Como le hemos dado en la “madre” a la Tierra en su día

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Opinión de María Eugenia González Ávila Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 2 de mayo de 2019

Esta nota surgió de una de las reuniones que tuvimos con los editores del diario y en donde fuimos orientados sobre el estilo de las notas que aportamos y por supuesto por que el 22 de abril que se celebró el Día Internacional de Madre Tierra. En una de las referidas reuniones, se me ocurrió preguntar si los temas ambientales son leídos. A lo cual, me respondieron los editores ¡Claro que sí! aunque escribir del ambiente es una actividad como la de un “misionero”, es decir, es promocionar o divulgar que elambientes es importante, siendo que a nadie le interesa o no cree en él.

Lo anterior, debo confesar me entristeció un poco y al mismo tiempo me hizo recordar frases aliento como la de Elon Musk “Cuando algo es lo suficientemente importante como para hacerlo, lo intentas incluso si la suerte no está a tu favor” o la de Walter Bagehot “Uno de los mayores placeres en la vida es hacer lo que la gente te dice que no puedes hacer” y quizás la frase más conocida de Walt Disney “Cuando creas en algo, créelo hasta el final, de forma implícita e incuestionable” .

Después de recordar lo anterior y reflexionar que si nuestro planeta no hubiese tenido las condiciones adecuadas de agua, suelo y aire, no existiríamos nosotros y ni todas la especies que habitan en la Tierra, me dio ánimos de investigar la situación de la Madre Tierra para compartir con todos aquellos que les importa o interesa el planeta y puede contribuir con pequeñas acciones para un día verdaderamente celebrar el “Día Internacional de la Madre Tierra”.

¿Y cómo hacerlo? En mi caso, compartiendo con usted temas de política, gestión o acciones que afectan o beneficien al ambiente o al menos expresando mi postura sobre un problema ambiental y realizando investigación sobre acciones que daña a la Pachamama (traducción como madre tierra procedente de lengua quechua).

Antes de proseguir, es importante mencionar que el “Día internacional de Madre Tierra”, surge a partir de los movimientos ambientalistas de los 70´s que fueron impulsado por Dennis Hayes, activista y ambientalista estadunidense, quien organizaría el primer movimiento del Día de la Tierra, que posteriormente se denominaría y establecería propiamente como Día internacional de la “Madre Tierra”, que es una expresión común para referirnos al planeta tierra en diversos países y regiones del mundo, y cuyo fin es hacer evidente la interdependencia entre los seres humanos y las diversas especies de flora y fauna que habitan en él. Así, celebrar a la Tierra, en realidad nos lleva a recordar la responsabilidad colectiva que tenemos para vivir en armonía con la naturaleza; siendo que dependemos totalmente de ella. Aunque, les preguntaría ¿Si hay algo que celebrar? Porque literalmente ¡¡¡le hemos dado en la madre a la tierra!!!

Acorde a las estadísticas, en el 2018 la población mundial es de unos 7.500 millones de personas, y según las proyecciones al 2050 será de casi 10.000 millones de personas ycasi 11.000 millones en 2100 (Naciones Unidas), lo que se traduce en una mayor presión para el planeta, porque toda esta población requiere alimentarse, vestirse y protegerse. Asimismo, los gobiernos deberán asegurar su derecho humano a un ambiente sano (aire,
agua, suelo y alimento no contaminado y suficiente para vivir), además de los servicios básico, es decir contar con agua en su vivienda, servicios de salud, facilitar la movilidad, entre otras cosas.

Lo anterior, sin embargo implica que se incrementarán las emisiones antropogénicas sobre todo si se usan como fuente de energía productos derivados del petróleo, el cual al ser quemados contaminan y alteran la composición de la atmósfera y con ello contribuyen al cambio climático, reducen la capa de ozono estratosférico y nos llevan a tener mayor exposición a sustancias químicas persistentes, bioacumulativas y tóxicas.

Otras acciones que hemos realizado en contra de la Pachamama, es acelerar procesos de extinción de especies, lo cual pone en peligro la integridad de los ecosistemas y con ellos los servicios que brindan (agua, aire, energía y suelo) para satisfacer las necesidades básicas del humano. Además, al propiciar el calentamiento global hemos afectado a los océanos y costas, acidificándolas e incrementando la contaminación marina. Así, como sobreexplotando su flora y fauna, aumentando los asentamientos en costas y la recreación. A lo que se suma la extracción de recursos y la producción de energía.

Otras acciones que han tenido más difusión a nivel mundial, es que cada minuto se compran un millón de botellas de plástico y, al año, se usan 500.000 millones de bolsas. Así, por lo menos 8 millones de toneladas de plásticos acaban en los océanos cada año y con ello se amenaza a la vida marina.

A todo lo anterior, se agrega la degradación de las tierras y la desertificación que ha aumentado, así como la urbanización y el desarrollo insostenible que están basados en sobrexplotación y contaminación de los recursos hídricos en todo el mundo. Y mejor aquí le paro, porque si prosigo en lugar de celebración del Día Internacional de la Madre Tierra tendría que ser el funeral ¿No lo creen ustedes?

Por fortuna hay acciones que podemos realizar para contribuir a revertir el daño que le estamos causando a nuestro planeta. Por ejemplo, se puede fomentar dietas con menos carne, reducir el desperdicio de comida, disminuir el consumo de energía y agua; evitar o disminuir el uso de bolsas y botellas plásticas o popotes e incluso dejar de usar el auto al menos un día la semana o algo muy sencillo “no tirar basura por las calles”.

Y las grandes acciones las deben realizar nuestros representantes gubernamentales, de nosotros depende exigirles hacer valido nuestro derecho humano a un ambiente sano. Eso sí deben de armarse de paciencia y perseverancia para recibir respuesta a tus solicitudes, lo digo por experiencia que funciona.

Finalmente, agradezco a todos aquellos que leen esta columna y realizan al menos una pequeña acción diaria por la “Madre Tierra”.

María Eugenia Gonzalez Ávila

El Colegio de la Frontera Norte- Sede Monterrey