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El 20 de abril tuve la oportunidad de participar en un evento académico en la Universidad Benito Juárez García de Piedras Negras, Coahuila, en su 4º aniversario en esta ciudad. En mi caso, la idea fue comentar de manera general sobre el tema del agua en esta región.
El objetivo era generar conciencia en los alumnos sobre ese tema en un contexto de escasez natural del recurso y su mal manejo y uso inapropiado que hacemos de este recurso hídrico: en general esta región de la cuenca del río Bravo experimenta sequías recurrentes con impacto en la disponibilidad del recurso hídrico. Si se revisa el monitor de sequía de Conagua de finales de marzo de 2023 se puede ver que en ciudades como Piedras Negras y Acuña, en Coahuila, y Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, en Tamaulipas, las sequías rondan desde severas a extremas. Ante este tipo de condiciones es común observar en los medios de comunicación expresiones de preocupación en sectores como la agricultura o la ganadería por las afectaciones en esos rubros ante la falta de lluvias.
Aunado a lo anterior, en la cuenca del río Bravo hay una presión alta por la extracción del agua para los diferentes usos: agrícola; uso público, industrial, entre otros. Y por lo general se hace un mal manejo del agua. Así, en las ciudades las pérdidas de agua rondan en el 40 por ciento y en la agricultura en el 60%. Agregar que los gastos de agua que hacemos en nuestras actividades cotidianas en el hogar en muchas ocasiones corresponden con derroches del líquido. Después de todo, ¡tenemos agua!: las coberturas de agua potable de las ciudades de la frontera –Coahuila y Tamaulipas– por lo general son altas, superiores al 90 por ciento. Aunque eso esconde otros problemas como las fugas, baja presión del líquido, tandeos, acceso desigual, etcétera: tener tubos no necesariamente significa tener agua en cantidad y calidad suficientes.
En ese contexto fue gratificante observar el interés de los alumnos, a juzgar por sus comentarios, sobre la presentación del tema del agua en esta región; una exposición que también les sirvió como materia de conocimiento para su formación académica en ciencias sociales. Un tema que los transportó, incluso, a sus experiencias cotidianas y a sus comunidades.
En ese sentido, una alumna comentaba que en la región de “los cinco manantiales”, en donde vive su abuelita, se había secado el pozo de donde se abastecían de agua. En ese contexto, yo refería también el caso de la comunidad de El Moral –asentada en las márgenes del río San Rodrigo–, en donde también se ha experimentado el agotamiento del pozo de donde la población se abastece de agua. Como ya se ha mencionado en este espacio, el río San Rodrigo ha sufrido los impactos ambientales por la extracción de material pétreo por la industria de la construcción para su comercialización en la región, afectando entre otras cosas a la disponibilidad de agua para esa comunidad (MILENIO, 26 de enero de 2019). La región de los cinco manantiales en Coahuila comprende los municipios de Zaragoza, Villa Unión, Nava, Allende y Morelos. Estos municipios en conjunto tienen una población de poco más de 83 mil habitantes; todos presentan coberturas de agua cercanas al 100 por ciento, de acuerdo con los datos del Censo de Inegi de 2020.
Pero el comentario de la alumna sobre el agotamiento del pozo de agua y problemas que se comentaban como las fugas de agua, baja presión, tandeos, etcétera, muestra las problemáticas particulares que sobre el tema del agua se presentan en nuestras comunidades y que es necesario conocer y documentar. Ojalá y la charla haya sido útil para la concientización de los alumnos sobre el tema del agua en la región y para hacer un mejor uso del recurso.
Dr. Jesús Frausto Ortega
El Colegio de la Frontera Norte
