El confinamiento que vivimos durante 2020 ocasionó la caída del ingreso y gasto de las familias mexicanas, quienes tuvieron que buscar nuevas formas de adquisición de bienes y servicios para cubrir sus necesidades básicas sin tener que salir de casa. Una parte importante de los gastos realizados por los hogares en este periodo se realizó a través del comercio en línea, el cual se entiende como las transacciones comerciales que se realizan utilizando el internet. A diferencia de otras crisis, la del 2020 originó que la velocidad en los cambios de hábitos de consumo aumentara, por lo que es conveniente preguntarnos si este cambio podría ser permanente y qué implicaciones tendría.
Durante 2020, los consumidores fueron selectivos en la elección de qué productos y servicios comprar. Según la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares, el gasto promedio de los hogares disminuyó de 31 mil 913 pesos en 2018 a 29 mil 910 pesos en 2020. Sin embargo, ante el riesgo de salud, y a pesar de la caída del ingreso, los consumidores aumentaron el gasto en bienes esenciales como los alimentos, los productos y servicios de salud y los artículos de limpieza.
La utilidad que representó para el consumidor realizar sus compras en línea y recibir su producto o servicio en casa desencadenó la aparición de nuevos proveedores y consumidores que antes de 2020 no estaban familiarizados con el comercio en línea. La Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO) aplicó una encuesta en 2021 a mil 027 personas y encontraron que 60% de los consumidores manifestaron que durante el confinamiento habían comprado en línea porque los productos no estaban disponibles en tiendas físicas, porque quisieron evitar salir a la calle (55%) y por la conveniencia de la entrega a domicilio (60%). También reportaron que habían aumentado la frecuencia de las compras en línea. Es muy probable que este cambio en sus hábitos de compra sea irreversible.
Actualmente es evidente que el comercio electrónico tiene mayor participación en la economía. De acuerdo con el organismo Statista, a partir de la pandemia, los países que tuvieron la mayor tasa de crecimiento del comercio en línea fueron Argentina (100%), Canadá (75%), Singapur (73.6%) y México (65.2%). Los datos de la AMVO indican que en 2020, 37% de los comercios o marcas en México incrementaron de 200% y más el volumen de sus ventas en línea.
En este sentido se vislumbra que en México los hábitos de compra de la población favorezcan el comercio electrónico, lo que a su vez implica impulsar las actividades terciarias que están involucradas alrededor de él. Por ejemplo, las que tienen que ver con los servicios de transportación, de distribución, de mensajería y de telecomunicaciones. El comercio en línea también representa una oportunidad para las pequeñas y medianas empresas que tuvieron o están riesgo de cerrar.
Finalmente, en el TMEC se incluye un capítulo sobre comercio digital para otorgarle las mismas facilidades y protección a este tipo de intercambio como ocurre con el comercio de mercancías. Lo que se espera es tener mayor control transfronterizo de datos, de ciberseguridad, etcétera, pero también fiscal.
Dra. Belem Vásquez Galán
El Colegio de la Frontera Norte