Brevísima descripción del mercado legal de tanques de oxígeno durante el Covid-19

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Opinión de Jesús Pérez Caballero Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 25 de marzo de 2021

A un año de pandemia en México, hay quienes por complicaciones respiratorias necesitan oxígeno, pero rechazan hospitalizarse. Se abastecen con su propio tanque en casa. ¿Miedo a alguna negligencia, a los torbellinos de cargas víricas? ¿Superstición (“si entro, no salgo”; “si voy, significa que es grave, por lo que, si permanezco en casa, entonces deben ser síntomas leves”)? Sea lo que sea, algo podemos saber de ese mercado legal de tanques de oxígeno:

1. En Matamoros, a enero de 2021, sólo venden tanques (chicos) dos de cinco proveedores contactados. Proveedor 4, 685L/$4,600 + recarga $240; Proveedor 3 (farmacia), 680L/$7,500. Incluye llenado y cánula, ese tubito transparente por donde pasa el aire en respiración asistida o cuando abren la tráquea en pacientes graves. Inversa pistola de perno cautivo penetrante, da vida por el cuello al hombre en vez de quitarla por la frente al animal.

2. La renta de tanque es la otra opción y conlleva un depósito. Así, Proveedor 1: renta $4,000/1ª recarga $1,480; Proveedor 2: $4,500/ $2,550; y Proveedor 5: $8,000 (chico) y $10,000 (grande)/$500 y $800. En principio, la recarga exige factura del tanque. Pero en Matamoros, al menos un proveedor revisa sólo que el cilindro no tenga antigüedad de más de diez años. Si no hay factura, lo envían a Monterrey para la prueba hidráulica de funcionamiento ($200, tarda 2-3 semanas).

3. A tal desembolso se añaden mensualidades: Proveedor 1, mensualmente renta $855/recarga $595; Proveedor 2, $450/ $577 (mediano) y $745 (grande); Proveedor 5,$600/ídem que en 1ª recarga. Si se llena en sucursal, te desplazas con el tanque (en Guadalajara, por ejemplo, vi colas hasta un domingo en la mañana). A domicilio (unas 72 h. de tiempo de espera), el proveedor se desplaza y lo llena en 30 minutos, o cambia el vacío por el lleno.

4. Un límite al mercado es no vender los tanques más grandes. Así, “Oxígeno en Ruedas” (Facebook, 25/1/21) especifica que “no se venden los tanques de 9,500 [L]”, pues sirven “para rellenar a los pequeños”. Añaden que “[n]o importa el precio que ofrezcan, esto es para ayudar a los que necesitan oxígeno, no gente que quiere venderlos al triple”. Coinciden con el Proveedor 1: “no tenemos contratos para renta”, sobre el tanque de 10,000L (158h de oxígeno) /$885.

5. Hubo desabasto, pero no sólo por demanda pandémica. Ésta pudo influir en que uno de los proveedores matamorenses careciese de tanques hasta marzo, pues desde Monterrey compraron grandes cantidades. Sin embargo, en otros casos, fue pánico. En Matamoros (julio-agosto2020), se temió insuficiente venta o llenado de tanques; quienes no hallaban lo buscado dieron alarma de desabasto, prendió el rumor y lo que les sucedió a ellos se extendió a los demás.

6. Otros productos se terminaron por causas psicológicas distintas. El aerosol bactericida Lysol llegó a costar en línea (primavera 2020) $1,000 la pieza (lo normal es $100); quizá legitimaban esos precios enfatizar la higienización contra el virus y usar productos de limpieza como “detentes” incorpóreos. Acaparar cerveza (verano 2020, Guadalajara) vació estantes en supermercados; los precios oscilaron el triple en tienditas de una misma cuadra; Oxxos, con promos inauditas y otros cerrados al público, con crípticos vendedores tras el cristal negando con manos y cabeza. Tal vez, reacción a la política desproporcionada de cesar producción y/o de leyes secas.

7. Rasgos estos de un mercado de compraventa de oxígeno, un bien existente naturalmente, pero que únicamente procesado -simbiótico con un aparato- alcanza para una demanda ampliada por un virus que no respira, pero necesita que tengamos oxígeno y vivamos lo justo para matarnos. Los médicos como matarifes rituales trastocados, pues el alma vive temporalmente en el tanque con ese gas y algunas quedan hechizadas dentro, y se desechan o almacenan con los tanques, hasta la próxima década, hasta la próxima pandemia.

Dr. Jesús Pérez Caballero

El Colegio de la Frontera Norte