De El Colef: El Cártel de Tláhuac y la comparecencia pública de Salgado

Regresar a Columnas de opinión

Opinión de Artemisa López León Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

lunes 7 de agosto de 2017

Hace dos semanas, el narco volvió a ser el foco de atención en el mundo virtual y de los medios de comunicación. El 20 de julio, la Secretaría de Marina implementó un aparatoso operativo en la Delegación Tláhuac de la Ciudad de México, con el fin de capturar a Felipe de Jesús Pérez Luna, El Ojos, quien murió, junto a otras siete personas, en la balacera que se desató durante el combate del ahora llamado Cártel de Tláhuac.

Este operativo causó gran revuelo y consternación en la opinión pública porque estos operativos sólo eran conocidos por la población del norte del país y Michoacán que, cotidianamente, experimentan los efectos de los violentos enfrentamientos que son consecuencia de la lucha por el territorio, entre los cárteles de la droga, y entre éstos y las fuerzas armados.

El operativo en Tláhuac sacó a la luz pública, no sólo los vínculos existentes entre el narco y la clase política, particularmente con el partido político Morena que, hasta hace unos días, había podido sortear las variadas críticas que se han hecho a sus principales líderes, pues no habían sido señalados por sus vínculos con la delincuencia organizada.

Este operativo también evidenció la gama de actividades y actores que se relacionan con el tráfico de estupefacientes, como el narcomenudeo, los mototaxis y diversos restaurantes y antros que, de una u otra manera, facilitan el comercio ilegal de narcóticos. Sin olvidar que familiares de El Ojos trabajaban en la Delegación Tláhuac y parientes del Jefe Delegacional están presuntamente vinculados a los mototaxis.

Ninguno de estos elementos que han provocado la consternación de la opinión pública son desconocidos para los periodistas, analistas políticos e investigadores especializados en narcotráfico y seguridad pública, pues en diversos casos, épocas y/o regiones del país, se han logrado establecer variados y fuertes vínculos que dan cuenta de la red de complicidades que hacen posible que el narcotráfico sea un negocio redondo, difícil de exterminar.

Lo que ha contribuido a que Tláhuac siga en el ojo del huracán es que la muerte de El Ojos, por un lado, se da un contexto de graves cuestionamientos a Rigoberto Salgado Vázquez, su Jefe Delegacional, por la adjudicación directa de contratos a quienes hicieron donaciones para su campaña política y, por otro lado, ocurre cuando Andrés Manuel López Obrador, el virtual candidato de Morena a la Presidencia de la República, empezaba a convertirse en uno de los favoritos.

El operativo en Tláhuac logró acelerar la comparecencia pública de Salgado ante la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y poner en la mesa de discusión su posible separación del cargo. Asimismo, la comparecencia de Salgado ya no sólo se centró en los contratos por adjudicación directa, sino en los vínculos del Jefe Delegacional con el Cártel de Tláhuac.

Esta comparecencia se llevó a cabo el 2 de agosto, se transmitió en vivo, tuvo una amplia cobertura mediática y se desarrolló en medio de un fuerte dispositivo de seguridad y de protestas ciudadanas que exigían paz y tranquilidad en la Delegación.

Durante las varias horas que duró la comparecencia no faltaron el sarcasmo y las acusaciones de los diputados hacia el Jefe Delegacional, el silencio del compareciente y su tajante negativa a aceptar que tenga vínculos con el Cártel de Tláhuac.

La amplia difusión que tuvo la comparecencia de Salgado, sin duda, es un logro importante para el ejercicio de la democracia en México porque la rendición de cuentas es un elemento fundamental para valorar el trabajo que realizan quienes ejercen un cargo de elección popular.

Si bien las preguntas que hicieron los diputados y las respuestas que dio el Jefe Delegacional aún distan mucho de ser un intercambio respetuoso de argumentos fundamentados; ello no disminuye la relevancia de la comparecencia pública para la democracia, pues su transmisión en vivo permite que los ciudadanos conozcamos y valoremos a los servidores públicos –y el trabajo que desempeñan–, más allá de las campañas políticas.

Paso a pasito vamos avanzando en el ejercicio de la ciudadanía y vamos conociendo ese complejo entramado que vincula al narcotráfico con la clase política, ya dependerá de cada uno de nosotros, reflexionar seriamente sobre ello, cuando llegue el momento de decidir a quién otorgamos nuestro voto.

Artemisa López León
El Colegio de la Frontera Norte