Bebidas frescas vs coronavirus

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Opinión de Salvador Corrales C. Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

martes 24 de marzo de 2020

La pandemia que estamos viviendo colocó en jaque a todas las economías: cayeron las bolsas de valores, los precios del petróleo, el dólar se encareció y el Producto Interno Bruto también se contraerá, lo aseguran los economistas de todo el mundo. Si bien estas variables explican las tendencias de la economía, no ayudan a entender el comportamiento de determinadas actividades económicas sobre las cuales versan explicaciones de mayor detalle.

¿Qué pasará con los productos congelados y las bebidas frescas? que están en la espera de clientes sedientos por la presencia del calor agobiante que caracteriza a Monterrey y todo el norte de México. Varios estudios han demostrado que el coronavirus es vulnerable a las altas temperaturas y la experiencia indica que con el calor desaparecen todas las gripas, esperemos que así sea. Por el alto grado de contagio, el nuevo virus pondrá en duda la inelasticidad del consumo de la cerveza y los refrescos azucarados, en cuyo remplazo harán presencia las bebidas calientes recomendadas por los especialistas.

El café seguirá en el menú de los regiomontanos tanto para satisfacer necesidades elementales de líquidos, calorías y gustos, así como un instrumento eficaz contra la pandemia. Los cafeseros seguirán haciendo de las suyas y sus negocios cuando menos mantendrán sus ventas a medio pie, dadas las dificultades impuestas por el toque de queda que trajo consigo el coronavirus. Al café se le agregarán los vinos y licores que pueden ingerirse a temperatura ambiental.

Las bebidas refrescantes que se convierten en práctica cotidiana para tirios y troyanos, propios y extraños, habidos y por haber, languidecerán al convertirse en un medio para inocular y mantener vivo este virus que nos tiene espantados a todos. Ni el AHINI del 2009 que se propagó en México fue tan espantoso ni tampoco generó tanto miedo como el COVID 19, ¿no será que existe una guerra bacteriológica para debilitar el mundo?, en todo caso ¿quién la promueve? Existen muchas especulaciones sobre la aparición de este virus y la más difundida es que se obtuvo en el laboratorio y fue diseminado con el objetivo de fortalecer la guerra comercial de Estados Unidos contra China, la verdad todavía está en el limbo.

Las empresas cerveceras, refresqueras y demás ¿perderán por el coronavirus?, inevitablemente tanto por la baja presencia de consumidores en los antros, cantinas, restaurantes y convivios familiares, cuyo común denominador es beber cerveza, refrescos y consumir carne asada. Así como pintan de peligroso a este virus, habrá menos reuniones familiares y las empresas perderán; empero, ¿afectará las finanzas de dos grandes transnacionales Heineken y Coca cola que operan en Monterrey?, es un contundente sí.

Las cervecerías y productoras de refrescos artesanales en pequeño, las neverías y paleterías, los negocios ambulantes y muchos de sus proveedores están viendo esfumar a sus clientes que, por decreto presidencial, nos mantendremos en nuestras casas consumiendo lo que pudimos comprar después de las compras de pánico; para estas empresas también es un inevitable sí que caerán en crisis económica.

Las ventas de bebidas refrescantes junto con sus proveedores de todos los tamaños se verán en dificultad de recuperar sus costos, el coronavirus se convirtió en una variable exógena que hace difícil calcular con precisión los costos de largo plazo, ¿cuánto hay que agregarle al precio del producto por mantenerlo en refrigeración, por día, por semana y mes para mantener el margen de ganancia?

Muchos negocios no saben calcular bien sus costos y la competencia en precios los obliga a vender por debajo de los costos de producción. La mayoría de micro y pequeñas empresas operan en este esquema de sobrevivencia y en los hechos, son empresas que garantizan un bajo nivel de vida a sus propietarios, muchas de las cuales operan en la informalidad. El coronavirus será un reto de sobrevivencia para vendedores ambulantes de aguas frescas, refrescos y frutas, entre otros. El futuro cercano en el consumo de las bebidas refrescantes ahora depende de un factor externo de dimensiones incalculables; la recuperación vendrá después que se elimine la pandemia y podamos convivir como el pasado reciente.

Dr. Salvador Corrales C.

El Colegio de la Frontera Norte