Crisis, gestión y política migratoria estadounidense

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Opinión de José María Ramos García Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 28 de septiembre de 2023

Las opiniones expresadas son responsabilidad de quien las emite y no reflejan necesariamente una postura institucional de El Colegio de la Frontera Norte.

Una nueva movilidad de migrantes en las fronteras de México con Guatemala y con Estados Unidos ha generado un cuestionamiento a la política fronteriza estadounidense de parte de legisladores republicanos y algunos demócratas. La situación se podrá complicar si el gobierno federal cierra parte de la administración a fines de septiembre por la falta de un acuerdo bipartidista en materia de financiación.

La nueva movilidad humana –la mayoría procedente de Venezuela– plantea un panorama sombrío para la reelección del presidente Biden por la polarización generada a causa de la deficiente administración de la seguridad fronteriza: cerca de nueve mil migrantes deportados en los últimos tres días; cerca de 2 millones de deportaciones en este año fiscal y el trasiego de fentanilo procedente de México, que ha provocado alrededor de 200 mil muertes de estadounidenses por sobredosis de tal drogasintética en los últimos dos años.

Uno de los factores de la crisis migratoria regional y latinoamericana son los diferentes programas de visas humanitarias, laborales, de asilo, refugio, reunificación familiar promovidos por el actual gobierno federal estadounidense, que son un gran incentivo para la emigración latinoamericana y regional. Un ejemplo reciente fue la decisión de la administración federal de que más de 472.000 venezolanos que ya se encuentran en Estados Unidos sean elegibles para el Estatus de Protección Temporal, que brinda protección contra la deportación y les permite trabajar en Estados Unidos (CNN, 24 septiembre 2023).

Estos programas reflejan un enfoque de migración ordenada, segura y humana, que no existía en la pasada administración de Trump. Este enfoque contradictoriamente puede provocar que el presidente Biden pierda las elecciones del 2024 por la polarización que genera la gestión de esta movilidad humana y su impacto en la seguridad fronteriza.

Un indicador de esta gestión se refleja en el número de encuentros de migrantes (181, 059), (agosto)  según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés), en comparación a los 132, 648 encuentros de julio (CBP, septiembre 2023). Al número de encuentros del mes de agosto, se tendrían que sumar cerca de 40 mil solicitudes en los diversos programas de legalización inmigratoria. Esta movilidad se ha concentrado en la región de El Paso-Ciudad Juárez (389, 330, agosto 2023 vs 258,814, agosto 2022, encuentros). Lo que refleja un aumento del 50.4 %. Esta región ya supera a los cruces del este de Texas, cuyas políticas restriccionistas del gobernador Greg Abbott han reorientado los flujos hacia las fronteras del oeste (San Diego, Tucson y El Paso).

Los datos de detenciones de migrantes en el pasado año fiscal de Estados Unidos octubre 2021 a septiembre 2022 indican un total de 1,998 839 encuentros fronterizos en comparación al actual año fiscal octubre 2022 a agosto de este año (1,827 133), lo que indica una disminución del 8.6 % (CBP, septiembre 2023). Sin embargo, estos datos no consideran los cerca de 400 mil migrantes que han optado por algún programa de inmigración estadounidense desde el 5 de enero de este año. De esta manera, el gobierno del presidente Biden estaría gestionando la mayor movilidad humana irregular y regular –con deportaciones y solicitudes de visas – de la historia de las relaciones de Estados Unidos con el mundo.

¿Cómo se puede solucionar la creciente movilidad humana actual?: con un mayor compromiso y corresponsabilidad mediante el impulso de políticas de empleo en los principales países expulsores de migrantes (Venezuela, países del Triángulo Norte, Nicaragua, Haití y México) con base de proyectos asociados a las remesas internacionales y una mayor responsabilidad con la gestión de las políticas de bienestar. Igualmente el pacto migratorio de la Cumbre de las Américas (junio 2022) es una alternativa, si se impulsa una mayor viabilidad y si se mantienen los diversos programas de inmigración del actual gobierno estadounidense. En un contexto, en que la política de seguridad fronteriza estadounidense está siendo cuestionada por gobernadores y legisladores republicanos. Con lo cual es de esperarse que se fortalezca la contención migratoria gubernamental, conforme se acerquen las elecciones de noviembre del 2024.

José María Ramos García

El Colegio de la Frontera Norte