Nadie se lo esperaba, pero la entonación de la canción infantil Arroz con leche en una versión diferente, causó revuelo en TikTok hace unos días (1). Y es que Eduardo Vázquez, un maestro de primaria en Tepoztlán, Morelos, tuvo la gran idea de hacer un ejercicio con sus estudiantes de tercer grado: cambiar la letra de una canción que narra la historia de alguien que busca a una mujer para casarse y someterla a la esfera doméstica, a otra que más bien empodera a las mujeres. Yo no soy un experto en estos temas, pero parece ser que se trata de un acto bastante simbólico que nos invita a repensar el patriarcado, más allá de la viralización de un video en una red social.
No es un secreto que muchas de las canciones y juegos infantiles tienen claros tintes androcéntricos y misóginos. A fines de los años cincuenta, por ejemplo, los psicoanalistas Erich Fromm y Michael Maccoby, en un estudio realizado en una localidad campesina de Morelos, observaban que en México algunas canciones como Naranja Dulce “expresan la idea de que una muchacha que se abre y cede ante los hombres será abandonada y se le dejará morir”, o bien en juegos donde las niñas de 8 a 12 años de edad participan “el tema dominante es la defensa contra el ataque de la figura del macho sexualmente destructivo”(2).
Casualmente, también en los años cincuenta el conocido antropólogo Oscar Lewis hizo una etnografía en Tepoztlán, en la cual afirmó que “La participación real del marido en los asuntos familiares y domésticos es mínima. Su trabajo tiene lugar fuera de la casa […] La división del trabajo es tajante; salvo en caso de emergencia”(3). Por supuesto, tanto el estudio psicoanalítico de Fromm y Maccoby, como la etnografía de Lewis, se sitúan en el México rural de mediados del siglo XX, pero lo sorprendente es que más de medio siglo después, Tepoztlán y el patriarcado volvieron a causar interés con una canción infantil reescrita y viralizada en TikTok.
Más allá de que Arroz con leche es una canción infantil con orígenes históricos en la Francia del siglo XIV (Riz à la crème), pero adoptada en Hispanoamérica con algunas variaciones, la reescritura y entonación de la canción es un acto de subversión folklórica y de género que nos invita a repensar el patriarcado en tanto “la manifestación e institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres y niños/as de la familia” (4), como lo definió la historiadora y feminista Gerda Lerner. Desde esta perspectiva, el ejercicio implementado por el maestro Vázquez cuestiona un pasado con arraigo del patriarcado, no sólo en Morelos, sino en México en general. También es un reto para pensar el patriarcado en el presente, pues al menos en nuestro país ni el virus por Covid-19 detuvo la violencia contra las mujeres (5).
Por otro lado, la iniciativa del maestro Vázquez también parece invitarnos a desarrollar este tipo de pedagogías con las nuevas generaciones, algo que la filósofa Myriam Miedzian sugirió hace varios años para empezar a romper los vínculos entre la masculinidad y la violencia (6) y, dicho sea de paso, el patriarcado en tanto dominación masculina con arraigo histórico y cultural. Es precisamente en este punto donde me parece que encontramos una invitación más: desenraizar el patriarcado requiere involucrar no sólo a las mujeres, sino también a los hombres. Eduardo Vázquez lo ha hecho, como también otros hombres en diferentes momentos y latitudes.
Después de todo, Simone de Beauvoir expresó que “El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres” (7). Con toda razón: la filósofa y feminista se refería al hecho de que la producción histórica de las desigualdades y opresiones de género son resultado de una mezcla de fuerza física y prestigio moral de los hombres quienes, dicho sea de paso, “han creado los valores, las costumbres, las religiones”, por lo que preveía necesaria una evolución de la ética masculina para emancipar a las mujeres. No en balde, para antropólogas y feministas contemporáneas como Rita Segato “Nuestros enemigos no son los hombres, sino el orden político patriarcal”, incluso para ella, hasta algunas mujeres pueden tener un tipo de “obsesión patriarcal” con el poder (8).
Nadie podrá negar que canciones infantiles como Arroz con leche, en su versión conocida, sin duda hacen visible un código patriarcal que promulga “la inferioridad de la mujer y el carácter natural y necesario de su opresión”, parafraseando a de Beauvoir. Tampoco se podrá negar que iniciativas de hombres como el maestro Eduardo Vázquez, o de las niñas y niños de la primaria en Tepoztlán, Morelos, no entran en conflicto con los hombres, sino que subvierten el patriarcado con acciones aparentemente simples, pero muy simbólicas, que a veces ni en instituciones de educación superior llevamos a cabo.
Dr. Oscar Misael Hernández-Hernández
El Colegio de la Frontera Norte
1 Vázquez, E. [@eduxrdo.ev1]. (27 de febrero de 2022). Lo que los niños cantan. TikTok. https://www.tiktok.com/@eduxrdo.vazquez/video/7066459937450315013?is_copy_url=1&is_from_webapp=v1
2 Fromm, E. y Maccoby, M. (1973). Sociopsicoanálisis del campesino mexicano. Estudio de la economía y la psicología de una comunidad rural. México: Fondo de Cultura Económica, p. 198.
3 Lewis, O. (1968). Tepoztlán: un pueblo de México. México: Joaquín Mortiz, p. 130.
4 Lerner, G. (1990). La creación del patriarcado. Barcelona: Editorial Crítica, pp. 340-341.
5 Las dos pandemias. Violencia contra las mujeres en México en el contexto de Covid-19 (2020). Recuperado de https://equis.org.mx/wp-content/uploads/2020/08/informe-dospandemiasmexico.pdf
6 Miedzian, M. (1995). Chicos son, hombres serán. Como romper los lazos entre masculinidad y violencia. Madrid: horas y HORAS.
7 De Beauvoir, S. (2000). El segundo sexo. Vol. 1. Los hechos y los mitos. Madrid: Cátedra, p. 52.
8 Barrera, B. (1 de agosto de 2019). “Rita Segato: “El movimiento feminista está ayudando a que los hombres se liberen”. Palabra Pública. Recuperado de https://palabrapublica.uchile.cl/2019/08/01/rita-segato-el-movimiento-feminista-esta-ayudando-a-los-hombres-a-que-se-liberen/
