Desde la frontera: La permanencia en la formalidad y la movilidad laboral en México

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Opinión de Juana Isabel Vera López Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

martes 6 de junio de 2017

El 9 de mayo, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR), publicó su Documento de Trabajo Número 4, titulado “Movilidad y formalidad laboral en México” [http://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/223197/Movilidad_y_formalidad_final.pdf], en donde, en los resultados de la investigación, se destacan los dos principales problemas del sistema de pensiones en México: las bajas densidades de cotización y la insuficiente cobertura.

Esta investigación se realizó a partir de la aplicación de un modelo probit para identificar las características personales, laborales y económicas relacionadas con ser trabajador formal. Para ello, se analiza la permanencia y movilidad laboral en el corto plazo (5 trimestres), de los trabajadores de 15 a 65 años en México, de acuerdo a las siguientes categorías: 1) empleo formal; 2) empleo informal; 3) desocupación; 4) Población No Económicamente Activa (PNEA).

La base de datos utilizada fue la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), del primer trimestre de 2005 al primer trimestre de 2016. El modelo probit estimó dos grupos: Grupo 1: población total [formal, informal, desocupada y PNEA]; Grupo 2: ocupados [formales e informales].

Se considera como trabajador formal aquel que cuenta con acceso a los servicios de seguridad social, que están asociados con su trabajo. De acuerdo a lo anterior, la atención médica le es brindada por instituciones como el IMSS; hospital/clínica naval-militar; PEMEX; ISSSTE; ISSSTE-Estatal u otro.

Al analizar la permanencia en la formalidad, se observó que los trabajadores de menores salarios tienen menor permanencia en la formalidad y registran una mayor frecuencia de entrada y salida de la informalidad.

Acerca de la movilidad formalidad/informalidad, se registra que 2 de cada 10 trabajadores formales abandonan esta categoría en el corto plazo. Si se considera por género, las mujeres que dejan la formalidad transitan a la informalidad y a la PNEA. En tanto que los hombres, ellos se movilizan principalmente a la informalidad. Las mujeres abandonan la formalidad, en gran medida, por dedicarse al hogar. Mientras que en el caso de los hombres, es para sostener su hogar, al tratar de acrecentar sus ingresos económicos, lo buscan en la informalidad.

Mediante el modelo probit se obtuvieron los siguientes resultados,

• Tanto el Grupo 1 y el Grupo 2, muestran que una mayor escolaridad incrementa la probabilidad de ser formal.

• En ambos grupos, el ser jefe de hogar, incrementa la probabilidad de ser formal.

• Existe relación entre el tamaño de la empresa y ser formal: un trabajador, en una empresa grande (de 16 o más empleados), tiene una mayor probabilidad de ser formal en el futuro. Esta probabilidad disminuye, al ser menor el tamaño de la empresa.

• El Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE), tiene un efecto positivo en la formalidad. Al mejorar la situación económica del estado de residencia del trabajador, incrementa la posibilidad de permanencia en la formalidad. Igual situación se refleja al hecho de habitar en una localidad urbana. Mientras que el Índice de Rezago Social (IRS) presenta un efecto negativo en ambos grupos: la precariedad de la localidad donde habita el trabajador impacta en su probabilidad de permanencia en la formalidad.

• Si el trabajador tiene familia (se estimó el efecto al considerar que en el hogar se tengan menores de 6 años), ello influye en su probabilidad de ser formal.

Al final, los autores señalan la importancia de los resultados obtenidos en la investigación, en relación con los sistemas de pensiones. De las reflexiones, estas nos remiten a los temas que mencionamos inicialmente, la densidad de cotización y la insuficiente cobertura: la intermitencia de los trabajadores entre la formalidad e informalidad genera que sean bajas sus densidades de cotización, lo cual trasciende porque en el futuro cercano les será complicado cubrir las 1,250 semanas de cotización para adquirir una pensión (de acuerdo con la Ley del IMSS).

Por tanto, se debe considerar la implementación de programas gubernamentales orientados a promover la formalidad en el mercado laboral, así como la permanencia del trabajador y con ello garantizar su pensión.

Juana Isabel Vera López
El Colegio de la Frontera Norte