Vida, muerte y resistencia en Ciudad Juárez: Entrevista al Dr. Salvador Cruz

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El libro aborda la realidad social de la ciudad a través de la violencia, el género y la cultura

jueves 27 de febrero de 2014

El libro “Vida, muerte y resistencia  en Ciudad Juárez. Una aproximación desde la violencia, el género y la cultura”, que aborda la compleja situación social de esta ciudad fronteriza de los últimos cinco años analizando los factores que producen la violencia y cambian el panorama social en la metrópoli, coordinado por el Dr. Salvador Cruz de El Colegio de la Frontera Norte, fue presentado en la Universidad Veracruzana el pasado 19 de febrero y el día 21 en la Feria Internacional del Libro de Palacio de Minería, en el Distrito Federal.

El doctor comenta en entrevista que el libro aborda el problema de la violencia social en Ciudad Juárez a partir de cuatro elementos: el primero, los factores estructurales y estructurantes de la violencia; la expresión de esta violencia a través de significados asociados al género, a los sentidos de la feminidad y la masculinidad, particularmente la misoginia.

Otro es la violencia expresada en la producción cultural, como la literaria, pues diversos géneros han tomado a Ciudad Juárez como lugar de referencia de la violencia; la novela detectivesca, el narcothriller, la novela negra, hasta la poesía, “que es una forma de abordar el problema social”; y otro apartado que trata el quehacer de la vida cultural de Ciudad Juárez “y como se ha tomado a la cultura y el arte como un elemento mediático y una herramienta para  enfrentar el problema de violencia social que aqueja la sociedad en su conjunto”.

Hay particularidades en esta zona, señala, como la condición fronteriza donde la productividad tiene un efecto particular en las formas y relaciones sociales y donde hay pobreza en términos de desarrollo urbano, la zona gris, la segregación y marginación social, la migración, las políticas económicas que han precarizado el empleo, la pobreza y la marginalidad social en diferentes sectores de la población.

El investigador aclara que el problema de Cd. Juárez radica en una red de vínculos con el mundo, como son los procesos de globalización, transnacionalidad, aspectos culturales, pero también de mercados y flujos financieros, de crimen organizado transnacional, donde Cd. Juárez “tiene matices específicos pero sus causas no están necesariamente en un contexto local, sino se encuentran en un contexto global”.

A ello, agrega que los efectos de la ciudad trascienden las fronteras, como en el mercado y la cultura, tal es el caso de los jóvenes que generan una identidad chola con un estética corporal y son víctimas de estigmatización y criminalización, tomados como sujetos de sospecha, que surgen en un tiempo y contexto cultural determinado y ahora se ve integrado en otras regiones pero bajo el mismo estigma: “Ser parte de una agrupación juvenil no es sinónimo de ser delincuente ni ser parte del crimen organizado”.

Además, el paisaje y la percepción en la ciudad, explica el doctor, se ha modificado y es a partir de la militarización cuando se presenta el mayor índice de homicidios en la ciudad, tan solo de 2008 a 2011 se registran más de 10 mil ejecuciones, “lo que no se había visto en la frontera; es con esta presencia del ejército y de la policía federal en que se presenta este incremento de los homicidios particularmente de hombres jóvenes, en edad productiva, menores de 28 años”.

A raíz de ello se instalaron retenes y cerraron calles, hubo un abandono en la infraestructura de la ciudad, aparecieron mantas con mensajes de grupos criminales, y con el incremento en el índice de homicidios, se intensificaron otras formas de expresión de la violencia como el secuestro y la extorsión, pero el homicidio se halla como elemento dentro de todas estas expresiones, señala.

El libro aborda en uno de sus capítulos la banalidad y la muerte, donde la autora del apartado plantea que hay un elemento disciplinador y regulador que se ha dado a través del asesinato de la mujeres y hombres superfluos: “han sido asesinadas mujeres pobres, morenas, delgadas, jóvenes; y en el caso de los hombres, son jóvenes y pobres, en su gran mayoría en exclusión y marginalidad social”.

Además, las representaciones de la violencia en la literatura y los colectivos culturales son “una forma de detener la violencia pero presentando a los niños y jóvenes otras visiones de vida… Es una forma de elaboración simbólica, una forma de procesamiento emocional, es una forma de elaboración cultural de la violencia, pero también otra forma de pensarse con los adultos como sus iguales”.

El doctor considera importante el esfuerzo del gobierno estatal y municipal en términos de políticas públicas, el papel de las ONG que han intervenido para rescatar a los jóvenes en condiciones de mayor riesgo de inclusión en la violencia, así como el quehacer cultural que surge por parte de los colectivos, artistas y promotores y la inversión que se ha hecho a través de la cultura “como una forma de resistencia y de transformación de la realidad que vive mucha gente”.

El doctor finalizó diciendo que el libro pretende ser un detonante en términos de poner un alto a la violencia, por otra parte genera elementos que pueden incorporarse en la elaboración de políticas públicas, “cualquiera que abordase el problema social de la violencia debe tomar las investigaciones que se hace de la academia, pues este libro lo que pretende es eso, generar elementos que se incorporen en la política pública”.

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