Corredor Fronterizo | “La Kena” o la seducción del flautista

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Opinión de Óscar Misael Hernández-Hernández Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 1 de febrero de 2024

Hace unos días fue detenido José Alberto García Vilano, apodado “La Kena” , quien supuestamente era el líder de Los Ciclones: un grupo armado al servicio del Cártel del Golfo (CDG). Desde hace años él era uno de los objetivos de la Administración de Control de Drogas (DEA), así como de otras agencias de los Estados Unidos y de México. “La Kena” era poco conocido, pero se hizo visible a partir de acontecimientos de violencia en la frontera tamaulipeca y de la circulación de una fotografía de su rostro en un boletín de recompensa por su captura.

Su apodo, “La Kena” , me llama la atención. Como afirmé en el libro “Sociedad y cultura en El Infierno. Ensayos sobre una película mexicana” (2012), “los narcoapodos constituyen una expresión semántica más del narcotráfico en México” , pero también destellan significados y sentidos culturales. Después de googlear varias páginas no encontré por qué García Vilano tenía ese apodo. Lo que sí encontré fue que “Kena” o “Quena” es una especie de flauta usada en la Cordillera de los Andes. Tal vez el instrumento no tiene nada que ver con el apodo o las habilidades musicales de la persona.

No obstante, ello me llevó a recordar el cuento de “El flautista de Hamelín” , documentado por los Hermanos Grimm. Pienso en “La Kena” como el flautista. Uno que sedujo y fue seducido, tanto en el mundo criminal como en otros. Imaginemos a García Vilano como un flautista metafórico, contemporáneo y expongamos algunas notas musicales hipotéticas para entender su trayectoria.

Do (minar el ambiente). Hombre muy joven –32 años al momento de su detención–, pero de alguna forma “La Kena” sedujo a altos manos de Los Ciclones y del CDG en general para posicionarse. No ha de ser fácil. Por supuesto, también sedujo a sus subordinados y, en este caso, se conoce parte del sonido de la flauta: diseñando e implementando un reglamento para sus sicarios, como el encontrado en octubre de 2021, el cual se titulaba “Reglamento XIX” y estipulaba que “la disciplina debe ser ejercida de manera rígida y razonada por los superiores hacia sus inferiores” y que “el acto de mandar es tan honorable como el de obedecer” , como destacó un medio.

Re (produciendo violencia). Quizás, al final, “La Kena” sedujo porque, como se supondría, hacía uso del son de la violencia como mecanismo de confrontación y de terror. No en balde, su apodo salió a colación en el verano del 2021, cuando su grupo y otro –Los Escorpiones– dispararon a civiles de la ciudad de Reynosa, como estrategia para “calentarles” la plaza a Los Metros; también esta última una facción del CDG. Dos años después, en marzo de 2023, su apodo volvió a resonar por el secuestro de cuatro ciudadanos estadunidenses en Matamoros, lo que causó una tensión diplomática binacional que, con otra música de la flauta, se diluyó.

Mi (radas inconvenientes). Como síntesis de lo anterior, “La Kena” atrajo la mirada de la DEA. También del Buró Federal de Investigaciones (FBI), institución que ofreció 50 mil dólares de recompensa por información para su captura. No obstante, atrajo más la mirada de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) del Estado de Tamaulipas, la cual ofreció 2 millones y medio de pesos como recompensa. Por supuesto se trató de miradas inconvenientes que aumentaron a partir del caso del secuestro en Matamoros. “La Kena” fue más atractivo para unos que para otros, aunque al final, cada quien quiere escuchar su propia tonada del flautista.

Fa (las de seguridad). Pasar desapercibido, de perfil bajo, era una cualidad de “La Kena” , como de otros tantos. Incluso, en el “Reglamento XIX” que él diseño o, al menos, impuso a sus subordinados, se estipulaba que los integrantes del Cártel debían abstenerse, entre otras cosas, de llamar la atención en lugares públicos. Algo falló. Los medios reportaron que su detención fue posible después de muchas horas de inteligencia que las agencias de seguridad mexicanas invirtieron. Incluso, circula la versión –que es muy creíble– de que las agencias de seguridad estadunidenses espiaron al CDG tras el secuestro de sus ciudadanos en Matamoros. “La Kena” fue detenido en un centro comercial fifí ubicado ni más ni menos que en San Pedro Garza García. Él fue seducido por la osadía de mostrarse en público, y por una sudadera marca Adidas.

Sol (ista musical). Ahora “La Kena” ha quedado como el personaje de un concierto solista, con un solo instrumento, entonando una nota melódica, aunque acompañado por una orquesta que en este caso puede ser de agentes, políticos y otros personajes ocupados y preocupados por la melodía que quizás planea entonar. Más allá de la elucubración, mi duda sigue: ¿por qué a García Vilano le apodaban “La Kena”? Luis R. Conriquez y Tony Aguirre le compusieron un corrido, difundido en YouTube, y un fragmento reza: “Como ‘La Kena’ apodado, si quieren averiguarlo por acá por Matamoros me ven paseando”. Ya no es posible. Mejor no averiguar y quedarse con su otro apodo: “Ciclón 19”.

Óscar Misael Hernández-Hernández

El Colegio de la Frontera Norte, Unidad Matamoros


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