Corredor fronterizo | Sequía y consumo de agua

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Opinión de Salvador Corrales C. Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 27 de mayo de 2021

El servicio meteorológico nacional publicó recientemente una potencial sequía para todo el país. Según este reporte, la zona donde habrá mayores estragos será en el norte de México, caracterizado por su escasez de agua. Si las lluvias no se presentan a finales de junio, las presas no podrán abastecer del vital líquido a los habitantes en las diferentes ciudades de esta región. El área metropolitana de Monterrey, la ciudad más grande del norte de México, experimentará recortes frecuentes de agua a lo largo del día, según lo expresado por los administradores de la Comisión Nacional del Agua.

En ese escenario, ¿qué sectores de actividad económica y de la mancha urbana experimentarán los recortes de suministro? La respuesta podría estar en las actividades económicas de menor valor agregado y en las colonias de la ciudad con los más bajos ingresos; es decir, los pobres de la ciudad, así está estructurada la economía y la sociedad. Las empresas que tienen mayor capacidad de negociación adquieren todo tipo de recursos naturales para sus procesos de producción. En ese sentido, la alta sociedad tiene garantizados los suministros de agua, limpieza, alimentos, etcétera.

La situación clasista del párrafo anterior complicará aún más los efectos negativos de un potencial racionamiento del agua para el área metropolitana de Monterrey. A pesar de los principios de política social de la actual administración de darles prioridad a los pobres y el derecho humano al agua con carácter universal, no hay ninguna garantía que la Conagua busque el equilibrio entre todas las actividades económicas, para todos los habitantes de Monterrey y otros tantos usos del agua, tal como mantenimiento de áreas verdes, parques y el consumo humano.

La escasez de agua en Monterrey tiene varios años según las estadísticas de Conagua. En un estudio del 2015 se calcularon faltantes por 7.57 hectómetros cúbicos de agua, cada hectómetro se compone de un millón de metros cúbicos. Las recomendaciones del estudio consistieron en no otorgar más concesiones para abastecimiento de agua del subsuelo. Seguramente al retirarse las lluvias el déficit de agua se incrementará y las dificultades para el abasto habrán de ser mayores. Esta situación de escasez de agua no es un consuelo para el escenario que se avecina, más bien es un punto de partida para buscar una solución a este problema que crece, conforme crece la población y por ende la demanda del vital líquido.

El consumo de agua urbano es administrado por la Conagua, a través de los organismos operadores locales, con un medidor en las tuberías que llevan el agua hasta los hogares, de donde surge un recibo que hay que pagar; mientras que las grandes empresas obtienen concesiones para explotar agua del subsuelo, necesaria en sus procesos de producción como son la cervecería Heineken y la Coca-Cola, entre otras empresas cuya principal materia prima es el agua. Atendiendo el principio de desigualdad arriba anotado y que servirá de impedimento para un reparto equitativo, solo Heineken posee concesiones por 6.98 hectómetros para producir cerveza, una cantidad muy cercana al déficit de agua registrado en 2015.

Buscar el equilibrio entre las necesidades de la producción y el consumo humano del agua si se prolonga la sequía, dependerá mucho de la habilidad de las autoridades responsables del suministro, quienes jugarán un papel decisivo para evitar una crisis de sanidad. ¿Quién podrá resistir sin agua en sus hogares por más de tres días? Actualmente ya no se usan las fosas sépticas para atender las necesidades más elementales y que fueron la fuente de enfermedades en el pasado. Sin ir a los extremos tendremos que ingeniar un sistema de abasto que alcance para todos.

El carácter desigual que prevalece en todo ámbito social hace difícil someter a escrutinio las actividades económicas que deben producir en forma escalonada si se escasea el agua; no faltará quién sugiera parar las cervecerías porque consumen y exportan mucha agua. La experiencia de la ley seca del año pasado por la pandemia del covid-19 demuestra que la cerveza seguirá produciéndose porque forma parte inalienable de los regiomontanos. En resumen, no hay solución previsible de los impactos por la sequía que se avecina.

Dr. Salvador Corrales C.

El Colegio de la Frontera Norte