[:es]Hace unos días, los jugadores del equipo Atlas portaron una playera con el Número Cuatro y las letras “R. Márquez”; lo hicieron al tomarse la foto oficial del arranque de la temporada 2017 de la Liga Mx del Futbol Mexicano, un evento muy relevante para los aficionados a este deporte.
Cuando vi la foto, cruzó por mi mente “Todos somos Marcos”, aquella frase acuñada a razón del surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en referencia a su líder: el Subcomandante insurgente Marcos –ahora autonombrado Galeano-.
En aquellos años de los albores del movimiento zapatista, “Todos somos Marcos” era una frase aglutinadora, que daba cuenta de un movimiento masivo que iba más allá del líder. Todos eran Marcos porque el movimiento era sostenido, respaldado y reproducido por miles de personas que simpatizaban con las ideas que expresaba el Sub, miles estaban en la misma lucha dispuestos a desdibujarse a sí mismos con tal de hacer ver al mundo que esa colectividad era mucho más que una cara visible y mediática. Todos eran Marcos, porque se sentían identificados con sus sueños, ideales y postulados.
Desde entonces, de manera verbal o visual, como en la foto del equipo Atlas, muchos movimientos, agrupaciones y líderes han recurrido a esa conocida frase para evidenciar una clara muestra de solidaridad colectiva ante un líder que es atacado y podría volverse sumamente vulnerable, si sus seguidores no mostraran, públicamente, que no está solo.
Hace unos días, los jugadores del Atlas dieron ese famoso espaldarazo a Rafa Márquez pero su defensa no es porque haya decidido emprender una lucha para gestar un cambio profundo en un país que sueña con una revolución; no, hoy la solidaridad fue hacia una personalidad muy conocida y querida en el ámbito deportivo que está siendo investigada por sus nexos con lo ilícito. Una realidad que se ha vuelto pan de cada día en México y que, lamentablemente, pocas veces se ha demostrado que tal o cual personaje estaba limpio. Quizá ocurra en este caso, aún no lo sabemos, pero tampoco podemos condenarlo antes de tiempo, pues el proceso de búsqueda de nexos apenas ha iniciado.
Los tiempos han cambiado, también los objetivos del apoyo masivo y mediático pero sigue vigente un repertorio de acción colectiva que ha resultado efectivo en el pasado como estrategia, ante la opinión pública, para defender a los líderes: la solidaridad grupal.
Hace unos años muchos éramos Marcos porque compartíamos las ideas que plasmaba en sus famosos y bien escritos comunicados; hoy en día no sabría decir si todos los que han mostrado, públicamente, que son el número 4 del Atlas, se han solidarizado con él porque se ven en el espejo de los cuestionamientos y señalamientos o porque los tiempos han cambiado tanto que se sienten vulnerables porque podrían ser los próximos señalados, o quizá acusados injustamente.
En estos tiempos en que parece imperar y extenderse la influencia del narcotráfico, parece más prudente abstenerse de meter las manos al fuego por alguien, pues la rapidez con que circula la información a veces saca a la luz pública evidencia contundente que dificulta defender a alguien, a capa y espada.
Inclusive los sujetos más impensables, a veces resultan relacionados con tal o cual personaje incómodo por su nexo con el narco y de eso el partido político Morena, tendría mucho que expresar, pues en los últimos días, han salido a relucir varios datos que dejan muy mal parados a sus afiliados o dirigentes. Hasta ahora, el partido se había mantenido más o menos salvo de estos señalamientos que hace tiempo son frecuentes en otros partidos políticos.
No sé si todos somos o queremos ser Rafa, lo que sí tengo claro es que hay una brecha muy grande entre Todos Somos Marcos y Todos somos Márquez.
Artemisa López León
El Colegio de la Frontera Norte [:]