Aguas subterráneas: una asignatura pendiente en México

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Opinión de José Luis Castro Ruiz Investigador de El Colegio de la Frontera Norte

miércoles 16 de mayo de 2018

 

A fines del mes pasado, El Colegio de la Frontera Norte y la Universidad Autónoma de Nuevo León organizaron un interesante seminario sobre un tema prácticamente desconocido para el público en general: el estado que guardan las aguas subterráneas a lo largo del territorio nacional. Una característica de este evento fue proporcionar una visión multidisciplinaria del tema, e incluir el caso de los recursos subterráneos en la frontera con Estados Unidos.

Las aguas subterráneas constituyen un componente importante de los recursos hídricos de México. Se estima que este recurso aporta poco menos de 40% del agua concesionada de que se dispone para las necesidades de los distintos grupos usuarios. La distribución irregular del agua superficial, sea por aspectos climáticos o geográficos, hace del agua subterránea la principal fuente para las necesidades de las ciudades y las actividades económicas en diferentes regiones del territorio nacional.

Las demandas urbanas son un claro ejemplo de dependencia en el agua subterránea a nivel nacional, con una proporción de agua concesionada cercana a 60%, un indicador crítico en casos de áreas metropolitanas en constante expansión, como la Ciudad de México o Monterrey. Cuando se trata de aguas subterráneas en los municipios fronterizos, 40% de las áreas urbanas dependen de estas fuentes, algunas de las cuales son compartidas con las contrapartes en Estados Unidos.  

Las aguas subterráneas al igual que los recursos superficiales, presentan una problemática de contaminación específica a la que se suma la sobrexplotación. De acuerdo al Centro Virtual de Información del Agua, el número de acuíferos sobreexplotados en el país se incrementó de 16 en 1975 a 105 en 2015.  

Las temáticas cubiertas en el mencionado seminario dejaron entrever la complejidad que caracteriza la dinámica y características de las aguas subterráneas en comparación con los recursos superficiales, así como las dificultades que presenta el estudio de su problemática. Asimismo se hicieron evidentes los rezagos que muestran el conocimiento y la gestión de este recurso en nuestro país. Poca investigación se desarrolla actualmente en el tema, y la que se lleva a cabo se basa en enfoques tradicionales y obsoletos, carentes de una visón sistémica.

En la actualidad no existe una regulación del recurso tanto a nivel nacional en la legislación respectiva, como en el plano binacional, en los acuerdos que tiene México con E.U. para la distribución transfronteriza de sus recursos hídricos comunes. Asimismo, la falta de información actualizada e integral de que se dispone es otro desafío que antepone limitaciones a su estudio y gestión.

Las conclusiones del seminario, en coincidencia con otros especialistas en el tema, apuntaron a la necesidad de cambiar el modelo de estudio de las aguas subterráneas hacia enfoques más holistas que cubran diferentes aspectos de su compleja naturaleza. En el mismo sentido se planteó cambiar las formas de generación de información que apoye tanto a la investigación como la gestión del recurso, así como la propuesta de una legislación ad hoc a la altura de la importancia del mismo en el panorama hídrico nacional. En esto último existen ya avances tangibles por parte de la academia.

La proporción de agua subterránea concesionada en el país continuará incrementándose y enfrentando una problemática cada vez más compleja. La cooperación entre academia y tomadores de decisiones no puede esperar más.

Dr. José Luis Castro Ruiz

El Colegio de la Frontera Norte