Opinión de Araceli Almaraz Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

jueves 29 de abril de 2021


23 de abril de 2021 

En el marco del Homenaje Póstumo celebrado en El Colef.

Celebramos hoy la memoria de un hombre visionario, la memoria de un personaje de empeño, polémico y magnífico gestor, celebramos hoy al académico y al ser humano que puso en la escena nacional e internacional el tema de la migración y los derechos humanos. 

En mi intervención, no haré un recuento de los reconocimientos que recibió Jorge Bustamante a lo largo de su vida, sino recordar las nada fáciles tareas que emprendió para encarar el estudio de los distintos procesos fronterizos. 

Inicio destacando aquellas que antecedieron a la creación del Centro de Estudios Fronterizos del Norte de México (CEFNOMEX) y que concluyeron con la firma en la notaría No. 8 de Tijuana y en cuya acta consta que el primer director general sería Jorge Agustín Bustamante Fernández. 

Esta tarea implicó sin duda arduas mesas de trabajo y negociación, pero con la culminación de este primer proceso, iniciaron nuevas tareas retadoras, condensadas todas ellas en el compromiso de analizar e impulsar los estudios de la frontera desde los mismos espacios limítrofes y que en palabras del propio Jorge Bustamante podemos leer de la siguiente manera:

“El Cefnomex representa en Tijuana una realidad concreta de descentralización de la investigación bajo la premisa de que es de interés nacional lo que sucede en la región fronteriza, pero su estudio y análisis debe originarse allá, para ser escuchado en la ciudad de México y no al revés.” JB.

Desde ese momento, Jorge Bustamante fue incansable en su labor, la cual no cesaría hasta el día de su muerte y dejaría un claro ejemplo de tenacidad y compromiso.

Pero siguiendo con las tareas de aquellos primeros años de la institución, destaco las de habilitar una biblioteca, la de invitar a los primeros investigadores e impulsar el primer programa de posgrado en 1984 y casi inmediatamente las de catalizar el apoyo de los integrantes de la primera junta de gobierno del CEFNOMEX, Eliseo Mendoza Berrueto, Roque González Salazar, Miguel Ángel Cárdenas González, Mario Ojeda y Guillermina Valdez Villalva, para transitar hacia un colegio de investigación independiente que llevaría el nombre de El Colegio de la Frontera Norte.

Tan solo en dos administraciones el propósito del Dr. Bustamante sufrió los avatares que todo proyecto colectivo suele atravesar antes de llegar a su estado sólido. La altura de miras y los alcances obtenidos en poco tiempo no estuvieron exentos de confrontaciones y discernimientos. No obstante, Jorge Bustamante hacía valer el sentido de la crítica. 

Y es que sin duda la gran tarea del Dr. Bustamante entre 1985 y 1995 fue poner en el centro del debate académico y político a la frontera del norte, al mundo del trabajo, a la subcontratación internacional, al desarrollo regional y, por supuesto, a la cultura fronteriza y a los flujos migratorios:

Por motivos de tiempo resaltaré solo algunos aspectos de las últimas dos tareas. Sobre la cultura fronteriza merece lectura un extracto de la columna de Excélsior del 15 de octubre de 1984, en la que Jorge Bustamante se refirió a la celebración del I Festival Internacional de la Raza en las ciudades de Tijuana y Mexicali, evento en el que la participación de El Colef fue central:

“El I Festival Cultural de la Raza fue un éxito en toda la extensión del sentido político que puede encerrar el refuerzo de lo más valioso de la cultura popular. No hay compromiso más firme para la solidaridad, 

que el que se finca en la conciencia cultural de lo que nos identifica como raza, en el sentido norteño.” JB.

Sobre las tareas en los estudios de migración diré que Jorge Bustamante convirtió a El Colef en la fuente de datos estratégicos para atender los asuntos migratorios del país y destacaré su participación en la creación del Programa Paisano en 1989, así como en el programa piloto del grupo Beta de Atención a Migrantes en Tijuana en 1990. 

En tan solo dos administraciones las tareas del presidente de la institución se orientaron a estructurar internamente a El Colef y rindieron los más grandes frutos. Destaco de manera sucinta la fundación de los departamentos académicos, el impulso de las sedes regionales de Tijuana a Matamoros, las nuevas instalaciones en San Antonio del Mar, la creación de programas especializados de investigación como el programa de Estudios México-Estados Unidos o el Proyecto de Ecoparque, y también la continuidad de los posgrados, con nuevo cuatro programas presenciales para llegar a cinco de los diez que actualmente se imparten en El Colegio de la Frontera Norte. 

En 2007, después de un largo periodo de ausencia, Jorge Bustamante se reincorporó a la institución para llevar a cabo sus tareas como investigador del Departamento de Estudios Sociales, espacio donde cumplió a cabalidad sus compromisos y por supuesto las celebraciones de aniversario y fin de año en las que tuvimos la oportunidad de abrazarle y brindar con él. 

No replicaré las actividades que tuvo como docente y asesor, solo quiero destacar que cada tarea llevada a cabo con sus estudiantes mantuvo la pasión por la enseñanza y que cada año mantuvo el interés de acercar a la Universidad de Notre Dame con El Colef en actividades de ida y vuelta, con una visión clara por la internacionalización académica. 

En este breve recuento, también tienen cabida las mesas de diálogo, debate y conferencias de alcance nacional e internacional en las que participó Jorge Bustamante. De todas ellas hoy viene a mi mente la mesa MIGRACIÓN Y DERECHOS HUMANOS, UNA AGENDA PENDIENTE celebrada el 12 de julio de 2016 y en cuyo encabezado de días posteriores El Colef señaló: 

“Realiza El Colef encuentro histórico 

de migración y derechos humanos 

entre el Padre A. Solalinde 

y el Dr. Jorge Bustamante”. El Colef.

Para ir concluyendo, quiero compartir con ustedes el enorme gusto y recuerdo de los últimos años de Jorge Bustamante como colega y amigo, quien antes de la pandemia, siempre tuvo tiempo para compartir un café y una buena charla en su cubículo. 

Por lo dicho anteriormente, pero sobre todo por el impacto de sus acciones a lo largo de casi 40 años de trabajo, me gustaría invitar a través de este espacio, a las instituciones que han valorado y seguirán valorando el trabajo de Jorge Bustamante, empezando por El Colef, a promover la creación de una Presea que lleve su nombre, la Presea Jorge Bustamante Fernández para reconocer el compromiso social y la investigación de los grupos migrantes. Una presea que nos recuerde su legado y al mismo tiempo que inspire por un lado a las nuevas generaciones de luchadores sociales a no detenerse en su tarea defensora y por otro a las y los académicos a no cesar en la investigación de excelencia. 

Muchas gracias. Y abrazo fraterno para Endy, Jorge, Mariana y Santiago. 

Dra. Araceli Almaraz

El Colegio de la Frontera Norte