Corredor fronterizo | Llegaron las lluvias a la frontera de Coahuila

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Opinión de Jesús Frausto Ortega Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 1 de septiembre de 2022

Han comenzado las lluvias en la frontera norte de Coahuila, y por lo pronto, los titulares de los medios de comunicación ya no muestran con insistencia la preocupación por la sequía que se enfrenta en esta parte del país. La población y sectores como el agrícola, también muestran beneplácito por la llegada de lluvias, a juzgar por lo que se informa sobre el tema en los noticiarios locales.

No obstante, el monitor se sequía aún contempla para esta parte esa condición, para el 15 de agosto de 2022: entre sequía extrema y sequía excepcional (Acuña y Piedras Negras, respectivamente). En fechas recientes incluso se preguntaba por acá cuándo sería el Día Cero, pues la presa La Amistad estaba (está aún) en niveles bajos, ante la falta de lluvias: al 24 de agosto almacenaba un 25% (https://www.ibwc.gov/water_data/reports/rg_flow_data.html). De esta presa se abastece en el lado mexicano – ya que en la presa se almacena también el agua correspondiente a Estados Unidos– a las poblaciones fronterizas de Acuña y Piedras Negras, Coahuila, así como a Nuevo Laredo, Tamaulipas. La Presa Falcón, que abastece a las ciudades fronterizas de Tamaulipas asentadas después de dicha presa, también ha mostrado niveles bajos. La misma fuente citada hace referencia que almacenaba en esa misma fecha un 13%.

En ese escenario de sequía y la consecuente falta de lluvias, la única solución parecía ser que cayera un huracán o una tormenta tropical que llenara las presas La Amistad y La Falcón. Caso contrario sí se podía vaticinar un Día Cero, ya que se agoraría el agua de esos embalses (ver https://elmanana.com.mx/laredo-texas/2022/8/12/desolador-panorama-por-raquiticas-lluvias-80522.html). Y las lluvias comienzan a llegar.

Y con las lluvias que por estos días se están presentando, otro tema recurrente que se convierte en suceso informativo es sobre las inundaciones en las ciudades. Ante la falta o escasa infraestructura de drenaje pluvial, ese problema, se manifiesta ante esos eventos naturales. Pero ante la escasez de agua por la sequía en la región, estos eventos lluviosos parecen pasar a lugar secundario en el pensar de la población: mientras no pase de inundar las calles, que llueva y se llenen las pesas. Este parece ser el razonamiento. Por cierto, en ese escenario de sequía y de falta de precipitaciones, el agua para consumo de la población de esta región no ha faltado. La presa La Amistad aún en sus niveles bajos, éstos han posibilitado el abasto de agua para las poblaciones de las ciudades fronterizas coahuilenses y tamaulipecas: Acuña y Piedras Negras, Coahuila, y Nuevo Laredo, Tamaulipas, así como otras ciudades pequeñas de esos estados (ver https://vanguardia.com.mx/coahuila/coahuila-pese-a-bajo-nivel-de-presa-la-amistad-garantizan-abasto-de-agua-KB2838149). El río Bravo, que alimenta a esas presas, es la fuente que históricamente ha abastecido a las poblaciones de esta frontera de Coahuila y de Tamaulipas.

Esto es, es preferible que se inunden las calles pero que no haya escasez de agua. Por eso se intensifican por estos días las campañas o propuestas de cuidado del agua, de no desperdiciarla, de pagar el agua que se consume. Que las autoridades tomen las medidas correspondientes para que la gente conserve el agua.

¿Aprenderemos de estos eventos secos y tomaremos las medidas preventivas sociedad-gobierno para que enfrentemos las sequías –escasez de agua– de mejor manera? Porque en esta región las sequías son recurrentes, y no parece que hemos aprendido en el sentido de administrar mejor el agua que tenemos. Esperemos que sí lo hagamos.

Dr. Jesús Frausto Ortega

El Colegio de la Frontera Norte

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