El año 2022 será un año decisivo en materia laboral. El 1 de mayo próximo se cumplirán tres años de haberse promulgado la nueva ley federal del trabajo. Es decir, en este año se evidenciarán los primeros avances, obstáculos y pendientes para la reforma laboral realizada, también será un tiempo propicio para una primera evaluación no solo de la política laboral actual sino del futuro que espera al país, en esta materia. Algunos aspectos acapararán la atención este año: los recuentos por titularidad contractual, especialmente en sectores vinculados con el TMEC, la legitimación de contratos, el cese de la subcontratación, la elección de nuevas dirigencias en industrias clave como PEMEX, otros aspectos como un monitoreo mayor en el trabajo infantil y el trabajo forzado se agregarán a la agenda. En la resolución de estas temáticas, un papel fundamental lo desempeña la instauración de toda la infraestructura y logística necesaria para la implementación de la maquinaría que suponen estos nuevos cambios, un pendiente que no se ha podido complementar sobre todo por la cantidad presupuestal que se necesita para la infraestructura física y de recursos humanos.
En ese sentido, el año no ha comenzado bien, dado que, ante la ausencia de este presupuesto, la implementación de la tercera etapa de este esquema laboral, que comprendería los estados del norte de México, exceptuando Baja California Norte, que estaba prevista para abril de este año se ha prorrogado hasta octubre de 2022. Entidades, como el Estado de México, la primera en implementar la nueva maquinaría laboral, ha mostrado los enormes problemas logísticos para llevar a cabo las distintas tareas que se le han encomendado a los Centros Laborales Estatales. La responsable de este primer centro de conciliación también ha mencionado la tarea de asesoría que está prestando a otros centros de conciliación.
La implementación de la ley federal del trabajo aspira a la modernización de los procesos laborales. Un aspecto central lo constituye la digitalización de expediente, en aras de una mayor transparencia; una tarea titánica para sindicatos y trabajadores, basta asomarse al sitio de la Secretaria del Trabajo para ver la infinidad de documentos que acompaña a cada proceso. Estos nuevos requerimientos han acentuado la importancia de otros actores sociales en el escenario primero, se ha mostrado la relevancia central de los abogados laborales, que ya se vislumbraba desde los años ochenta, pero también la formación de nuevos perfiles como la necesidad de formación de técnicos en asuntos laborales, para apoyar en la recopilación y captura de todos los requisitos que se solicitan; así como la formación de conciliadores laborales privados que auxilien a los centros de registros, como una forma de garantizar el desempeño estas profesiones, y las que se lleguen a generar, deberán certificarse ante las instancias correspondientes. Sin embargo, también evidencia que el intermediarismo laboral se agudizará y con ello el coyotaje que se deseaba eliminar, https://www.informador.mx/jalisco/Coyotes-hacen-su-agosto-y-cobran-mas-para-resolver-juicios-laborales-20220203-0036.html
Finalmente, la semana última de enero y lo que va de febrero, parece estar evidenciando dos caminos que se están delineando, y al parecer separando, en materia sindical, y mostrándolos claroscuros que habrá que tener en cuenta en materia laboral. El primero consiste en la elección de nuevo dirigente en el sindicato de PEMEX, realizada el 31 de enero de 2022. En este caso la secretaría del trabajo enfatizó la relevancia de que “por primera vez se tendría un proceso democrático en donde los trabajadores libremente podrían elegir a su líder”. El proceso estuvo salpicado de ambigüedades que impidieron ver un cambio sustancial en la elección. Dado que se combinó procesos modernizantes con la continuidad de prácticas tradicionales. Por ejemplo, se implementó la votación digital dado la cantidad de trabajadores, pero también se denunciaron actos de intimidación hacia los trabajadores a nivel local; pero sin duda lo más relevante fue la pasarela de los candidatos en “la mañanera” del Presidente, lo cual resulta una intromisión en la autonomía sindical. Los candidatos ante los únicos que debían exponer sus planes de trabajo eran los trabajadores de PEMEX. Llevarlos a un escenario nacional no fue pertinente porque no es un cargo político de elección popular. El gobierno, como empleador, debió mantenerse al margen. La acción parece mostrar más bien la continuidad de un corporativismo. El proceso fue vigilado por la Secretaría del Trabajo, a quienes algunos de los contenientes juzgaron de parcial, y no fue monitoreado ni por el Instituto Nacional Electoral (INE), como otras elecciones, ni existieron observadores internacionales, ni nacionales, a pesar de la relevancia de la industria para el país. Finalmente, el resultado fue el triunfo de Ricardo Aldana, con el 70% de los 63,700 trabajadores que votaron. La cercanía del nuevo dirigente con el anterior, parece evidenciar una continuidad de la política sindical que tanto se ha cuestionado. La democracia va más allá del voto numérico supone trastocar estructuras de dominación enquistadas y evidenciar la mayor participación del obrero de base, algo que estuvo totalmente ausente en la elección.
El otro proceso fue la contienda de la titularidad del contrato colectivo de la planta de General Motors en Silao, Guanajuato, última fase de un proceso que arrancó desde agosto del año pasado con la denuncia en la obstrucción de elección sindical, y que continuó con el rechazo al contrato colectivo que tenía la CTM en esta empresa. El siguiente paso sería la elección de nuevo titular de contrato colectivo que se realizaría el 1 y 2 de febrero. En el proceso participan 4 sindicatos, resaltando la participación del Sindicato Independiente de Trabajadores y Trabajadoras de la Industria Automotriz (SINTTIA), emergido a la luz de la lucha que los trabajadores habían realizado en el rechazo del contrato de CTM. El conteo final arrojó el 77% de votos de los 5389 trabajadores que participaron en la elección en favor de SINTTIA. Previo a la campaña y durante la elección el proceso fue ampliamente monitoreado por organizaciones sindicales internacionales como la AFLCIO, UNEFOR de Canadá, FESIANN, y en la elección estuvo monitoreada por el INE, y con la participación de decenas de observadores. La relevancia internacional, más que nacional, se debe a estar en un sector clave para el TMEC: la industria automotriz. El resultado es importante y habría que resaltar el trabajo que el sindicato desarrolló para promoverse entre los trabajadores, así como la participación de organizaciones de apoyo laboral, de diferentes ideologías, y el apoyo internacional en su campaña. Sin embargo, habría que señalar que este triunfo solo es el primer paso, aún falta la implementación y sobre todo el afianzamiento que deberá tener la organización entre los trabajadores. SINTIIA no es el primer sindicato independiente en empresas transnacionales, los hay desde los setenta, como Solidev en Tijuana y Kuk Dong en Puebla en los noventa. Sin embargo, su vida fue corta dado su alta dependencia internacional, su incapacidad para lograr el respaldo de la mayoría de los trabajadores, y las estrategias empresariales, como disminución de producción, para debilitarlo. Sin embargo, SINTTIA si podría convertirse en la primera experiencia exitosa si es capaz de fortalecerse entre los trabajadores, y el apoyo nacional e internacional, no los abandona en las próximas tareas que confronta, quedando claro que este apoyo solo es un soporte, la fuerza fundamental hacia el sindicato debe descansar en el apoyo de la base obrera. Conseguir este fortalecimiento constituiría un avance sustancial en la lucha por la democracia sindical.
Dra. Cirila Quintero Ramírez
El Colegio de la Frontera Norte