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Opinión de Blanca C. García Quiroz Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 8 de septiembre de 2022

Sabemos que a menudo se necesita una crisis para motivar el cambio. Y que la presión pública sobre las instituciones sociales a menudo conduce al cambio. Éste puede resultar del estrés debido a una “crisis”, como una sequía extrema y prolongada falta de agua, una inundación o un derrame de contaminantes, etcétera. La ciudad de Monterrey parace estar justo en ese complejo proceso de cambio, a raíz de la escasez de agua que afecta a la mayoría de la zona metropolitana de Monterrey (ZMM), aunque no de manera equitativa.

Por un lado, la crisis de escasez de agua en la ciudad ha puesto en mayor evidencia algunas de las estructuras de la organización social existentes, que van desde las caducas concesiones de agua puestas en evidencia hasta los pactos y arreglos emergentes de quienes tienen acceso al vital líquido (ver aquí). También la ciudad ha vivido una efervecencia en la creación de redes de apoyo (presenciales y virtuales) que anuncian formas emergentes de organización social para conseguir agua. Y aún más importante, se observa quiénes son las protagonistas de la gestión del agua a nivel de unidad familiar.

Las protagonistas del agua

En nuestro contexto, un estudio anota que el noreste de México presentaba ya crisis de escasez del recurso de agua desde 2017. En este contexto, las mujeres han sido solucionadoras de problemas y preservadoras de la vida en lo cotidiano. Las mujeres y las niñas suelen ser las que recogen el agua que utiliza una familia para beber, cocinar, limpiar y bañarse. Sin embargo, su participación en la formulación de políticas que determinan el acceso y el saneamiento del agua es mínima, y tienen escaso poder de acción y de decisión. Frente a esta marginación, en específico en lo que respecta a la escasez del agua, se observó que las unidades familiares de la localidad, como en otros contextos, resisten y construyen estrategias y redes para la supervivencia familiar y comunitaria, generando formas de organización social y con un sentido de solidaridad (Bautista, Karina. (2022) “Gestión comunitaria del agua a través de la cosecha de lluvia y capital social de las mujeres. Estudio de caso en la Cuenca Alta del Río Laja” Tesis MaGIA-Colef, A.C. México. 230 pp.).

SCALLs

Una de estas formas emergentes de aprendizaje y organización social que se está desarrollando en diversas regiones del país, es la que se promueve en torno a los sistemas de cosecha o captación de agua de lluvia (SCALLs), (Lomas-Arvizu, Carlos Gerardo (2022). “Conducta sustentable y factores determinantes en la adopción de cosecha de agua de lluvia para uso doméstico en León, Guanajuato”. Tesis MaGIA-Colef, AC, México. 138 pp). Por lo que es muy bienvenida la iniciativa del gobierno de la ciudad de Monterrey que arrancó el programa Barrios de Lluvia el pasado 16 de junio del 2022. El programa dio inicio con una inversión inicial de dos millones de pesos, para instalar sistemas de captación, aprovechamiento y potabilización de agua de lluvia en viviendas de algunos sectores vulnerables de la ciudad.

Este proyecto contempla establecer 100 SCALL en 45 colonias de Monterrey en beneficio directo de 400 personas, para que estén utilizables a más tardar en este mes de septiembre. Posteriormente se evaluará su efectividad para llevarlo a la mayor cantidad de familias que lo necesitan. Cabe entonces preguntar, ¿podremos ver el día en el que el agua de lluvia deje beneficios ZMM? Sí, hay un gran potencial en la iniciativa, en tanto no se dirija solamente a los sectores vulnerables, sino que se incluya, con plena conciencia y programas educativos, a los diversos sectores de la ciudad connurbada. El cambio en la gestión del agua de la ZMM que ya se ve necesario es hacia una cultura de ahorro del agua, reciclaje, repotabilización, retrofit y captura de la escorrentía, por medio de sistemas urbanos de drenaje adecuados (Sarabia Sánchez, Luis Ricardo (2022). “Resiliencia urbana y reducción de inundaciones a través de Sistemas de Drenaje Urbano Sostenible (SuDS): la microcuenca San José, Querétaro”. Tesis MaGIA-Colef, AC, México. 135 pp). Así como otras prácticas de gestión de la escorrentía de las aguas pluviales incluyen la recarga por medio de jardines públicos, pavimentación permeable y techos verdes.

Así pues, con estas iniciativas la ZMM avanzaría hacia gestionar mejor sus recursos hídricos. Por lo que preguntémonos cómo nuestra ciudad podría eventualmente desarrollar su urbanización siguiendo una propuesta con mejor uso de sus recursos, y que se pueda re-utilizar el agua de lluvia que corre por sus calles en esta temporada.

Dra. Blanca C. García Quiroz.

El Colegio de la Frontera Norte