Corredor fronterizo- Oro olímpico: La saga

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Opinión de Blanca C. García Quiroz Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 13 de marzo de 2014

El pasado viernes 7 de febrero, durante la inauguración de los XXII Juegos Olímpicos de Invierno en la ciudad de Sochi, la Rusia heredera del poderío soviético demostró no sólo su capacidad deportiva, sino también su destreza en el manejo (y control a nivel nacional) de sus telecomunicaciones.

Ciertamente los rusos quedaron en primer lugar en el cuadro de medallas olímpicas. Pero, ¿a qué costo? Ya para octubre de 2013, el costo combinado estimado de esta edición de las Olimpiadas del Invierno 2014 habría sobrepasado los 51 mil millones de dólares, presupuesto que pretendía cubrir el costo de los proyectos infraestructurales en Sochi (carreteras, ferrocarriles, centrales eléctricas). (http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/europe/russia/10414885/Sochi-chaos-behind-the-scenes-of-worlds-most-expensive-Winter-Olympics.html). De acuerdo con el Programa Federal Meta ruso (FTP), unos 580 millones de dólares se gastarían en construcción y modernización de las telecomunicaciones en la región, colocándolos como los juegos de invierno más caros de la historia. Dicho presupuesto permitió entre otras cosas que los Juegos Olímpicos de 2014 fueran los primeros juegos entrelazados (fabric-enabled) utilizando tecnología de puente de ruta más corta (SPB), e incluyendo estaciones de radio y televisión con cobertura amplia y un centro de difusión en el extranjero mediante tres satélites de HDTV (http://www.avaya.com/ru/resource/assets/casestudies/DN7191EN-Sochi.pdf).

Pero… con toda la tecnología lista, y cuando millones de usuarios en todo el mundo ya están sintonizados en la frecuencia de Sochi observando la imponente ceremonia de apertura, una embarazosa falla técnica logra abrir sólo cuatro de los cinco anillos olímpicos iluminados en el estadio (http://www.youtube.com/watch?v=p_LNDtngqqM). ¿Corrupción e incompetencia? Es posible, ya que algunos observadores confirman que estos juegos estaban plagados de ello. Pero lo preocupante no es la falla técnica, sino lo que sucedió después: mientras la audiencia internacional estaba recibiendo la señal con sólo cuatro anillos olímpicos, en la televisión local en idioma ruso aparecía Putin haciendo declaraciones en tiempo real con un fondo de cinco anillos olímpicos. Aunque los narradores de la BBC se abstuvieron de hacer conjeturas, cabe por nuestra parte preguntarnos lo que podemos esperar del próximo campeonato de futbol y las olimpiadas, ambos por realizarse en ciudades de Brasil. Y preguntarnos también acerca de lo más importante y apremiante en estos momentos: ¿Qué mensaje telecomunicado nos estará dando Putin acerca de las sanciones que se le han impuesto a Rusia por su intervención en Ucrania y su virtual invasión a Crimea? ¿Y del referéndum? ¿Y de nuestro derecho a la información? Nuevamente tenemos el reto de exigirlo y ejercerlo.

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