2013-2018: un México exitoso y feliz

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Opinión de León Artemiza López Profesora- Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte de El Colegio de la Frontera Norte

miércoles 10 de julio de 2013

Como se estipula en el artículo 26 constitucional, el Presidente de la República dio a conocer hace unos días el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2013-2018. En el PND se establece, por un lado, que su objetivo general es “llevar a México a su máximo potencial” y, por otro lado, el presidente Peña Nieto afirma que se pretende lograr “un México donde cada quien pueda escribir su propia historia de éxito y sea feliz”.
Este énfasis en la motivación personal que quizá sin pretenderlo recuerda las conferencias de Miguel Ángel Cornejo, el famoso libro de Matthews Por favor sé feliz o la importancia de sacar el fua en los momentos difíciles, se refrenda a lo largo del PND con un claro enfoque hacia el crecimiento económico. Esto es, en el PND se establece que la tarea del desarrollo y crecimiento corresponde a todos, que el desarrollo no es deber de un solo actor –aunque sea tan central como el Estado– y que el crecimiento y desarrollo surgen de abajo hacia arriba, cuando cada uno sea capaz de lograr su mayor contribución.
Para que México alcance su máximo potencial, sea exitoso y logre ser feliz, el PND establece cuatro metas nacionales: paz, inclusión, educación de calidad y responsabilidad global. En cada una de esas metas se consideran tres ejes transversales: la democratización de la productividad, el gobierno cercano y moderno y la perspectiva de género.
Para lograr un México en paz se buscará fortalecer al Estado y garantizar la paz. Para que México sea incluyente es fundamental integrar una sociedad con equidad, cohesión social e igualdad de oportunidades. Para mejorar la calidad educativa se articularán educación-ciencia-desarrollo tecnológico para contribuir a una sociedad más justa y próspera. Con un México próspero se hace referencia a la eliminación de las trabas que limitan el potencial productivo del país. El México con responsabilidad global, por su parte, se refiere a consolidar el papel del país en el mundo a través de la ampliación y fortalecimiento de su presencia mundial, promover su valor económico, turístico y cultural, así como reafirmar el compromiso de México con el libre comercio, la movilidad de capitales y la integración productiva.
En términos generales, el PND continúa con la lógica neoliberal que ha caracterizado a los últimos cinco planes nacionales de desarrollo. Sin embargo, hay cuatro elementos que llaman la atención: el énfasis en la búsqueda de paz –y no en el combate al narcotráfico o el crimen organizado–, la relevancia de la productividad en sentido económico, la escasa referencia a la importancia del desarrollo humano y la breve mención a la participación ciudadana, a través de la contraloría social.
¿Podremos alcanzar nuestro máximo potencial, volvernos exitosos y ser felices en lo que resta del sexenio? Esa es la gran interrogante.

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