchillo ubicada en el cauce del río San Juan que elevó su nivel hasta un 63.4% de agua, es decir de su máximo nivel de almacenamiento de 1123.14 millones de metros cúbicos se llegó a tener 722.8 millones. En tanto en la presa de Cerro Prieto es la que ha tenido un llenado de solo 13.04%. Sin embargo, no hay que echar al vuelo las campanas siendo que, si bien las lluvias han sido catastróficas al mismo tiempo son benéficas para la recarga de represas, hidratación de suelo y vegetación, además de favorecer el contar con agua para las actividades humanas, pero debemos pensar en administrarla sustentablemente para que la bocanada de agua nos dure más. ¿Usted qué opina?

Dra. María Eugenia González Ávila

El Colegio de la Frontera Norte