De El Colef: Los famosísimos XV

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Opinión de Artemisa López León Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

martes 13 de diciembre de 2016

MATAMOROS / TEXCOCO.- Como a muchos, me ha tomado por sorpresa la viralización del video que se usó como invitación a los XV años de Rubí, esta chica originaria de la comunidad de La Joya, ubicada en el municipio de Villa de Guadalupe, San Luis Potosí.

Al menos en la tradición potosina del centro del estado, la fiesta de XV años marca el debut y presentación en sociedad de las señoritas. En el caso de Rubí, su fiesta de XV años -que parece que se celebrará al más puro estilo de La Joya-, no será el inicio de su vida en sociedad sino la confirmación de su debut mediático.

Rubí se ha vuelto muy conocida gracias a las redes sociales y, principalmente, a la publicidad que le han hecho los medios de comunicación. Ni siquiera me detengo a profundizar en las razones que han generado tremenda atención mediática pues no es mi área de especialidad, simplemente señalo que no me sorprendió leer que Rubí podría protagonizar un capítulo del famoso programa La Rosa de Guadalupe o que #LadyWuuu anunció, a los cuatro vientos, que quiere ser padrino de lo que sea en la fiesta de Rubí.

Lo que me ha sorprendido es que los investigadores y los políticos se hayan subido a ese barco mediático de fama efímera. Y no me refiero a los investigadores que, a través de sus redes sociales personales, han hecho largas y variadas disertaciones sobre los XV de Rubí, sino a quienes han emitido una opinión pública en espacios institucionales o han dado una visión institucional a través de canales eminentemente científicos.

La semana pasada, durante la presentación de una importante colección de libros ante un público adolescente que no esperaba el autor, trató de crear empatía con su audiencia haciendo mención a los XV años de Rubí; la primera vez que lo dijo hasta a mí me causó gracia, la segunda resultó un poco chocante; las demás me parecieron francamente fuera de lugar. A veces es mejor reconocer que no hemos logrado cautivar a nuestro público y dar por terminado un evento que arriesgarnos a perder el objetivo central.

El fin de semana, la página de Facebook de los Centros de Investigación Conacyt difundió la opinión de un investigador sobre los XV años de Rubí y los comentarios de los usuarios de redes mostraron que había sido un tremendo error darle el estatus de información científica relevante a lo expresado por el investigador, pues parece ser que su único fuerte en el tema es ser originario del estado y trabajar esa gran región llamada Altiplano.

A veces, como investigadores, debemos aprender a negarnos a hablar sobre un tema que no conocemos porque se espera una opinión especializada de nosotros; a veces las instituciones encargadas de difundir la labor científica deben valorar, muy seriamente, si es importante buscar la opinión científica de cuanto tema haya en boga, en el preciso momento en que el huracán está pasando.

En el ámbito político mi sorpresa también ha sido mayúscula. Tuve que ver, por mí misma y dos veces, el video que muestra al gobernador del Estado de México llamando al papá de Rubí para ofrecerle un viaje todo pagado a Valle de Bravo. Si los asesores del gobernador consideraron que era muy importante que se vinculara a Rubí, me hubiera gustado que lo hiciera anunciando una política integral que permitiera que las mujeres mexiquenses se sientan seguras de no ser asesinadas antes de cumplir XV años.

Tampoco podía creer cuando leí que los diputados y senadores de San Luis Potosí estaban consultando su agenda para tratar de ir a la fiesta de Rubí. De ellos hubiera esperado que la revisión fuera de la agenda pública para implementar una política que permitiera mejorar las condiciones de vida de la población que habita en el abandonado altiplano potosino.

Ni tampoco daba crédito cuando leí que el gobernador de San Luis veía con muy buenos ojos la fama de Rubí porque sería un excelente motivo para promover el turismo y ya fue a La Joya para supervisar, él mismo, cómo se encuentra el lugar. Ese comentario y visita me dejaron la sensación de que la política en materia de turismo es tan limitada, endeble o poco focalizada que, difícilmente pueden conocerse parajes y tradiciones potosinas –como la chiva de diez mil pesos-, a menos que un video se vuelva viral.

A lo mejor soy tan crítica con el manejo que han hecho los científicos y los políticos de la fiesta de Rubí por mi trabajo o porque nací, orgullosamente, en tierra potosina; a lo mejor simplemente escribo de esto para subirme al barco de la fama de Rubí; a lo mejor estoy resentida por no haber recibido invitación a la fiesta de XV años pero, como dijo un diputado potosino, “de gorrón no voy”, así que seguiré el tema por el mundo virtual.

Artemisa López León
El Colegio de la Frontera Norte