Desde la frontera: Migración, salud y política en la frontera sur de México

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Opinión de Felipe Javier Uribe Salas Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

lunes 7 de mayo de 2018

Es indudable que la frontera sur de México representa un espacio de compleja dinámica económica, social, cultural y demográfica y la región del Soconusco en Chiapas es la que históricamente ha jugado un papel preponderante por tres razones. La primera es que el Soconusco representa la puerta de entrada a México para Centroamérica, hecho que históricamente ha impulsado intensas relaciones comerciales, de amistad, políticas, religiosas y de parentesco que han entrelazado a los sectores populares entre sí como a las oligarquías de ambos países.

En segundo lugar, la región de marras se ha destacado por ser tierra de inmigrantes y actualmente de transmigrantes de origen guatemalteco. Desde hace algunos años se han agregado inmigrantes de origen salvadoreño y hondureño y flujos especiales como los provenientes de Cuba y Haití y algunos de países africanos y asiáticos que han entrado a México por esta región.

En tercer lugar la población experimenta un proceso de mestizaje que se desarrolló históricamente a expensas de la disolución de las culturas indígenas existentes en la región, pues la colonización de la costa chiapaneca se realizó a expensas de la expropiación de las tierras comunales de aquellos.

En este contexto no sorprende que el Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas en México considere que Tapachula es la ciudad donde existe el mayor problema de migración que entra al país desde Centroamérica (ver El Sie7e de Chiapas del día 17 de marzo, 2017). De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones cruzan cada año la frontera de Centroamérica a México unas 450,000 personas ya sea para pedir asilo o para seguir su camino a Estados Unidos (http://www.cinu.mx/noticias/la/onu/).

Hay varias razones por las que la población centroamericana migra hacia México como los motivos de reunificación familiar o por la búsqueda de mejores oportunidades, pero la razón de mayor peso es la violencia generada por las pandillas y grupos criminales en Honduras, El Salvador y Guatemala. Esto ha generado dos reacciones del gobierno mexicano. En términos de salud el gobierno se ha visto obligado a dar una imagen de protección de los derechos humanos.

El 28 de diciembre de 2014 la Secretaría de Salud a través de la Comisión Nacional de Protección Social a la Salud facilita la incorporación temporal de los indocumentados al Sistema de Protección Social en Salud (Seguro Popular) en Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Tabasco. Sin embargo, este comunicado no indica si se tomó en cuenta la capacidad del sistema de salud para dar la atención ofrecida respaldada por un refuerzo presupuestal, de personal e infraestructura para llevar a cabo dichas acciones lo que ha traído como consecuencia una sobrecarga en la demanda de atención para el sistema de salud.

La segunda reacción del gobierno federal obedece a la presión del gobierno norteamericano para reforzar la vigilancia y contención de la migración en la frontera sur de México. El 11 de abril pasado el Secretario de Gobernación y el Gobernador del Estado de Chiapas declararon el establecimiento de un operativo de vigilancia con la gendarmería nacional en respuesta a la amenaza del gobierno norteamericano de abandonar el tratado de libre comercio si no se reforzaba la política migratoria en la frontera sur.

Esta política ha sido rechazada por diferentes organizaciones de derechos humanos, particularmente por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas en Chiapas aduciendo que “el aumento de las fuerzas de seguridad no garantiza nada y además afecta los derechos de la población migrante y local” (Ver el Diario Municipios del 19 de abril, 2018). A lo que se puede ver los gobiernos federal y estatal no tienen una estrategia de atención integral al problema de la migración centroamericana ni de su impacto en el sistema de salud sino sólo políticas reactivas por lo que es prioritario estudiar a fondo estos fenómenos a fin de fundamentar políticas públicas viables al contexto de que hemos hablado.

Dr. Felipe Javier Uribe Salas

 El Colegio de la Frontera Norte