De las maquiladoras golondrinas al despido por redes sociales

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Opinión de Cirila Quintero Ramírez Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 10 de noviembre de 2022

Durante los años setenta y ochenta, miles de trabajadores en toda la frontera norte quedaron sin empleo cuando las naciente empresas, denominadas maquiladoras, cerraron sus puertas de un día a otro, sin explicación alguna, o argumentando una crisis. Los trabajadores se quedaban sin trabajo de la noche a la mañana. A estas empresas se les denominó golondrinas porque con la facilidad que llegaban se iban.  A pesar de las movilizaciones de los trabajadores, y un apoyo nulo o la apatía de las gobernantes municipales y estatales, la mayor parte de los trabajadores no recibieron ni sus pagos, ni sus indemnizaciones correspondientes. En la actualidad, la maquila se ha convertido en una industria estable, dentro de lo que se puede dada su vulnerabilidad, sin embargo, las maquiladoras golondrinas siguen persistiendo, tanto en ciudades con amplia trayectoria maquiladora, https://diario.mx/juarez/se-va-maquiladora-y-deja–incertidumbre-en-trabajadores-20200213-1627678.html, como en espacios con poca inversión en este sector, https://www.elheraldodechihuahua.com.mx/local/jimenez/repentino-cierre-de-maquila-en-jimenez-deja-sin-fuente-de-ingresos-a-120-familias-8596767.html

El cierre repentino de maquiladoras da cuenta de la incapacidad de los gobiernos nacionales para regular y sancionar a las compañías internacionales, y también de la ausencia de una responsabilidad empresarial de estas compañías con sus empleados. Mientras para atraer nuevas inversiones el gobierno, y el sector empresarial, se han realizado infinidad de programas, en todos los niveles, ninguno ha incluido un apartado para solventar los costos laborales que ocasionan no solo del cierre definitivo o parcial, sino por los recortes de personal continuos que presenta esta industria derivados la alta vulnerabilidad que tienen las maquiladoras, debido a su sujeción a la economía internacional. 

La permisión y no sanción gubernamental para la falta de compromiso empresarial, no es exclusiva de México, sino de la mayoría de los países, tanto desarrollados como en desarrollo, en una investigación realizada en Canadá y los efectos del TLCAN, realizada en el año 2000 mostré como las empresas trasnacionales se mueven a través de las fronteras de los tres países, sin restricción y sanción alguna por parte de los gobiernos. En la regulación de estas empresas menos han podido realizar las organizaciones sindicales, quienes se han conformado con retener la mayor parte de empleos que puedan, sin importar la afectación a cientos de trabajadores más, ante los recortes o crisis de las empresas. Ciertamente, han existido experiencias interesantes para proteger a los trabajadores como fue el caso del Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales (SJOIM) en Matamoros, el cuál en los años noventa, introdujo una cláusula que exigía el pago de una fianza para garantizar la indemnización de los trabajadores en caso de cierre, misma que desapareció por la presión del sector empresarial y gubernamental. Persiste entre los gobernantes mexicanos, de todos los niveles, el brindarles a los inversionistas todas las ventajas posibles para que se instalen y permanezcan en sus municipios, estados y el país, en materia de infraestructura, seguridad e incluso paz laboral, sin enunciarles y exigirles el complimiento de los derechos y obligaciones que adquieren con los trabajadores y sus comunidades. 

En tiempos en donde la innovación y el avance hacia la industria 4.0 parece extenderse en los sectores industriales y de servicios más avanzados, lo que coincide con la exigencia de un trabajo decente por parte de organismos internacionales, se esperaría que hubiese avances en esta regulación laboral de las trasnacionales. Sin embargo, eventos recientes muestran que esto no es así, aspectos tan sensibles como el despido de un trabajador está adquiriendo matices preocupantes. Distintas empresas están recurriendo a las redes sociales como WhatsApp, Facebook o Twitter para despedir a sus trabajadores. Este recurso ya había sido utilizado de manera personalizada por distintas empresas, pero no de manera colectiva y a nivel internacional como se registró en la empresa Twitter quien despidió a miles de trabajadores alrededor del mundo,  https://www.bbc.com/mundo/noticias-63519125. Los despidos no tuvieron que ver con desempeño o productividad de los trabajadores despedidos, sino con las pérdidas de la empresa. Los despidos fueron más al azar, sin importar tomar en cuenta el desempeño laboral individual, que la empresa está buscando recontratar a empleados que no debió haber despedido, https://elpais.com/economia/2022-11-07/twitter-pide-a-algunos-empleados-despedidos-el-viernes-que-vuelvan-a-trabajar.html
El caso de Twitter es el más conocido por su relevancia internacional pero existen otras empresas que con anterioridad habían recurrido a estos despidos colectivos, vía redes sociales, como fue el caso de una empresa automotriz en León que despidió a cientos de sus trabajadores a través de WhatsApp, https://www.am.com.mx/industria-automotriz/2022/10/28/despiden-mil-100-obreros-por-mensaje-de-whatsapp-en-leon-630271.html. El uso de estas formas de despido impersonales, que violentan los derechos laborales y dejan en la incertidumbre a miles de trabajadores, a pesar del compromiso empresarial, en el discurso, de respetar sus derechos laborales, debería alertar al gobierno de México,  y sus autoridades laborales, para delinear estrategias de regulación a las empresas transnacionales y apoyar a los trabajadores afectados. El panorama no es fácil, ni favorecedor; regular al capital y exigir el respeto de los derechos laborales de los trabajadores, sigue siendo el gran pendiente de los gobiernos nacionales, quienes prefieren seguir endosando el pago de los costos de esta irresponsabilidad empresarial y su incapacidad a los trabajadores.

Dra. Cirila Quintero Ramírez

El Colegio de la Frontera Norte