Durante los últimos días, Donald Trump, el recién estrenado Presidente de los Estados Unidos ha dado la nota en los medios de comunicación y redes sociales.
Fiel a su estilo de empresario mediático, sus mensajes y acciones son propios de quien conoce bien el mercado, la audiencia y el arte de la guerra. El ‘Negociator’, como lo llamó el magnate mexicano Carlos Slim, ha puesto particular empeño en demostrar su poderío, a través de la firma de documentos y, particularmente, de fuertes mensajes en redes sociales que muestran su yo más profundo.
Sus acciones, sumadas a esos mensajes difundidos por medios virtuales, han sido fundamentales para desatar una serie de protestas ciudadanas que han dado, a la población más diversa, un fuerte motivo de unión: manifestar su repudio hacia el nuevo mandatario estadounidense.
En México, el mundo virtual ha estado muy activo desde el jueves pasado que Trump twitteó que bien haría el Presidente de nuestro país en cancelar la reunión de ambos si no pensaba pagar el muro.
Ese mensaje de Donald Trump no sólo le dio una salida digna a un dubitativo Peña Nieto que no se decidía a proseguir o cancelar la reunión con su homólogo norteamericano, a pesar de que, previo al encuentro, Trump firmó la orden de construcción del muro fronterizo.
El mensaje de Trump también logró lo que ya no parecía posible después de las protestas del gasolinazo: que los mexicanos cerraran filas para defender a su Presidente -al menos momentánea y virtualmente- de los ataques del multimillonario que despacha en la Casa Blanca.
Todavía no se sabe cómo ni cuándo se abordarán las problemáticas de fondo entre México y Estados Unidos pero es inminente que no podrán obviarse, en la agenda bilateral, temas tan delicados y relevantes como la política migratoria y el Tratado de Libre Comercio, sin olvidar el muro de la discordia, que bien podría convertirse en el muro de los lamentos.
Todavía no está claro de qué manera se llevarán a cabo las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos durante este periodo presidencial que está en la recta final en México y en el inicio de la carrera en los Estados Unidos.
Lo que sí parece que será una constante es que los asuntos públicos relevantes serán tratados como temas privados; al menos esa idea deja Spicer, el vocero de la Casa Blanca, después de expresar que los presidentes de ambos países acordaron no hablar públicamente del pago del muro fronterizo, como si ese tema fuera una decisión irrelevante que van a tomar dos particulares.
Habrá que seguir muy de cerca las opiniones y las decisiones que vaya enunciando el Presidente de los Estados Unidos pero sin olvidar que pronto, muy pronto, tendremos otro gasolinazo en México.
Artemisa López León
Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte
