Corredor Fronterizo | ¡Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva! en Nuevo León

Regresar a Columnas de opinión

Opinión de María Eugenia González Ávila Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 23 de marzo de 2023

La sequía por definición es una anomalía más o menos transitoria de agua que se caracteriza por escasez temporal en comparación con el suministro normal en un cierto periodo de tiempo, sea una estación, un año o varios años. Cuando la sequía se fue haciendo recurrente, la humanidad comenzó a realizar una serie de acciones para tratar de controlar fenómenos naturales como la lluvia, la que es esencial para la vida en el planeta. Entre las acciones que se pueden referir están cánticos, danzas, rezos, rituales, sacrificio, etcétera.

Ejemplo de lo anterior es la frase de la canción infantil ¡Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva! la cual, si bien es sencilla y fácil de recordar, su origen se dio en una comunidad valenciana de España, en donde se ubicaba la Virgen en la “Cueva del Latonero” para que los pastores y su ganado se refugiaran por las noches, y a la cual se le atribuía una serie de milagros, uno de ellos se dio tras una larga sequía y rezos, como una copiosa lluvia.

Otra frase popular muy conocida es la “San Isidro labrador, quita el agua y saca el sol”, atribuida a un santo de los agricultores españoles que representa unhumilde campesino de origen musulmán capaz de hacer brotar el agua con tan solo golpear una roca con una vara.

Por otro lado están rituales que realizan los pueblos indígenas rarámuris de Chihuahua, los que practican la danza yumari, para ayudar al padre sol y la madre luna para producir lluvia. Sin embargo, estas acciones son producto de creencias, experiencias y respuesta de los pueblos ante la escasez que sufren de manera recurrente, lo cual ya padeció Nuevo León el año pasado y en donde también se realizó una serie de rituales, danzas y cantos cerca de la presa de La Boca, durante plena crisis del agua.

Sin embargo, este año y acorde a Conagua, Nuevo León tendrá nuevamente escasez hídrica. Al menos 24 municipios de la entidad padecerán sequía moderada, entre ellos están Santa Catarina, en donde se instalará la planta de la armadora de autos eléctricos más comentada en estos días: Tesla, que aunque usará agua tratada, ésta no es poca, y en realidad su instalación provocará impactos ambientales por el crecimiento urbano que se dará hacia esa zona del estado. A lo que suman, que los 23 municipios que se tienen considerados que sufrirán sequía severa, y cuatro como Vallecillo, Sabinas Hidalgo, Parás y Lampazos de Naranjo, la falta de agua será extrema.

A lo anterior, le agregaríamos la construcción de la red de agua que requerirá para la citada empresa de autos eléctricos, la población que habitara en esa zona y por ende la competencia de usos por agua, que provendrán de presas como La Boca, del municipio de Santiago, se encuentra al 57.24% de su capacidad; El Cuchillo, en China, a 45.08 %, y Cerro Prieto, en Linares, tan solo 13.45% (10 marzo de 2023).

En este punto no solo habría que apostar a que el 90% de la población del estado que se ubica en el AMM haya desarrollado una “cultura del agua” tras la crisis hídrica, sino también a que los grandes consumidores agrícolas de agua la usen eficientemente al igual que los industriales, empresarios y en general todos los actores sociales interactúan con ciclo del agua. Además, a que las acciones planteadas por el Sistema de Agua y Drenaje de Monterrey, tales como: cambiar a medidores inteligentes; sanar finanzas; disminuir irregularidad; ampliar red de distribución; fomentar una cultura de agua entre sus propios trabajadores; y crear un vínculo de comunicación confiable que entre ellos y la ciudadanía funcionen, bajo un marco de desarrollo sostenible y en función de las condiciones hídricas de las cuencas, en donde se ubica Nuevo León.

Así, hoy en día cuando veamos el cielo aborregado y nublado no solo debemos recordar el cántico “Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cuerva” como una frase alegórica de la infancia, sino debemos empujar a que nuestros tomadores de decisiones realicen acciones de gestión hídrica sostenible basados en una planeación hídrica con una mirada en las generaciones futuras.

Dra. María Eugenia González Ávila

El Colegio de la Frontera Norte