Desde la Frontera: La equidad de género como requisito indispensable de la prosperidad

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Opinión de Blanca Vázquez Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

lunes 27 de marzo de 2017

En noviembre pasado ONU-Habitat (2016) dio a conocer su índice básico de las ciudades prósperas (CPI, por siglas en inglés) como un recurso útil para los actores locales en la promoción del bienestar colectivo y la atracción de inversiones. Una herramienta de análisis para buscar estrategias que den impulso a la prosperidad de la ciudad.

El resultado general del índice no es una buena noticia para Nuevo Laredo, ya que el CPI muestra la enorme distancia que guarda esta ciudad fronteriza respecto a otras en Tamaulipas o en relación al nivel de prosperidad alcanzado en otras ciudades de México con aparente menor potencial de crecimiento que la nuestra.

El índice se compone de seis dimensiones de prosperidad, el cuarto se refiere a equidad e inclusión social. Poco más tengo yo que agregar a lo dicho por las y los expertos. Sin embargo, me parece fundamental recalcar que nuestra comunidad necesita replantear el tema del fomento económico, del fomento a las inversiones, de la competitividad de la ciudad y del desarrollo en general, a la luz de nuevos enfoques del desarrollo.

Hoy día una ciudad competitiva y próspera en lo económico, de igual manera, fomenta la inclusión de todos los sectores y grupos de la comunidad. Una ciudad competitiva y próspera se compromete con el tema de la equidad de género, con la no discriminación, con la generación de plataformas de oportunidad diversas de acuerdo a las circunstancias de participación económico-social de mujeres y hombres.

Nuevo Laredo ocupa una posición promedio en el índice general (CPI) para ciudades llamadas aglomeraciones pequeñas (menos de 500 mil habitantes), pero por debajo de ciudades como Cd. Acuña, Nogales, San Juan del Río o Zacatecas, por ejemplo.

Es extraño pensar a esta ciudad, puerto aduanero para la exportación, como un lugar donde no acaba de cuajar el principio de que el Desarrollo Sostenible se compone de varios elementos igual de importantes todos. No solo se trata de ser una ciudad atractiva a la inversión -como impulso al crecimiento económico y la generación de empleo- por su ubicación geográfica privilegiada, por su infraestructura, por el nivel de capacitación de la fuerza de trabajo, por el menor índice de conflictos laborales, etc.; sino que Nuevo Laredo debiera distinguirse también por la participación equitativa de las mujeres en todos los ámbitos del desarrollo y crecimiento local.

Un punto débil del índice, en mi opinión, es emplear como único indicador de equidad la cobertura de asistencia escolar de mujeres y hombres a recibir educación secundaria. Un mejor reflejo de la inexistencia de igualdad de oportunidades es analizar las causas del porqué pocas mujeres en la ciudad ocupan posiciones laborales a nivel directivo, gerencial o coordinaciones. En Nuevo Laredo solo 1,264 mujeres ocupan ese tipo de puestos de trabajo frente a 2,649 hombres directores, gerentes o coordinadores; es decir, una mujer por cada dos hombres (Intercensal, 2015).

No se puede argumentar que las mujeres estamos menos preparadas, dado que el número de mujeres y hombres con estudios universitarios o grados superiores es muy parecida. En 2015 había en la ciudad 19,613 mujeres y 21,878 hombres quienes declararon tener licenciatura, especialidad, estudios de maestría o doctorado como su último grado de estudios aprobado. Si nos referimos a experiencia de trabajo, entre mujeres y hombres, baste decir que la experiencia se adquiere con el ejercicio profesional, y si no tenemos oportunidades en igualdad de condiciones obviamente las mujeres no tendremos experiencia.

Así las cosas, un reto importante para la ciudad, para sus autoridades, sectores empresarios y líderes, es comprender que hoy la equidad de género y la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres es requisito indispensable para lograr una ciudad próspera y moderna, como se estila decir. Pero más importante aún es comprender las razones por las cuales las mujeres no hemos logrado aún mayor participación en la vida económica, social o política; en la vida pública de esta comunidad.

Blanca Vázquez
El Colegio de la Frontera Norte sede Monterrey