Corredor fronterizo | China está de regreso

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Opinión de Belem Vásquez Galán Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 16 de febrero de 2023

Después de tres años de medidas estrictas implementadas por China para detener los efectos de la pandemia, el gobierno del presidente Xi Jinping ha declarado que están listos para reestablecer el dinamismo económico que los llevó a expandir su presencia comercial alrededor del mundo, pero que poco a poco fue perdiendo. Para México, el resurgimiento de China en la esfera internacional representa un desafío, sobre todo en las condiciones actuales que enfrenta en su economía y en las finanzas. China y México son competidores cercanos en el mercado estadunidense, principalmente con las manufacturas de productos eléctricos y electrónicos.

Tan solo ayer la Junta de Gobierno del Banco de México aumentó la tasa de referencia, o sea los Cetes, a 11% anual como una medida para contrarrestar el incremento de la inflación, la cual llegó a un máximo de 7.91% en enero. Con el aumento de la tasa de referencia se espera reducir el dinero circulante y estimular el ahorro, aunque también se deduce que es una medida para incrementar la deuda del gobierno. Desde el punto de vista de los ahorradores, la tasa de interés de Cetes es muy atractiva, pues se sitúa por arriba de la inflación. Sin embargo, para los inversionistas nacionales la mayor tasa implica un costo mayor de sus deudas y del encarecimiento de los prestamos productivos que podrían necesitar para mantenerse en el mercado. Al mismo tiempo, una mayor tasa de interés atrae capital extranjero, lo que seguirá fortaleciendo al tipo de cambio peso-dólar. Aunque para los importadores podría representar una ventaja, ya que pueden adquirir del extranjero insumos más baratos, para los exportadores la situación se vuelve desalentadora ya que un tipo de cambio apreciado representa una pérdida de competitividad en el mercado estadunidense, pues sus productos se vuelven cada vez más caros.

La guerra comercial entre EUA y China iniciada en 2018 durante la administración de Donald Trump le dio un breve respiro a México. Con el principal objetivo de protección a la industria doméstica, el gobierno estadunidense impuso tarifas adicionales de 25%, 15% y 7.5% ad-valorem, para mitigar los efectos adversos del comercio chino en su economía. Gracias a ello, la importación de productos chinos se redujo 16.3% en 2019. Esa tendencia se mantuvo, ya que las sanciones continuaron por varios años más.

Hasta febrero de 2023, México ocupa el primer lugar como socio comercial de Estados Unidos con 56.3 billones de dólares mensuales; en segundo lugar se encuentra Canadá con 56.2 billones, y en tercer lugar China, con 53.9 billones. Estas cifras muestran lo cerrado de la carrera competitiva entre los tres países en Estados Unidos, y sobre todo la capacidad que mantiene China, a pesar de las recientes limitaciones en el movimiento de personas y mercancías por los brotes de covid-19 que prevalecieron durante la mitad de 2022. No es difícil imaginar que China recupere muy pronto las rápidas tasas de crecimiento económico y comercial que logró durante las décadas del noventa y dos mil.

México sigue ganando posición en la mayoría de los productos, en los cuales ya tiene una presencia importante en el mercado estadunidense y con los cuales China no compite, por ejemplo, los del sector automotriz. Sin embargo, bajo el escenario que prevalecerá en 2023, no se ofrecen las condiciones suficientes para que México aproveche la ligera ventaja que mantiene frente a sus principales competidores, por el contrario, el aumento de las tasas de interés y el tipo de cambio apreciado representan un enorme desafío para los productores nacionales y en específico para los exportadores.

Dra. Belem Vásquez Galán

El Colegio de la Frontera Norte