Por fin, después de meses de desaires, maltratos, sombrerazos y jaloneos, se firmó el denominado Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés) o Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que es el acrónimo en español propuesto por el presidente electo de nuestro país, y el más aceptado vía Twitter. Y si bien surgen amenazas por parte de nuestro vecino del norte de que se puede cancelar, ya está el T-MEC y ha tenido algunos avances en materia ambiental.
Cabe señalar que en el T-MEC se establece que los países involucrados, en conformidad con sus leyes o políticas públicas, integran el tema medioambiental como vía de desarrollo sustentable de la región. Para lo cual se acordó implementar acciones relativas a la protección ambiental añadiendo el Capítulo 18. Medio ambiente, el cual dejó de ser un anexo o acuerdo paralelo como estaba contemplado en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Por ahora, en el Tratado, es considerado como un mecanismo de solución de controversias y sanciones establecidas para todas las partes y materias comerciales incluidas en él.
Así, un avance sustancial del referido Capítulo 18 es que se considera de suma importancia contar con un ambiente sano, que permitirá un comercio solidario, con políticas y prácticas medioambientales de alto nivel en materia de protección del mismo. Además, del manejo sustentable de los recursos naturales de cada país como vía para fortalecer la gobernanza ambiental, sobre todo en temas como la contaminación oceánica por residuos plásticos, la contaminación atmosférica por ser una amenaza para la salud pública, promover la gestión forestal sostenible, evitar la caza de ballenas con fines comerciales y tipificar como delito grave el tráfico transnacional intencional de especies silvestres protegidas, entre otros temas.
En el caso de México, la Secretaría de Economía (SE) (2018) reporta que nuestros objetivos son promover en materia ambiental temas como el uso sostenible de la diversidad biológica, el combate al tráfico de especies de flora y fauna silvestres, y la calidad del aire; así como asegurar la continuidad del esquema institucional, del mecanismo de participación pública y la cooperación regional que las autoridades de América del Norte han desarrollado en el marco de la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte.
Además, la SE plantea consideraciones como: a) Incorporar disposiciones para garantizar la aplicación de la legislación ambiental en el territorio de las partes, entre ellos la producción, consumo y comercio de sustancias que agotan la capa de ozono; la contaminación del medio marino por los buques, y el combate al tráfico de especies de flora y fauna silvestre, incluyendo a las especies en peligro de extinción; b) que las partes garanticen que mantendrán procedimientos para la evaluación del impacto ambiental de determinados proyectos, con la intención de evitar los efectos adversos de dichos proyectos sobre el medio ambiente, y c) fomentar la participación pública y la transparencia, se establece un mecanismo formal de peticiones relativas a la aplicación de la legislación ambiental y se incorpora la posibilidad de establecer nuevos mecanismos consultivos, como los comités asesores nacionales, para dar seguimiento a la implementación de citado capítulo.
Así mismo, se impulsarán proyectos para la conservación de especies prioritarias, como la mariposa monarca, y se elaboró el Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes de México (2006) y promover la participación de la población al integrar un mecanismo mediante el cual las personas de las partes podrán presentar peticiones escritas respecto a supuestas omisiones en el cumplimiento de la legislación ambiental por alguna de las partes, con el objetivo de contar una respuesta de la parte cuyo supuesto incumplimiento se señala y en caso de detectarse incumplimientos a los compromisos establecidos en este capítulo, México podrá recurrir a distintas instancias de consulta (de alto nivel o ministeriales), o bien, al mecanismo de solución de controversias del tratado, para resolver la situación.
Usted, querido lector, ¿cree que este tipo de acuerdo sea un mecanismo que permita que nuestro país avance en materia de protección ambiental, participación ciudadana y nos lleve a un desarrollo sostenible?
Dra. María Eugenia González Ávila, El Colegio de la Frontera Norte