Corredor Fronterizo: Opus y el desdén por la cultura

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Opinión de Jesús Rubio Campos Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

lunes 14 de agosto de 2017

Según la más reciente Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales de la ahora Secretaría de Cultura, sólo 3.3% de la población en Nuevo León ha asistido a un concierto de música clásica. ¡En toda su vida!. Solo por debajo de Tabasco, con 2.3%.

Para que se den una idea de dónde estamos, el porcentaje de personas en la Ciudad de México que ha tenido la fortuna de ir a un concierto de música clásica en su vida es del 19.2% y en Aguascalientes del 16.6%. No nos comparemos con ellos, 6.5% y 6.4% de los oaxaqueños y chiapanecos respectivamente han ido a conciertos de música clásica, casi el doble de Nuevo León. Si hablamos de ópera, solo el 0.8% de la población regia ha ido a alguna presentación de este tipo.

Según el mismo estudio, en nuestro estado los datos de la asistencia de los regios a conciertos por género musical son: 49% conciertos gruperos o de pasito duranguense; 23% de banda sinaloense; 28% románticas, baladas o pop; 15% rock en español; y 10% de ranchera.

Hace un cuarto de siglo, algunas personas, entre ellas Mentor Tijerina, hicieron posible que más ciudadanos del estado tuvieran acceso a la música clásica y otros géneros musicales, dando una vocación cultural a la radio pública del estado, que no es lo mismo que radio del gobierno. Así nació Opus 102.1 F.M.

Tuve la fortuna de trabajar en Opus por allá de los noventas. Escuché incontables horas de música clásica, operas, el programa “Esta noche Jazz” y cómo olvidar “Poemas, Canciones y Canto Nuevo” con Gregorio Bernal. Mi perspectiva musical se amplió enormemente y ahora puedo escuchar una mayor variedad de géneros musicales sin barreras mentales.

De nada sirve convocar a los ciudadanos para ver cómo fomentar la cultura y que esto termine en documentos como el Plan Estratégico del Consejo Nuevo León y el Plan Estatal de Desarrollo, si estos quedan solo en papel, letra muerta, en solo palabras y si el trabajo avanzado en más de un cuarto de siglo puede ser eliminado al antojo y veleidad de una sola persona, que ve a especialistas con décadas de experiencia en música clásica solo como a sus empleados, que no merecen ser escuchados y deben conformarse con que se les pague. Que minimiza las protestas ciudadanas por mandar OPUS a A.M., no solo en redes sociales, sino de cientos de personas frente al palacio de gobierno y a través de medios de comunicación nacionales, defendiendo su derecho constitucional a la cultura. Que desoye incluso a Fernando Elizondo, quien le ayudó a llegar donde está. Que dice que como gobernador puede hacer lo que le plazca sin consultarlo con nadie.

Alguien que le da toda la fidelidad de la frecuencia modulada a una motivadora para que nos hable dos horas sobre superación personal, o para escuchar propaganda del gobierno en turno, pero manda con desdén a amplitud modulada la música clásica y la ópera. Sí, en la misma A.M. dónde usted puede escuchar perfectamente a Porfirio Cadena, el Ojo de Vidrio, pero donde es imposible lograr la fidelidad necesaria para escuchar todas las notas que permiten el deleite de Beethoven, Mozart, Brahms, Bach, Vivaldi, Stravinski, Chopin, Haydn, Liszt, Tchaikovski, Verdi, Puccini, etc. En una estación que incluso no se escucha durante largos lapsos de tiempo o se escucha con demasiada interferencia.

Por cierto, ya que Nuevo León es el estado que ocupa el último lugar nacional en contar con más de 10 libros por hogar según la misma encuesta, solo 14% de los hogares regios, incluso debajo de Chiapas, podríamos aprovechar para regalar ejemplares del Libro Vaquero, a ver si nos los cuentan.

Dr. Jesús Rubio Campos

El Colegio de la Frontera Norte