Adelantados y equivocados

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Opinión de Víctor Alejandro Espinoza Valle Investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública de El Colegio de la Frontera Norte de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 9 de agosto de 2012

Aún no concluye el proceso electoral 2012 en el cual se disputaron los cargos de presidente de la República, diputados y senadores y la contienda en Baja California ha dado inicio. Efectivamente, del proceso actual la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación analiza actualmente cinco impugnaciones de todos los partidos participantes en torno a la elección de senadores y el mismo tribunal tiene hasta el 6 de septiembre para ratificar o anular la elección presidencial. De manera que esto no ha acabado.

Sin embargo, en Baja California ya se les cuecen las habas a más de tres para lanzarse al ruedo en pos de una candidatura. Formalmente el proceso electoral estatal debe iniciar en el mes de febrero próximo cuando sesione por primera ocasión el Consejo General del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Baja California. Pero para algunos pretendientes a los cargos es mucho tiempo: siete larguísimos meses. Por ello, será muy difícil contener las ansias de quienes se sueñan al frente de la entidad, de alguna alcaldía o de una curul. Todo sea por servir al sufrido pueblo. Recuérdese que no será sino hasta después de 2015 (o sea en Baja California hasta la elección de 2016) cuando ciudadanos sin partido podrán competir por algún cargo de elección (para eso sí falta mucho tiempo).

Los resultados electorales recientes indican que en la entidad los números favorecieron a los candidatos del PRI y del PVEM. El único tropiezo parece el caso del senado donde estos partidos no iban en alianza, pero la inercia hizo que miles de ciudadanos cruzaran ambas siglas como lo hicieron por candidato presidencial y diputados. En este último caso, de los ocho distritos, 7 fueron ganados por la coalición encabezada por el PRI, Compromiso por México y una por el PAN. Aún así, el segundo lugar en preferencias fue para la coalición de izquierda Movimiento Progresista.

En ese escenario, esta semana se empezó a escuchar de la probable alianza rumbo a la gubernatura del año que entra, que podrían formar el PAN y el PRD. Sería una vía para competirle con relativas posibilidades de éxito al PRI. Recordemos que bajo el gobierno de Felipe Calderón, alianzas de ese tipo triunfaron en los estados de Oaxaca, Sinaloa, Puebla y Guerrero (aunque perdieron en Nayarit). De hecho, si agregamos a Baja California y Tlaxcala en 2007, serían los únicos casos exitosos en elecciones locales para el PAN. De manera que los panistas lo están diciendo en serio.

Gustavo Madero, presidente nacional del blanquiazul, dijo este martes 24 en gira por la entidad “que lo están analizando”. Sin embargo, el día jueves 26 la prensa reportó que el ex consejero nacional del PRD en Baja California –Nibardo Flores Heredia- dijo que el PRD “condicionaría” la alianza a que el candidato a la gubernatura se “asignara” a la izquierda, lo mismo que “al menos” la alcaldía de Ensenada, el distrito 13 y “algunas” regidurías. Muy difícil que el PAN ceda la candidatura principal –gubernatura- máxime que al menos yo cuento a siete pretendientes –más los que se sumen-. Ya veremos, pero me parece sumamente difícil que prospere esta alianza.

Una vez que se analizan los dos últimos descalabros panistas en las elecciones locales de 2010 y federal 2012, hay quien cree que la única forma de que el PAN logre competirle al PRI es formando una alianza con los partidos de izquierda. Efectivamente en las elecciones intermedias de 2010 el PAN perdió las cinco alcaldías y 13 de los 16 distritos en la renovación del Congreso. Hoy, como vimos, la única victoria fue la de la fórmula al Senado –y ello merced a al error en el cruce de boletas que afectó al PRI- una diputación y ninguno de los 8 distritos en la disputa presidencial. Para el Movimiento Progresista fue la senaduría de minoría y dos de los ocho distritos fueron ganados por Andrés Manuel López Obrador. Así, el PAN ha enfrentado una verdadera debacle en los dos últimos procesos electorales.

Una alianza entre el agua y el aceite para enfrentar al PRI en 2013 sería sólo con fines “electoreros”. Por ello no le veo viabilidad y sentido aún en el hipotético caso de un candidato de centro o de izquierda. Una salida pragmática al margen de programas y principios sería sólo para tapar el sol con un dedo; el PAN vive una crisis que no se resuelve sólo con votos.

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