Corredor Fronterizo: Comercio informal y contrabando

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Opinión de Salvador Corrales C. Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

martes 2 de mayo de 2017

Sin ser exactamente iguales, las dos actividades se complementan. Algunos comerciantes informales, grandes y pequeños, venden mercancías piratas y robadas en los mercados rodantes, tianguis, pulgas, etc. tal como ropa, perfumes, eléctricos y electrónicos; despliegan toda la creatividad humana para desafiar la justicia y no pagar impuestos, en el más cómodo de los casos, pagarán la cuota para seguir operando. En México y en el mundo el comercio informal y el contrabando están ampliamente diseminados a grado tal que representan un alto porcentaje del Producto Interno Bruto.

Regular y poner en cintura a estos comerciantes es muy complicado para los países en desarrollo, por la complejidad de los mecanismos en la distribución del ingreso; mientras un porcentaje pequeño de la población concentra el más alto nivel de ingresos, en México el más alto porcentaje de la población sólo percibe de dos a tres salarios mínimos. La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo en 2015 detectó a 5´578,910 de personas que trabajaron por un salario mínimo.

Si analizamos la informalidad y el contrabando desde la lente empresarial, podrá encontrarse que muchos empresarios con tal de reducir sus costos de operación, se abastecen también en ese mercado. Las prácticas de corrupción que se observan a lo largo del país, patentizan estas prácticas entre muchas empresas que exigen una mayor transparencia y menor participación del Estado en la economía.

Con la liberalización del comercio se creyó que el mercado informal habría de reducirse, porque se fundamenta en el libre juego del mercado, la simplificación administrativa y la acumulación de la ganancia. La hipótesis fue rechazada por la creciente penetración de productos chinos vía Estados Unidos con pedimentos y facturas falsas, así como directamente, a través de los puertos mexicanos.

Estas actividades ilícitas generan millones de dólares y afectan a muchas ramas industriales; durante el 2014 la industria del vestido en México tuvo pérdidas por 19 mil millones de pesos, la industria del calzado por 6 mil millones, las industria del software y del juguete fueron también muy afectadas por la competencia de productos chinos y otras nacionalidades.

En la frontera México-Estados Unidos el comercio informal adquiere proporciones gigantescas a través del comercio al menudeo que realiza la población fronteriza con visa de no inmigrante, y porque por sus aduanas cruza el mayor porcentaje del comercio internacional en la región del TLCAN, donde triangula a México con documentación falsa. Varios autores sostienen que el valor del contrabando de mercancía pirata, usada y robada es mayor al valor de las drogas que cruzan a Estados Unidos por el crimen organizado.

Uno de los grandes desafíos en la revisión del TLCAN, sin duda será introducir mecanismos de monitoreo más eficaces para identificar la autenticidad de las mercancías a la región. Se necesitará mayor tecnología para identificar a los contrabandistas de cuello blanco, quienes se benefician de la poca coordinación entre aduanas y autoridades del comercio de ambos países con la importación de mercancía falsa.

Con el proteccionismo que pretende impulsar la administración de Donald Trump, los contrabandistas incrementarán sus ganancias porque habrá escasez de productos importados. La modificación de los precios vía un incremento en los aranceles desarrollará un mercado negro que servirá de aliciente para los contrabandistas, cuya experiencia y capacidad tecnológica para documentar productos piratas, ha alcanzado proporciones inexplicables para las autoridades aduanales y del comercio.

Salvador Corrales C.
El Colegio de la Frontera Norte-Monterrey