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Este 28 de septiembre se conmemora una vez más el Día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Accesible, también conocido como Día por la Despenalización y Legalización del Aborto. Celebración que comenzó a inicios de la década de los 90 teniendo como punto de arranque la República Argentina, donde tuvo lugar el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. Es aquí podemos rastrear las salpicaduras de la marea verde, un movimiento feminista que aboga por la despenalización del aborto en todo América Latina.
La cifra de mujeres muertas por realizarse un aborto de forma insegura es fatídica; según la Organización Mundial de la Salud, diariamente mueren 800 mujeres en el mundo por prácticas de aborto inseguro, solo en México, durante 2022, se contabilizaron 6 mil 700 esto según cifras del INEGI, y eso solo hablando de datos oficiales. La penalización del aborto obliga a las mujeres y personas en situación gestante a recurrir a métodos inseguros, antihigiénicos y la mayoría de las veces clandestinos para interrumpir un embarazo no deseado. Las “herramientas” para practicarse un aborto van desde agujas de ganchillo, varillas de paraguas hasta la muy socorrida percha de ropa. Al peligro que corre tu vida, a la carga moral y sentimental que en sí es bastante pesada como para aún agregarle la carga penal.
Los cambios en la legislación para reconocer el derecho a la mujer o la persona gestante para recibir un servicio de salud donde es su cuerpo el que correo peligro no fueron fáciles; primero solo se legisló sobre el aborto en caso de violación y con previa autorización de la autoridad competente, después en caso de malformaciones graves en el feto o por peligro grave en la salud de la mujer.
La penalización del aborto viene de una legislación arcaica contenida en el Código Penal Federal de 1931 “se penaliza con 1 a 3 años de prisión a quien provoque el aborto de una mujer con su consentimiento. Si el aborto es provocado por un profesional de la salud, se le suspenderá el ejercicio de 2 a 5 años. Y en el caso de que la madre aborte por su propia voluntad o consienta este, se le sancionará con 6 meses a 1 año de prisión”
A 15 años de la primera sentencia que dio pie a la despenalización del aborto en el entonces Distrito Federal, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha tenido que reconocer, de nueva cuenta a través de controversias presentadas por las asociaciones feministas, el derecho de una mujer o persona gestante a DECIDIR sobre su propio cuerpo. El 6 de septiembre de este año, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en una sentencia emitida por la Primera Sala, resolvió la controversia presentada por la asociación feminista Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) contra el Congreso y el Ejecutivo Federales sobre los términos del Código Penal Federal respecto al aborto.
A la letra, la Corte resolvió «que es inconstitucional el sistema jurídico que penaliza el aborto en el Código Penal Federal» lo que obliga a las instituciones del Estado que prestan servicios de salud a realizar un aborto de forma segura sin penalización para la mujer o persona gestante ni para el médico o personal de salud que lo realice. Esto no implica que los candados legales sea hayan roto; aunque el Código Penal Federal debe ser reformado, aún deben de modificarse las leyes de cada Estado de la República, porque recordemos que cada Estado goza de una «autonomía», tenemos, pues, que solo 12 de los 32 estados contienen en su legislación la despenalización del aborto.
Uno de estos 12 estados es Baja California, que aprobó la despenalización del aborto en 2021. Tijuana, Mexicali y Ensenada cuentan entre sus servicios de salud el Programa de Aborto Seguro, donde según autoridades del sector salud de Baja California, se han realizado hasta la fecha 159 procedimientos para la interrupción de un aborto, de acuerdo a los parámetros legales, es decir que se realice el procedimiento antes de las 12 semanas de gestación.
El aborto no es un debate, es un derecho de la mujer o de la persona gestante a decidir sobre su propio cuerpo, sobre su calidad de vida, sobre su presente y su futuro. La maternidad no debe ser un castigo, un rol que cumplir, una cruz con la que cargar toda la vida. Es una etapa hermosa, cuando se desea entrar en ella, cuando se tienen las condiciones sentimentales, psicológicas, económicas para poder sostener esta enorme responsabilidad que es encargarse, que depende por completo de ti. La maternidad, como vienen demandando las organizaciones feministas desde hace más de 30 años, será deseada o no será.
Martha del Carmen Gonzalez Reyes.
Estudiante de la Maestría en Desarrollo Regional. El Colegio de la Frontera Norte