De cómo me inicie en la historia regional. 

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Opinión de Cirila Quintero Ramírez Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 16 de octubre de 2025

En memoria del Dr. José Rivera Castro (QEPD)

Una de las principales posturas teóricas y metodológicas que he defendido a través de mis textos es la importancia de lo regional y lo local desde un punto de vista procesual. Estoy convencida que, mediante el estudio y análisis de la complejidad de lo local, lo que supone la recuperación de sus componentes e interacciones internas y externas, a través del tiempo, se puede comprender la realidad, no solo para interpretarla sino para incidir en ella. No desvaloro la relevancia de la globalización e internacionalización simplemente considero que, sin la integración de su interacción con los distintos niveles de la realidad, entre los que lo local y lo regional constituyen, una parte de su construcción e implementación está incompleta.

El interés y el estudio por lo local/regional me viene desde mi lugar de origen, una comunidad del norte de Morelos, pero sin duda donde se reforzó fue durante el estudio la Licenciatura en Historia en la UAM-Iztapalapa, ahí formada por los discípulos de la escuela de los Annales, aprendí una historia procesual, de largo aliento, atravesada por tiempos intermedios y tiempos cortos, en donde participan actores sociales, producto de su época. Una historia que reaccionaba contra la historia de los grandes hombres, e intentaba el rescate, la revaloración de otras voces no presentes en la historia oficial. 

Empero, no es lo mismo un interés, una discusión teórica sobre lo local, regional, que reconstruir o hacer la historia de estos espacios. A diferencia de los grandes personajes o instituciones relevantes, las fuentes de lo local, menudean, y hay que escarbar mucho en distintas fuentes, particularmente en el archivo, para ir reconstruyendo esta historia y luego entretejerla con historias más amplias. Yo aprendí este trabajo bajo la Dirección del Dr. José Rivera Castro, mi asesor de tesina de licenciatura, quien falleció en agosto pasado, QEPD. Todo mi agradecimiento al Dr. Castro por sus enseñanzas.  Bajo su dirección y su asesoría reconstruí el complejo mundo de la disolución de las haciendas azucareras en Morelos entre 1920-28, mi idea inicial era entender ¿Qué había pasado con los campesinos morelenses, después de la muerte del General Zapata?, ¿les había regresado sus tierras?.  Elegí el corazón de la región azucarera: Cuautla. Pronto me descubrí que el corazón no se limitaba al municipio sino constituía toda una región que extendía a otros municipios, y que no podía entender la repartición en esta región, durante Obregón, si no entendía las haciendas y los juicios contra los dueños mayormente españoles, y que los campesinos si recibieron una tierra, pero una tierra sobreexplotada y sin agua, que era muy difícil hacer producir. Sin la asesoría del Dr. Castro y la formación recibida en la UAM, la complejidad histórica de que di cuenta en esa tesina no hubiese sido posible. Gracias a profesores, como el Dr. Castro, que me formaron en el trabajo histórico.

Fue también el Dr. Castro quien me animo a estudiar la Maestría en Estudios Regionales en el Instituto Mora, formé parte de la primera generación de Estudios Regionales, ahí se afianzo el convencimiento de la relevancia de lo regional como una parte fundamental de la realidad social. Mi formación académica sobre la región fue desde un punto de vista integral, no existió en ella, o al menos así lo percibí, el dominio de una perspectiva, en mi formación coincidieron los enfoques de la geografía, la historia, la economía y lo cultural, todas con el mismo objetivo “entender lo regional”, lo que me ha permitido el acercamiento a las realidades que estudio sin el prejuicio de una mirada particular, en mis estudios coincide lo histórico, lo sociológico y más recientemente la referencia geográfica. A mediados de los ochenta cambie mi espacio físico y sujetos de estudio trasladándome del centro del país al norte, y migrando del estudio de los campesinos a los obreros, pero la relevancia de lo regional sigue siendo el motor principal de mis estudios, y la amplitud conceptual del término, me ha permitido integrar no sólo el espacio local, nacional sino el internacional. He intentado hacer investigaciones desde un enfoque interdisciplinario, tratando de recuperar la mayor parte de los elementos que integran una realidad social, sin embargo, no siempre lo logró y como alguna vez lo dijo el Dr. Francisco Zapata, en mis estudios “hay mucha historia”. Tengo que reconocerlo a veces mi vena historiadora pesa más. 

Cirila Quintero Ramírez
El Colegio de la Frontera Norte, Unidad Matamoros.


Las opiniones expresadas son responsabilidad de quien las emite y no reflejan necesariamente una postura institucional de El Colegio de la Frontera Norte.

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