El concepto de atención primaria a la salud (APS) empezó a tener auge a partir de la Conferencia Internacional sobre ese tema, realizada en Alma-Ata en 1978. No solo se realiza en ella una definición de salud como el completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades, sino que se establece que la salud es un derecho humano fundamental. Se hicieron consideraciones sobre las grandes desigualdades que existen en el estado de salud de la población tomando en cuenta, sobre todo, a las condiciones de salud en los países en desarrollo. Se propuso la implementación de la participación comunitaria en la planificación y la aplicación de la atención a la salud y se privilegió el enfoque para el abordaje de los principales problemas de salud de la comunidad, prestando los servicios de promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación.
El Sistema Nacional de Salud (SNS) en México ha venido arrastrando diversos problemas que le impiden cumplir con el acceso efectivo a los servicios de salud. En primer lugar, existe un sistema fragmentado que gira en torno a dos ejes: el sistema público y los servicios privados de salud. El primer eje está constituido por la Secretaría de Salud federal y los servicios estatales de salud por un lado, y por los servicios médicos de los institutos de seguridad social, por otro. Los servicios privados atienden a una población con capacidad de pago.
Esta estructura del servicio ha traído como consecuencia una diferenciación social en el acceso a la atención a la salud y una duplicidad en la accesibilidad a los servicios.
Por otra parte, la descentralización de los servicios de salud propuesta en el Programa de Reforma del Sector Salud de 1995-2000, tuvo como objetivos principales, promover la calidad y la eficiencia de los servicios, concluir el proceso de descentralización para la población abierta en las entidades federativas aún centralizadas y ampliar la cobertura de los servicios a la población marginada de las áreas rurales y urbanas. Sin embargo, tras el análisis de diferentes indicadores como equidad, disponibilidad, accesibilidad y calidad, se ha mostrado que este proceso no alcanzó el propósito central de esa política de atención, sobre todo en lo que se refiere a la cobertura de la población abierta.
Como ejemplo, en relación a la disponibilidad de recursos humanos para la atención a la salud, se ha señalado desde 1986, que existe en México una distribución desequilibrada de médicos en la que tres cuartas partes de ellos se concentraban en las seis ciudades más importantes del país. La desigualdad en la distribución de médicos se observa también a nivel de las entidades federativas y de los municipios. La gran mayoría se concentran en las actividades de la medicina clínica y hospitalaria, en detrimento de actividades en el primer nivel de atención a la salud.
El estudio de la distribución de los recursos humanos en Medicina en México, fue una línea de investigación que inició el Dr. Julio Frenk, pero no ha tenido una continuidad para evaluar el fenómeno en la actualidad.
El Programa Sectorial en Salud 2019-2024 parte de un diagnóstico de la organización del Sistema Nacional de Salud de México en que se abordan diferentes problemas relacionados con la propia estructura y la organización del sistema, como su fragmentación y descentralización. El reto es la creación de un sistema único que garantice el acceso efectivo a los servicios de salud.
Uno de los objetivos del programa es incrementar la capacidad operativa del sistema de salud mediante la aplicación de un modelo de APS. A 45 años de la Conferencia Internacional de Alma-Ata, se ha retomado en México la aplicación de un modelo de APS y resulta importante analizar si pueden lograrse avances o se continúa en la inercia que ya traía el SNS.
Dr. Felipe Javier Uribe Salas
El Colegio de la Frontera Norte