Es indudable que nos encontramos ante una emergencia sanitaria con la presencia de la epidemia de la infección causada por el virus del ébola en países vecinos entre sí como Sierra Leona, Liberia y Guinea en la costa oeste de África. Los elementos que fundamentan su condición de emergencia sanitaria son su alta infectividad entendida como la habilidad del virus para entrar y reproducirse en el huésped, su alta patogenicidad o habilidad para producir la enfermedad, su alta tasa de letalidad o capacidad de producir la muerte entre los infectados y la ausencia de tratamiento o vacuna en su contra. Para tener una idea de la gravedad de esta enfermedad y el impacto que podría tener en la población tenemos que su tasa de letalidad es en promedio de 65.4% de acuerdo conlos resultados de un meta-análisis publicado recientemente por Lefebvre y colaboradores. Sin embargo, la letalidad puede variar entre brotes y según las especies del virus involucradas. Para estos autores, la especie con mayor letalidad es la Zaire en relación con las especies Sudan y Bundibugyo. Por otra parte, se ha mostrado que el incremento en el número de casos es exponencial y que su velocidad de crecimiento depende de la tasa reproductiva de la infección en la población, entendida como el número promedio de casos secundarios causados por un individuo infectado en el curso de la enfermedad en una población completamente susceptible en ausencia de medidas de control. Chowell y Nishiura han calculado, para esta epidemia de 2014, una tasa reproductiva de la infección de 1.96 para Liberia y de 3.07 para Sierra Leona y mostrado su efecto en la velocidad en el tiempo del crecimiento exponencial de casos de infección por el virus del ébola en uno y otro caso. Por ello las medidas epidemiológicas básicas utilizadas para el control de la transmisión de la infección se concentran en la identificación temprana de los casos y en el aislamiento de las personas infectadas, como un mecanismo efectivo para romper la cadena de transmisión del virus.La preocupación actual en el nivel global se concentra en la contención de la propagación de la enfermedad. De acuerdo con la información de la Organización Mundial de la Salud actualizada al 17 de octubre, los países donde se han presentado casos iniciales o casos con transmisión limitada son Nigeria, Senegal, España y Estados Unidos. En esos países se ha podido contener su transmisión con las medidas de intervención antes mencionadas lo que nos muestra que debe prevalecer el conocimiento particular del comportamiento de una epidemia como la actual para superar visiones irracionales que generan pánico entre la población. De lo anterior se desprende la pregunta ¿y qué pasaría si se detecta un caso de ébola en México? Me parece que el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE), al menos en su planteamiento teórico, es lo suficientemente robusto como para detectar los casos sospechosos de la infección. Sin embargo, depende de los insumos que lo alimentan. La base del sistema está representada por la notificación obligatoria de los casos que se han definido como objeto de vigilancia epidemiológicade acuerdo con La Ley General de Salud y la norma oficial mexicana para la vigilancia epidemiológica NOM-017-SSA2-2012. Me pregunto si los componentes del Sistema Único de Información para la Vigilancia Epidemiológica (SUIVE) como el SUAVE, el RHOBE, el SEED y los Sistemas Especiales están homogéneamente preparados en el nivel nacional para la detección de casos sospechosos de ébola. Digo detección de casos sospechosos porque a eso se limitan las recomendaciones de la Dirección General de Epidemiología (DGE) y no su comprobación. En efecto, en la página de la DGE aparece publicado el documento titulado El Aviso Epidemiológico de Enfermedad por Virus del Ébola (EVE) publicado el 20 de octubre (http://www.epidemiologia.salud.gob.mx/doctos/alertas/2014/ebola/AVISO_EPIDEMIOLOGICO_EBOLA_ACTUALIZACION_201014.pdf) donde se recomienda verificar la definición operativa de caso de ébola, notificar dentro de las 24 horas a instancias de salud superiores, mantener a la persona en un área de aislamiento hasta su traslado a una unidad de salud designada bajo condiciones de seguridad establecida y hacer ahí el estudio de caso, tomar muestra de sangre y enviar la muestra al Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (INDRE) para la comprobación del caso por laboratorio y hacer el estudio de contactos. Suena demasiado complicada la estrategia a partir de la definición operativa de caso. ¿Estamos realmente preparados para enfrentar un brote de infección por el virus del ébola? No lo sabremos hasta que el SINAVE sea puesto a prueba.
-Dr. Felipe Javier Uribe Salas, investigador del Departamento de Estudios de Población.